"Vemos madres que lloran porque estamos perdiendo a una generación en la adicción y la delincuencia", dice Walter Ghione parado frente al púlpito de una sala abarrotada de lo que supo ser el cine América y que a principio de los '90 fue reconvertido en el templo pentecostal Redil de Cristo que administra el pastor David Sensini.

Enclavada en barrio Tablada, en la zona sur de Rosario, donde la violencia narco marca a sangre y fuego la historia del barrio que décadas atrás fue símbolo de la resistencia obrera peronista y que ahora puebla las páginas policiales con sus crímenes y violencia extrema.

"La palabra que escuchamos acá, es para salvar a esa generación, para levantar a nuestros hijos. Dios va a levantar una generación poderosa sobre esta tierra", promete Ghione ante los más de mil fieles. A muchos se les refleja el dolor de los desahuciados en los ojos: "Acá vienen chicos que han cometido delitos, pero con la palabra del Señor logran encauzar sus vidas", dijo a LPO el pastor Sensini, quien hace de anfitrión para charlar con Walter Ghione.

Tanto Sensini como Ghione son hijos de pastores. Walter cultivó su vocación por la política y en 2019 ingresó a la Cámara de Diputados de Santa Fe junto a Amalia Granata en la lista que representaba a los pañuelos celestes. Este año, Ghione se alió en las PASO con Maximiliano Pullaro y tiene a su cargo la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones, APRECOD y el Centro Especializado de Responsabilidad Penal Juvenil, las dos dependencias provinciales que atienden problemas por demás de complicados en Rosario.

 Hace años que hacen trabajo pastoral en los pabellones Evangélicos y aseguran que quienes se alojaron en ellos bajaron significativamente los índices de reincidencia o la intensidad en la violencia con la que se mueven en un mundo hostil

Hace años que hacen trabajo pastoral en los pabellones Evangélicos y aseguran que quienes se alojaron en ellos bajaron significativamente los índices de reincidencia o la intensidad en la violencia con la que se mueven en un mundo hostil:

"Buscamos que al trabajo espiritual se le sume una articulación con el Estado para atender el problema de las adicciones de forma multidisciplinaria", le explicó Ghione en una entrevista a este medio en el Templo.

LPO Jonatan Bustos

Usted habló de la necesidad de recuperar una generación mientras citaba pasajes de la Biblia. Uno puede suponer que muchos de los asistentes son familiares de personas con adicciones y que la violencia es un sufrimiento cotidiano...

Hace mucho tiempo que tratamos de darle esperanza a la gente para que entiendan que Dios es el único que puede darnos la fuerza y tiene las herramientas para levantar una generación en medio del caos que estamos atravesando. Por eso hay tantas familias que se aferran tanto a la Fe. Quieren que sus hijos puedan ser diferentes, puedan volver a estudiar, a trabajar, que dejen de ser presos de las adicciones y de las malas juntas.

Estamos viendo cambios en generacionales. En la reunión (así le llaman a la ‘misa') de la que participaste, hay muchos jóvenes que estuvieron presos, con problemas de adicciones, que estaban en situaciones difíciles y hoy están construyendo una vida distinta aferrados a la Fe.

Luego de culminar la celebración, una veintena de hombres se formaron en círculo y oraron. Son ex convictos que hacen el trabajo pastoral en las cárceles: "tenemos un porcentaje muy alto de no reincidencia y les damos testimonios que se puede dejar el mundo del delito".

A lo que nosotros hacemos, hay que sumarle una articulación con el Estado porque con las herramientas que están disponibles para la recuperación de las personas porque nosotros hacemos el trabajo de contención, de ayuda, pero las herramientas profesionales que el Estado debe brindar, a veces no están a disposición y ahí es que entendemos que hay que articular. Por eso nos interesa ser parte del debate político y juntos crear políticas públicas para ayudar a esta gente que quiere salir de esta situación.

