Conflicto sindical
El plan de gobierno para neutralizar los gremios de transporte
En el Gobierno culpan a Tomada. Randazzo retomó el diálogo con Maturano. Planean un carpetazo para Fernández.

En el Gobierno quieren retomar la relación con los gremios de transporte para evitar otro paro general que le impida por completo a la gente ir a trabajar.

En la Casa Rosada culpan a Carlos Tomada, a quien le adjudican la tarea de cultivar la relación con los sindicatos desde 2003.

Eximen a Florencio Randazzo, a cargo del transporte desde hace dos años. “A él le toca hacer de malo, pero Tomada era el que tenía que contener”, sostienen cerca de la presidenta.

Omar Maturano, de la Fraternidad; y Roberto Fernández, de la Unión Tranviario Automotor (UTA), caminaron junto al Gobierno hasta el año pasado pero en enero dieron el portazo, furiosos por retrasos salariales y promesas incumplidas.

Ambos fueron artífices del paro del jueves y algunos asesores de la CGT opositora ya hablan de sus gremios como “siameses” porque “si los separan, se mueren”.

Conscientes de su fortaleza, ambos le marcaron la cancha a Moyano y a Barrionuevo: no fueron a la conferencia de prensa que celebró el alcance del paro y descartaron de plano otra medida de fuerza en lo inmediato.

Es por eso que el Gobierno creen que es tiempo de acercar posiciones y pusieron manos a la obra. Randazzo retomó el diálogo con Maturano, con quien estuvo enfrentado el año pasado, por la negativa del sindicalista a someter a los maquinistas a controles de aptitud psicológica y alcoholemia.

El sindicalista comparte con sus pares la recriminación al Gobierno por haberlo instado a cerrar la paritaria del año pasado en 24%, con la promesa de que la inflación no se iría por las nubes. Y lo hará valer en la negociación que iniciará en los próximos meses.

El caso de Fernández es más complejo y no le encuentra salida en la Casa Rosada. Tanto es así que están rastreando su pasado para ver si tiene cuentas pendientes que lo desacrediten.

La UTA tuvo un 2013 difícil: la paritaria de larga distancia cerró a mitad de año y los choferes perdieron poder adquisitivo con esa demora, que se sumó al que trajo la devaluación y la inflación. Sólo un adelanto de 1200 pesos en enero frenó un paro general.

Su influencia el jueves fue notable: además de frenar la circulación de micros en área metropolitana, incomunicó las ciudades y obligó a cerrar fábricas que contratan colectivos para su personal. Todos pararon.

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  • 1
    Vanesa Artigas
    18/04/14
    19:49
    la verdad que yo como trabajadora y pagando mi cuota sindical no se me ocurriria hacer paro y manifestarme en mi horario de traba. para eso uno le paga a su secretario gral. y si no funciona a cambiarlo mi vida!!!!! la manifestacion es hacia quien me representa gremialmente, yo no se px ademas de pagarle para que negocie sus sueldos y mejoras en el trabajo ooo que los salven algunos de faltar para no perder presentismo, etc todavia van y paran!! la verdad si algun trab. lo hace me lo diga px?
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