Editorial
Política en democracia se conjuga con el verbo construir
Por Alicia Pierini
La concepción de la política como “continuación de la guerra por otros medios” y viceversa, continúa vigente. Muchos todavía piensan como von Clausewitz, aunque se saquen la foto con el Papa.

La concepción de la política como “continuación de la guerra por otros medios” y viceversa, continúa vigente. Muchos todavía piensan como von Clausewitz, aunque se saquen la foto con el Papa.

Se los reconoce por el lenguaje: luchar, combatir, no negociar. Otras son las palabras de la política democrática: proyectar, concertar, construir.

Hubo etapas en que la lucha fue necesaria, del otro lado había dictadura. Benedetti resumió: fue “un amargo deber”. Hoy la etapa y sus deberes son otros. Por eso la insistencia en la confrontación continua no permite desarrollar el campo de fuerzas de las mayorías que se requiere para construir la democracia sana y justa que nos merecemos.

Para construir hay que conocer la realidad con datos ciertos. Primer problema: ¿dónde están los datos ciertos? o no hay suficientes o no se elaboran o se ocultan o se adulteran.

Un arquitecto primero estudia el suelo, la orientación del sol y los vientos, el contexto urbano y humano, analiza las normas y la tecnología disponible, y luego diseña, consulta, mide costos y tiempos, reflexiona y define un plan para conducir los equipos de ejecución y supervisión. Siempre partiendo de la realidad y del proyecto para transformarla.

Quienes hacen ciencia no se dedican a denostar a sus antecesores, sino a aprender de sus aciertos y errores y gracias a ese desarrollo por acumulación e integración de saberes y experiencias, la ciencia se supera a sí misma en forma continua.

Cuando era motonauta Scioli quería el mejor motor, el mejor equipo, el mayor entrenamiento y la mejor información, porque nadie honesto -en el deporte- llega a campeón torpedeando a los rivales.

Los músicos comparten partituras, cada uno con su instrumento y su propio estilo musical. Ninguno piensa en desafinar el instrumento de otro para ser el mejor de la orquesta.

Si se adoptaran los criterios de la ciencia, el deporte, el arte o la arquitectura para el ejercicio de la política, (archivando a los maestros de la guerra) bien podríamos construir un nuevo estilo social e institucional, lejos de los improperios, los desprecios, las difamaciones o la banalidad de los tweets.

No renunciemos a soñar con un tiempo nuevo y mejor. Hace veinte años se sancionó la reforma constitucional y logramos mejor democracia con derechos humanos. Proyectado y realizado durante un gobierno que supo pactar con su oposición. Antes, el “amargo deber” se había llevado a muchos compañeros. Hoy la sociedad piensa en la próxima etapa y está atenta a la política. No hace falta torpedear rivales ni deshacer lo bien logrado. Al contrario: hagamos balance justo para seguir adelante.

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  • 2
    Roberto González Manrique
    11/07/14
    10:19
    .......y entonces caperucita le dijo al lobo:que grandes dientes tienes...basta de falacias,la lucha por el poder fue,es y será sangrienta,como hace siglos. lo que se puede hacer es mejorar los generales, que no sean tan corruptos ni sus aplaudidores--la tropa siempre sabe a quien apoyar-no necesitamos consejos señora, tenemos al PAPA francisco,que no tiene un pasado politico de "negocios" y aconseja sin intereses encubiertos..
    Responder
  • 1
    Roberto González Manrique
    16/06/14
    08:19
    Entonces caperucita le dijo al lobo.....cuanta ambicion que tienes!!! es el poder niñita...y se la comió...
    en un mundo idílico seria lindo tomarnos de las manos en ronda de paz y cantar villancicos,en NUESTRA REALIDAD.no hay posibilidad alguna de paz, porque el oficialismo tira con misiles y esconde la mano y de este lado,estamos viendo quien n os vende algunas para devolver los agravios.La paz la deben ofrecer con claras acciones que se pueda confiar y nosotros les pondremos bozal a nuestros perros de la guerra,para sentano a dialogar.
    Responder
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