Las elecciones de medio término se acercan y el Gobierno de Macri va a enfrentarse no solo a la oposición sino a los magros resultados económicos de su gestión. A dos semanas de las PASO los indicadores económicos se recuperan sin que las mejoras se sientan en la calle, la inflación marcará un alza y el dólar tuvo una fuerte disparada hasta pasar los $18. En este contexto, LPO conversó con el economista en jefe de la consultora Elypsis, Gabriel Zelpo, acerca de las medidas que van a seguir a las elecciones, el dilema entre las polÃticas de corto y largo plazo que enfrenta el Gobierno y la herencia que podrá dejarle a su sucesor.
El dólar llegó a $18 esta semana a tan solo dos semanas de las PASO. ¿Le preocupa el nivel, la volatilidad, el impacto que pueda tener sobre las elecciones?
No me preocupa el nivel. Pero no es una buena noticia, desde luego. Me parece un tanto desacertado de parte del Gobierno llevar polÃticas de largo plazo en medio de una elección. Me parece un tanto contradictoria su conducta: si lo que buscan en el corto plazo es una buena elección, dejarse llevar por las polÃticas de largo plazo que no tienen tanto rédito es contradictorio. La suba del dólar es una. La suba de los combustibles es otra que podÃa esperar unos meses. No sé si es tanto una cuestión de descoordinación como que esperan que las polÃticas de largo plazo den réditos en en el corto. Y no termina siendo asÃ.
¿HabrÃa sido conveniente que el Banco Central ayudara a que fuera menos abrupta la suba del dólar teniendo en cuenta que el imaginario colectivo argentino tiene al dólar como reserva de valor y estos movimientos asustan a la gente?
No solo reserva de valor, sino como unidad de cuenta y las expectativas de inflación y devaluación están mucho más alineadas que en cualquier otro paÃs de la región. Si bien hubo una mejora con el intento del Banco Central de desacoplarlas -y en este sentido, darle volatilidad al tipo de cambio y tener metas antiinflacionarias ayuda-, estamos aún lejos de ser como México y Brasil que pueden devaluar fuerte sin que se vea el traspaso a precios.
En términos polÃticos, la noticia es mala. Pero en lo que hace a la credibilidad del Banco Central, es bueno que haya dejado flotar el tipo de cambio sin intervención -al menos hasta el viernes- y ganó credibilidad la flotación cambiaria administrada. Era el plan que se habÃa establecido y es un plan de largo plazo, que de nuevo tiene beneficios en el largo plazo pero en el corto trae este costo polÃtico.
El monitor social de D'Alessio reveló que la medida del Gobierno más respaldada por la población es el programa de hipotecas. La suba de $2 en la cotización del dólar en menos de tres meses licuó buena parte de la capacidad adquisitiva de los créditos otorgados, con lo cual en muy poco tiempo la ilusión de la casa propia para muchos se convirtió en desilusión y se frenó el mercado inmobiliario. En su opinión, ¿el Gobierno deberÃa haber contemplado esta descapitalzación polÃtica que le causaba un alza del dólar o más bien ve que en el corto plazo la suba se revierte y la percepción del Gobierno repunta?
De nuevo. Son cosas que no ayudan. Considero que, pasado el ruido polÃtico, el tipo de cambio se va a estabilizar en lÃnea con la inflación, puede ir 5% adelante a lo sumo. Pero estas cosas no ayudan. No hay que olvidarse que el Gobierno va a tener que volver a salir a tomar deuda porque tiene necesidades de financiamiento y va a traer dólares, va a venderlos y va a volver a tirar la cotización del dólar hacia abajo. También hace poco la provincia de Buenos Aires emitió deuda en dólares y tiene que volcarla al mercado.
Si bien en términos de las transacciones de la economÃa real, el tipo de cambio tendrÃa que ser más alto tomando en cuenta el déficit de turismo y el déficit comercial y los pagos de intereses de deuda, en términos financieros el tipo de cambio va a mantenerse relativamente apreciado por la persistencia del déficit fiscal que obliga a tomar deuda externa. Porque el mercado local no tiene la profundidad suficiente como para financiarse con deuda interna, como por ejemplo Brasil.
Vayamos a los libros un segundo. La teorÃa indica que un dólar atrasado sirve de ancla inflacionaria, pero que uno adelantado la estimula. En $17,70 estaba el equilibrio de acuerdo al tipo de cambio multilateral que calcula el Banco Central. Si el dólar sigue con presión alcista de acá a las elecciones y avance a $18,20, por decir un número, ¿no complica aun más las metas de inflación?