LPO Jonatan Bustos

En esa articulación política, ustedes hicieron un acuerdo con Maximiliano Pullaro apenas lanzó su candidatura a gobernador, antes de las internas, cuando la mayoría de los sectores de la oposición se alineó a la candidatura de Carolina Losada. ¿Por qué eligieron aliarse con Pullaro y no con otro sector o frente político?

Es uno de los pocos políticos que lo vi decidido a avanzar hacía un objetivo bien claro. Sabe adónde quiere ir y no es algo muy común en la política y vimos que cuenta con equipos de trabajo alrededor de él y una dirigencia joven renovada muy interesante. Nosotros les planteamos los proyectos y ellos los analizaron con mucha atención.

A partir de allí, nosotros nos sumamos a trabajar con Pullaro en marzo, cuando en ese momento todo el mundo especulaba. Nosotros no lo hicimos y nos sumamos del primer momento y no nos equivocamos porque encontramos a un candidato con mucha sensibilidad y muy abierto con quien coincidimos en un programa de gobierno.

No debe haber sido fácil porque en ese momento Carolina Losada era la estrella de las elecciones de Santa Fe.

La verdad es que fue una decisión tremenda pero muy pensada porque Pullaro había logrado resultados muy favorables cuando fue ministro de Seguridad (2015-2019 durante el gobierno de Lifschitz). Obviamente, faltaron algunas cosas que se van a mejorar en los próximos cuatro años.

Por eso, nosotros acercamos las propuestas que elaboramos para áreas sensibles desde donde queremos ayudar para la recuperación de las personas. Le mostramos a Maxi el trabajo que venimos haciendo, vio el resultado y le pareció muy interesante. Después, fue muy generoso de invitarnos a ser parte de su gobierno.

En ese sentido, ¿Qué lugares ocupan?

Estamos a cargo de la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones, APRECOD, del Ministerio de Desarrollo Social y del Centro Especializado de Responsabilidad Penal Juvenil. Nosotros vamos a complementarnos con los profesionales y la planta de trabajadores del Estado que hacen esa tarea, vamos a coordinar y articular juntos con todas las Iglesias Evangélicas que tienen presencia en todos los barrios, en los lugares más vulnerables, donde también trabajaremos con la Iglesia Católica y las organizaciones sociales.

LPO Jonatan Bustos

Entonces, ¿ustedes complementarían el trabajo desde la espiritualidad?

Para la recuperación de las personas necesitamos del abordaje multidisciplinario y de todas las herramientas que estén disponibles porque lo requiere un tema tan complejo como los consumos problemáticos. Necesitamos apoyarnos en profesionales y lo que no puede hacer el profesional, lo hace la comunidad de Fe. Ambas cosas son muy necesarias.

Ahora comparten el mismo frente con el Socialismo, ¿Cómo es esa convivencia?

Durante la campaña de las PASO, no convivimos mucho porque teníamos candidatos distintos (Mónica Fein enfrentó a Pullaro en las primarias) y para las generales nos llevamos muy bien. Yo rescato a dirigentes muy capaces del socialismo, muy formada y es uno de los partidos con mejores cuadros técnicos de la provincia. Obviamente, tenemos diferencias ideológicas y en verdad, es muy interesante porque charlamos para acercar posiciones.

¿Qué posición tuvieron en la elección nacional?

El movimiento evangélico es muy amplio, no hay manera de contener la totalidad de lo que piensa cada uno porque aparte, no es un movimiento vertical donde se baja una línea y todos acatan, gracias a Dios porque de lo contrario no sería saludable.

Es interesante lo que dice, porque uno desde afuera tiene el prejuicio de que sucede algo parecido...

No, nada que ver (se ríe). Si vinieses más seguido y vieses cómo se desarrollan las reuniones, te das cuenta enseguida que la gente hace lo que quiere y eso pasa por una idiosincrasia muy arraigada nuestra. Yo creo que es muy bueno que así sea.

La gente no necesita que le digamos a quien votar, no hay que subestimarla. Saben perfectamente qué está en juego y hacia donde hay que ir. Desde el Movimiento Evangélico queremos la concordia, la paz, que se cierre la grieta. Queremos una base sólida como país.