Operadores de María Eugenia Vidal y del intendente Carlos Arroyo mantienen por estas horas una durísima negociación para resolver las candidaturas en Mar del Plata. Esa negociación tuvo ayer su primera sin resultados positivos, pero ambas partes mantendrán los puentes de negociación por los próximos días.

Se trata de una pulseada compleja, una especie de nudo gordiano, clave para la Gobernadora por el peso electoral que tiene esa ciudad: el tercer distrito electoral más importante de la provincia, solo por detrás de La Matanza y La Plata.

El gobierno no quiere saber nada con que Arroyo intente reelegir dentro de Cambiemos (ahora rebautizado como Juntos por el Cambio). En rigor lo quieren adentro del oficialismo, pero ocupando un lugar en la lista de diputados nacionales.

Arroyo quiere competir adentro de Juntos por el Cambio y enfrentar en una interna a un candidato del oficialismo. Ya sea Guillermo Montenegro, Vilma Baragiola o Maximiliano Abad. Desde allí, el gobierno provincial y el municipio mantienen una dura pulseada sobre la que nadie se anima a pronosticar un resultado.

Vidal respaldó a Montenegro y se tensa la interna en Mar del Plata

Desde La Plata fueron a fondo ayer y dejaron trascender que Arroyo había sido excluido de la posibilidad de una primaria dentro del oficialismo. Una manera de tensionar al máximo la negociación con el intendente.

Por lo pronto, Arroyo inscribió el martes a su partido vecinal (Agrupación Atlántica) por fuera de Cambiemos. Una jugada audaz porque le permite contar con un instrumento electoral en caso de que no haya acuerdo con los operadores de Vidal.

Se trata de un escenario similar al de la elección de 2015, cuando Arroyo no uso su partido local y decidió -a horas del cierre- ser el candidato de Cambiemos. En 2017, por el contrario, Agrupación Atlántica fue parte del frente electoral de Cambiemos.

La negociación es compleja, el esquema ideal con el que sueñan en La Plata es enviar a Arroyo y a Baragiola a la lista de diputados nacionales, para que Montenegro sea el candidato único de Cambiemos. Eso, en principio, asoma como imposible.

Un dato interesante es que Arroyo está dispuesto a una paso con Montenegro o, en su defecto, con uno de los representantes del radicalismo (Baragiola o Abad). Pero en Mar del Plata descartan de plano una interna de tres actores porque aseguran que Montenegro y Arroyo se restan votos entre sí.

Pulti teme que Cristina elija a Raverta y propone una interna para enfrentar a Cambiemos en Mar del Plata

Mientras tanto, en las últimas horas trascendió que Arroyo estaba muy cerca de cerrar un acuerdo con Roberto Lavagna, una jugada que de confirmarse pondría fin a un conflictivo camino de más de tres años junto a Cambiemos.

Desde el entorno del intendente aseguran que esa maniobra es una posibilidad real, pero sostienen que a la negociación con el gobierno provincial todavía le queda tela. Mientras tanto, en las próximas horas, el gastronómico Luis Barrionuevo deberá convencer a Arroyo de integrar Consenso Federal 2030.

Sin acuerdo, Pulti va con boleta corta

Mientras tanto, el ex intendente Gustavo Pulti no logró cerrar un acuerdo con el Frente de Todos y volverá a competir en las elecciones con la boleta corta de Acción Marplatense.

Pulti había pedido una interna con la camporista Fernanda Raverta y el massista Ariel Ciano. Sin embargo, por estas horas parece ponderar la intención de ungir a Raverta como única candidata y bajar a Ciano a la lista de diputados provinciales por la Quinta Sección.

El ex intendente anunciará mañana que el kirchnerismo no le habilitó la competencia interna por lo que se presentará con su partido vecinal, es decir sin candidato presidencial ni a gobernador. Pulti hará el anuncio a las 9,30 en la sede de Acción Marplatense.

Según trascendió, Pulti evitará las frases fuertes y el pase de facturas. Es que las chances de ser candidato quedan abiertas hasta la medianoche del 22.

Por lo bajo, según da cuenta La Capital, en el entorno de Pulti cargaron esta tarde contra La Campora por bloquearle la interna contra Fernanda Raverta. "Quisieron todos menos ellos", aseguran.