SÃ. En efecto. Yo no creo que el Gobierno pueda encarar un proceso de desinflación con una moneda que se deprecia. Solemos tomar el dólar como punto de referencia. Por eso considero que no van a permitir que se vaya a mucho más de eso, porque las probabilidades de éxito en las polÃticas antiinflacionarias serÃan sustancialmente menores.
Hasta que no tengamos una inflación lo suficientemente baja, me refiero a menos del 5% anual, y el Banco Central haya acumulado una importante credibilidad, me resulta difÃcil pensar que se desanclen las expectativas de inflación respecto del tipo de cambio. Esto ya fue comprobado en otros paÃses. Con una inflación un poco más alta de ese 5%, la gente sigue usando el dólar como unidad de cuenta.
Además del dólar, que fue el tema más candente de esta semana, venimos recibiendo noticias positivas como el 3,3% de crecimiento interanual del segundo trimestre, un repunte de las exportaciones de manufacturas, pero igual es un crecimiento muy heterogéneo. ¿Cuándo se va a notar en los grandes centros urbanos la reactivación?
Es verdad que la reactivación no se se siente y no es algo que digamos nosotros, se observa en mediciones como el Ãndice de confianza del consumidor, que muestran que la percepción de la gente respecto de sus posibilidades de consumo está en nivel moderado-bajo y no ha mostrado una evolución positiva en lÃnea con los estimadores del PBI. La explicación para esta diferencia se encuentra cuando uno pasa a mirar en detalle el desagregado del crecimiento del PBI. Lo que crece más, en términos de demanda, es la inversión con importación de maquinaria, compra de maquinaria local; y en menor medida, la construcción pública, que es la que impulsa el crecimiento económico.
Luego, el consumo ha quedado relegado de las prioridades. De hecho, el Gobierno ha hecho mucho para incrementar las exportaciones como bajar retenciones a algunos sectores y otras medidas con otros sectores. Pero el consumo ha quedado relegado, por la disminución de los subsidios económicos, que obviamente no podÃan seguir. La suba de tarifas es un retiro de ingresos que estaba en manos de los asalariados, el cual se destina a las empresas e incrementan la inversión. Y, si bien esto es bueno en el largo plazo, en el corto la gente no lo percibe asÃ.
Y si desagregamos aun más el crecimiento del PBI, vemos que tiene evoluciones distintas por zonas y, además, a esto se suma que hay sectores que no la están pasando bien. Uno de ellos es el textil, al que le está costando mucho adaptarse a la nueva situación. El Gobierno normalizó el comercio exterior y, si bien las importaciones no crecieron tanto, sà creció muchÃsimo la importación de bienes de consumo y la de textiles aún más. Asà que las industrias de estos sectores como indumentaria, muebles, calzado, electrónica y autos la están pasando mal. Si vemos el desempeño del empleo en estos sectores tampoco viene bien.
Y estas industrias, en el mapa, tienen una concentración geográfica en ciudades consolidadas con sus conurbanos, como Buenos Aires y el Gran Buenos Aires y en Rosario. En estos lugares es la primera vez que se observa un desacople entre la evolución del PBI y cuánto se siente la recuperación en el termómetro de la calle. Se suman el efecto corrección de tarifas y el desempleo. De hecho, el mayor desempleo en el paÃs se registra en los grandes centros urbanos.
En las campañas en el debate electoral florecen los mitos, muchos de ellos de Ãndole económica. Por poner un ejemplo, se dice que se desfinanció al Estado cuando le regalaron las retenciones al campo y, en realidad, desde que bajaron las retenciones, aumentó la recaudación sobre el campo porque creció la producción ¿Cuál de estos enunciados le parecen que entorpecen más la discusión a la hora de pensar mejoras para el paÃs?
A mà el mito que me llama mucho la atención es el del consumo. Creo que estar priorizando el hecho de que está creciendo el consumo fuerte -aunque es verdad que está creciendo- y decir que hay que dejar de hablar del tema porque el consumo ya está bien, me parece que no está bien encarado: porque está creciendo en sectores transables como automotores, viajes al exterior -lo que tiene mucho que ver con que hay atraso cambiario-, pero está cayendo el consumo masivo. Los supermercados y centros de compra no están teniendo un buen dinamismo. Y no se puede argumentar que es por el hecho de un cambio de estrategia de consumo y hay más ventas en los supermercados mayoristas. Esto no compensa.
