En medios de los rumores que indican que dejarían sus cargos, Elisa Carrió -una pieza clave en el equilibrio de fuerzas de Cambiemos- salió a apoyar públicamente a Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, vicejefes de Gabinete e integrantes de la mesa chica del Gobierno.

"Los mejores funcionarios son Quintana y Lopetegui. No será esta la venganza de los laboratorios por haber bajado el 70% del precio de los medicamentos oncológicos del PAMI, y limitado el valor del resto de los medicamentos? Yo los apoyo. La verdad está en lo que no se ve", escribió Carrió en su cuenta de Twitter.

En un domingo en el que las miradas están puestas sobre las reuniones que se suceden en la Quinta de Olivos, Carrió le pone más tensión a la crisis del gobierno. El apoyo a Quintana y Lopetegui se traduce a un respaldo a Marcos Peña.

Pero además, la líder de la Coalición Cívica también salió a marcar su alineamiento con Macri. "Yo sostengo a la República, al Presidente, a su equipo y no pido cargos", escribió en Twitter. También lanzó una advertencia sobre la vuelta de las retenciones que Dujovne anunciaría mañana: "No se toca el programa del campo de disminución de retenciones", amenazó.  

Ayer, Mauricio Macri reunió en Olivos a sus colaboradores más cercanos y decidió desarmar la superestructura de control de la Jefatura de Gabinete. Además fortaleció el ministerio de Economía y redujo el gabinete a un esquema de diez ministerios.

Las figuras de Quintana y Lopetegui venían siendo fuertemente cuestionadas por el círculo rojo. Quintana, no paró de sumar enemigos en su paso por el gobierno y se va con la promesa de Macri de rescatarlo en un par de meses en alguna otra posición.

Macri desarma la estructura de control de Jefatura de Gabinete y avanza con el plan Melconian

En cuanto a Lopetegui, que tampoco cosechó aliados y se destacó por su escasa empatía personal, quedaría reducido a una suerte de controller de gastos de Salud y alguna otra área.

Los cambios suponen un fuerte golpe para Marcos Peña, aunque como compensación, sumaría bajo su órbita al ministerio de Modernización de Andrés Ibarra que pasaría a ser una Secretaría, con el estratégico control que tiene de todas las contrataciones de la administración pública.