Entonces el consumo más sensible en lo social es el que, precisamente, no está pujante. Por lo tanto, intentar implantar un discurso que señala que el consumo está bien porque se están vendiendo muchos autos, me parece, digámoslo asÃ, un diagnóstico desacertado. Me parece que la situación no es buena y hay mucho para mejorar en esta materia, por ejemplo con una aceleración de la creación de empleo.
Y nuevamente, acá entrás en el debate de que, como comentan, hace tiempo viene creciendo fuertemente el empleo registrado. Y lo cierto es que está teniendo un crecimiento bastante moderado. Este tiene que ver con que, si un observa solamente el número de trabajadores registrados, lo que ve es que tuvo un crecimiento muy fuerte. Pero porque lo que estás contemplando es el crecimiento de la cantidad de monotributistas. Y es una categorÃa que se incrementó porque les diste incentivos a trabajadores no registrados a registrarse gracias al incentivo de darle la Asignación Universal por Hijo.
Lo que seguramente estemos viendo no es crecimiento del empleo genuino sino el traslado de no registrados a monotributistas y no es lo mismo.
¿Hay alguna medida de polÃtica económica que le parezca más urgente?
El Gobierno anterior ya se encargó de tomar todas las medidas de corto plazo para conseguir un rédito polÃtico de corto plazo y no lo logró. Creo que, además, lamentablemente ya no hay margen para volver a hacer eso, asà que no, no veo que haya algo urgente.
Pero sà relevante. No hay dudas respecto de que hay que bajar el gasto, bajar y cambiar los impuestos. Y nada de esto puede hacerse si no se piensa en una reforma del sistema de seguridad social. Porque es un gasto que se incrementa año a año no sólo en términos reales, sino en términos del PBI y se va a volver insostenible si no se reforma.
De hecho, actualmente Brasil está intentando dar esta discusión y al parecer va a hacer una primera reforma ahora. Y creo que acá también va a haber que hacer una, sencillamente porque el aumento del gasto previsional sigue la inflación pasada y mientras bajes la inflación, cada vez va a avanzar más rápido sobre el gasto.
Por otro lado, también es necesario establecer una regla entre el número de aportantes y el de beneficiarios porque ya tenemos un déficit en este sentido que, si no se revierte, va a volverse insostenible.
En esto sà noto la inconsistencia entre las polÃticas que estuvo llevando a cabo el Gobierno y las que necesita llevar a cabo. Si esta medida es tan importante -y en efecto es clave- y, según ellos es tan relevante el resultado en las elecciones para poder avanzar en este sentido, entonces no se explican las medidas de largo plazo como la volatilidad del tipo de cambio o la suba de las naftas, que no son tan fundamentales, y les complican el escenario electoral.
La lectura del Gobierno es bien distinta. Suponen que para, por ejemplo, achicar gasto sobre PBI alcanza con un reducción gradual del gasto que genere expectativas de mayor reducción y que, por lo tanto, estimule la inversión y haga subir el PBI, el denominador. En este sentido, antes que encarar una reforma de la seguridad social, el Gobierno apunta a hacer una reforma laboral que le permita ampliar la base imponible y no tener que hacerle tantas correcciones al sistema jubilatorio. Algo similar plantean respecto de la reducción de la presión tributaria, una baja muy modesta de impuestos, pero sacando los más distorsivos para dinamizar el PBI. ¿Es esta una estrategia eficaz, pequeños cambios en el numerador con la esperanza de que el denominador de encargue de hacer el resto del trabajo?
Entiendo que ampliar la base ayuda, desde luego es importante, pero su impacto es más bien marginal y no alcanza. Porque ya la presión tributaria es alta, entonces probablemente para ampliar el PBI, tengas que bajar impuestos y hacer un plan bastante light de aportes para determinados sectores. En este sentido, el resultado seguramente termine siendo neutro en términos fiscales. Posiblemente no incremente la recaudación en el corto plazo, pero sà el blanqueo de trabajadores en el mediano-largo plazo... Pero dudo mucho que eso sea la solución para poder mejorar el importante déficit de seguridad social que tenemos. Y sin encarar esta reforma, no se puede bajar la presión tributaria. Y sin baja de la presión fiscal, difÃcilmente puedas lograr una gran ampliación de los aportantes y la base imponible.
Y en cuanto a lo de la reforma tributaria, también es marginal. Sirve sacar los impuestos distorsivos, pero la presión tributaria hay que bajarla para que crezca el PBI. Si no, es una buena reforma, pero no creo que sea la forma de incrementar fuerte la recaudación por expansión del PBI. No es como durante el kirchnerismo, que subÃan las retenciones y los precios de la soja seguÃan en alza y la producción también. Hace falta una reducción de la presión.
¿Respecto al sistema previsional que cree que habÃa que hacer?
Creo que son necesarias una actualización automática de los beneficios que no dependa de la inflación pasada y una polÃtica que fije una evolución de la edad de jubilación en relación a la cantidad de aportantes o monto que reciban los beneficiarios para que, en definitiva, el envejecimiento de la población no termine repercutiendo en la sostenibilidad del sistema jubilatorio.
No estamos en una situación en la que el impacto de las reformas se vea en el corto plazo. Considero que los resultados de todas las medidas clave de este Gobierno los van a cosechar los próximos.
¿Qué herencia le va a dejar el Gobierno de Mauricio Macri a su sucesor, o a sà mismo si consigue su segundo mandato?
En primer lugar, le va a heredar una economÃa que dejó de ser tan cÃcilica, es lo más importante, con crecimiento sostenible en el largo plazo tanto por el tema fiscal como por el sector externo, si es que logra efectivamente que crezca la participación de la inversión en el PBI. Una economÃa más insertada en el mundo, con precios más competitivos y alineados a los precios mundiales.
También le va a dejar una economÃa con menor inflación a la actual, quizás con suerte llegando a un dÃgito a fin de 2019...
Disculpe la interrupción. ¿El Gobierno dice "5% o menos" para 2019 y usted dice "con suerte menos de 10%"?
SÃ, 9%. Nosotros no somos tan optimistas en este sentido. Pero sà creemos que va a dejar una economÃa sin las tarifas distorsionadas. Esperamos que sigan con la flotación cambiara administrada para poder defender a la economÃa de shocks externos. Y las cuentas fiscales más ordenadas, no va a ser en cero, pero con un déficit fiscal primario del 2%, un déficit por intereses deuda de 2 a 3% del PIB y un resultado global de 4 o 5% de déficit. Y si bien parece elevado, si estás creciendo al 3% anual, se licua bastante.
Seguramente avancen en una reforma tributaria que quite los impuestos distorsivos. Pero lo más importante es que tienen que hacerlo. Este gobierno o el próximo va a tener que hacerlo. Porque este gobierno y el próximo van a necesitar financiarse y si no lo hacés, no te financian y se rompe el plan gradual.
Pero no creo que esto pase, porque es muy difÃcil que el Gobierno no encuentre apoyo para hacerlas, porque no son medidas solo para este mandato sino para el que viene. A este Gobierno mucho rédito no le generan porque se cosechan en el mediano-largo plazo y a la oposición le conviene que sea Macri el que enfrente el costo. Si sos oposición, podés echarle la culpa a Macri de estas medidas que a la larga son buenas para el paÃs. Es lo que está pasando con (Michel) Temer en Brasil. Lo están dejando hacer todas las reformas y que sea el malo de la pelÃcula. Y no lo quieren sacar mientras él siga haciendo el trabajo sucio.
Por eso, no me parece tan difÃcil que la oposición deje que Macri lleve adelante su agenda de reformas, porque además es un Gobierno que se tiene fe y cree que va a poder cosechar la siembra en un segundo mandato. No van a hacer los años dorados del kirchnerismo -eso quedará tal vez en la melancolÃa del inconsciente colectivo, o no, no lo sé-, va a ser mucho más modesto en crecimiento, pero va a ser un buen sendero.
Este gobierno se quejó de la pesada herencia, pero se agarró todo lo que pudo del bajo ratio de endeudamiento heredado para financiar su programa económico. Con la herencia que describió que dejará Macri al final de su mandato, solo veo que el próximo Gobierno, de ser de otro signo polÃtico, tendrá margen para seguir por el mismo camino o, a lo sumo, congelar tarifas y tal vez atrasar tipo de cambio, de querer fomentar más el consumo. ¿Es esto lo que está diciendo?
SÃ, es decir, se pueden congelar tarifas, pero no mucho más, por la necesidad de refinanciamiento. O sea, no va a haber espacio fiscal para volver al populismo. El gobierno anterior pudo hacerlo por no tener restricciones por el frente externo. El próximo gobierno va tener a los mercados en la puerta observándolo de cerca todo el tiempo. Si los acreedores ven que crece el déficit, se va a encarecer la deuda y menos margen presupuestario van a tener.
Además, cabe aclarar que estas elecciones no son tan relevantes como el Gobierno las ha hecho parecer. Los riesgos de la vuelta del populismo de mano de la ex presidenta son acotados aunque gane las dos bancas de la provincia de Buenos Aires, la región menos favorecida por el modelo económico del Gobierno. De acuerdo con nuestras mediciones, en el resto del paÃs no tiene tracción. Incluso en la Provincia, sus niveles de rechazo nos dan elevados. Por eso no vemos que puede tener un resultado muy contundente en la provincia de Buenos Aires, o sea, la vemos con menos de 40 puntos y no tan lejos de los demás candidatos de oficialismo.
Entonces, vemos difÃcil que pueda construir una base fuerte de sustentación en la provincia. Y sin esta base provincial, más difÃcil es que cobre proyección nacional, tanto porque situación económica es mejor como porque su imagen es más débil.
Por eso, si Cambiemos gana en octubre -como yo espero- va a tener espacio para avanzar con estas reformas que el paÃs necesita para poder seguir creciendo.
Mencionó a Temer. Y me hizo recordar que usted fue el único que dijo que el escándalo polÃtico de Brasil (cuando lo escucharon al presidente avalando el pago de coimas) no iba a arrastrar a su economÃa y hasta ahora estuvo en lo cierto. ¿Se puede contar con la economÃa brasileña en los próximos años?
SÃ, quedé muy jugado con lo que dije de la economÃa de Brasil. Por sus fundamentos ya habÃa tocado fondo y, en la medida en que avanzaran con las reformas, solo le quedaba crecer; y hasta ahora lo viene haciendo. Y me alegra que asà sea porque lo necesitamos para crecer nosotros también.
Espero que se vea una recuperación del consumo, que lentamente ya se empieza a ver, más del lado de los asalariados porque los salarios reales le ganaron a la inflación y porque el desempleo ya empezó a bajar y con la reforma laboral creo que va ser mayor el dinamismo del mercado laboral. Y espero que el Banco Central de Brasil siga con el sendero de baja de tasas porque se demoró mucho y ya hasta se pasó para abajo del piso de la meta y que asà se dinamice la parte de Brasil que a nosotros sà nos sirve.
Hasta ahora lo que hemos visto es que ese crecimiento vino por el lado de las exportaciones, por una campaña agrÃcola excepcional y por la fuerte devaluación previa, y no era el crecimiento de Brasil que a nosotros más nos servÃa ya sea porque o competÃamos por la soja o porque nos vendÃan autos, pero no nos compraban. No quiero pecar de optimista, pero creo que hay razones para pensar que pueden seguir creciendo y de la mano del consumo que es lo que a nosotros nos ayuda.
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deja de escribir es tupi deces
En fin, que podes esperar de un sujeto con esa cara de nene bobo, tipica de los tilinguitos criados en la burbujas de los countries y que papi le pago toda la carrera, las vacaciones y ademas lo puso de gerente en su primer experiencia laboral "porque meritocrata se nace"....buah
Noticia para los más jóvenes: esto ya nos pasó. Le pasó a Alfonsín e incluso a Menem y De la Rúa. Por eso fue excelente la política de desendeudamiento de Kirchner. Lástima que ese desendeudamiento fue el que permitió, justamente, que el delincuente de Macri tomara deuda impunemente, incluso a cien años.
Y sólo se me ocurren dos motivos por los que se elegió a un tipo como Macri, que nos lleva de nuevo al desastre: 1) a mucha le irritaba tanto la soberbia de la señora que decidió irse a las antípodas, 2) la gente es irremediablemente estúpida, lo suficiente como para dejarse llevar por las mentiras de los medios y no advirtió que tenía una tercera opción, muchísimo más sensata.
Es tal cual lo expone. El sueño peroncho es dejar hacer a Macri las cosas que hay que hacer para poder volver a robar de la mano del pueblo ignorante que compra espejitos de colores y vota por la cuota del LCD, con populismo bananero como hicieron Menem y los Kirchner, junto con Ma$$a, Duhalde, Scioli... todos peronchos.
Estamos en el camino correcto para ser sustentables en el largo plazo, hay que ver si el pueblo se aviva o si sigue votando a los mismos peronchos que nos hunden desde el 89