El principal problema del ciclo que se avecina es el aislamiento geopolÃtico en el que terminó encerrada Cristina Kirchner, como ella misma reconoció cuando renunció a su candidatura a presidenta y ubicó en el primer término de la boleta a Alberto Fernández, en la expectativa que su perfil más centrista despeje esa dificultad.
Cuando hablamos de aislamiento internacional hablamos de Donald Trump, que se jugó todo a la reelección de Mauricio Macri y de su aliado Jair Bolsonaro, que para no pocos analistas habla por boca de la Casa Blanca, cada vez que martiriza al ganador de las PASO.
Cardoso intenta enfriar la pelea entre Alberto y Bolsonaro
Es un problema central porque a diferencia de lo que ocurrÃa en el mandato de Cristina, ahora la Argentina está sometida a un programa del FMI y tiene una deuda externa en el lÃmite de lo manejable. Esta combinación de factores, en los que la opinión de la Casa Blanca es determinante para encontrar soluciones, limita al extremo el margen de maniobra del próximo presidente. O sea, el debate no es si Alberto debe o no ponerse de acuerdo con Trump, sino cual es la mejor manera de llegar a ese entendimiento. No hay margen para una confrontación.
En ese marco, mientras Sergio Massa acaso intenta un acercamiento gracias a sus contactos en el Partido Republicano, Alberto prepara dos incursiones en el ámbito internacional, posibles en el actual contexto polÃtico.
España
La primera es un viaje a España, con la excusa de dar una clase en la universidad Camilo José Cela. En esa casa de estudios confirmaron a LPO que no tienen en agenda la visita, pero allegados al candidato peronista, ratificaron que se prepara la visita para los primeros dÃas de septiembre.
En la penÃnsula gobierna el PSOE de Pedro Sánchez, que pese a ser socialista, se entendÃa de maravillas con Mauricio Macri, a quien elogió de manera desbordada, cuando en la pasada cumbre del G20 se anunció el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea, que en ese momento Fernández citicó y ahora ya no ve con tan malos ojos.
Sánchez ganó las últimas elecciones pero no logra o no quiere ponerse de acuerdo con Podemos para formar gobierno y es posible que si cumple con los consejos de su jefe de Gabinete y estratega, Ivan Redondo, España vaya a nuevas elecciones en noviembre. La idea de Redondo es que en un nuevo turno podrÃan sumar 30 diputados y quedar mucho más cerca de la mayorÃa, liberándose de la molesta compañÃa de los seguidores de Pablo Iglesias, muy cercanos a La Cámpora.
Pedro Sánchez rechaza una nueva oferta de Podemos para formar gobierno
En esa estrecha cornisa deberá caminar Alberto Fernández cuando visite Madrid. Cuenta con una ayuda inestimable: El embajador de Uruguay en España, Francisco "Pancho" Bustillo. Es uno de sus mejores amigos en la polÃtica del paÃs vecino y conoce como pocos las distintas tribus del PSOE. PolÃtico talentoso, se lo menciona como canciller del Uruguay si el Frente Amplio vuelve a ganar las próximas elecciones. Fuentes del PSOE confirmaron a LPO que aún no recibieron un contacto oficial pero anticiparon que "no tendrÃamos ningún problema en recibir a Fernández".
Por el momento, en la embajada argentina en Madrid continúa Ramón Puerta, un amigo de Macri que nunca renegó de su condición de peronista y posiblemente quiera ayudar a quien todo indica será el ganador de octubre.
Para ocupar la elegante sede de la calle Fernando el Santo, ya se mencionan varios nombres. El primero es Carlos Bettini, embajador de los Kirchner e Ãntimo amigo de Felipe González, entre otras figuras de primera lÃnea de la penÃnsula. Muy cercano a Cristina. También se menciona al empresario Luis Ureta Sáenz Peña, ex CEO de Peugeot Argentina, amigo de Alberto y designado por él en la embajada de Francia durante el gobierno de Néstor Kirchner. Ureta Peña tiene muy buenos contactos en Madrid y conoce a la familia real. El tercer nombre que circula es el de Emilio Monzó, que tal vez consiga que Alberto le ofrezca lo que le negó Macri. El último es el socialista Antonio Bonfatti.
Como sea, en el PSOE de Pedro Sánchez están dispuestos a recibirlo, aunque por ahora cerca de Alberto juran que el encuentro quedarÃa para después de las elecciones de octubre. Pero nada impide que se tome un café discreto con Redondo, con muchos amigos en la Argentina, entre ellos Facundo Moyano, ex alumno de la universidad que recibirá a Alberto.
México
Para balancear tanta socialdemocracia europea, Alberto también planea un viaje a México, donde el otro gran lÃder "populista" de la región lo espera con los brazos abiertos. Se necesitan. Los dos tienen que lidiar con Trump y Bolsonaro. Esta vez están dadas las condiciones polÃticas para que se cumpla aquella vieja idea de Néstor Kirchner de forjar una alianza México-Argentina que equilibre el peso de Brasil.
Como ocurre con Podemos en España, toda el ala de izquierda del gobierno de López Obrador tiene aceitados lazos con el núcleo duro de Cristina, Axel Kicillof y La Cámpora. En esa lÃnea aparece el presidente del Senado, Martà Bartres y las secretarias de Trabajo, Luisa MarÃa Alcalde; de la Función Pública, Irma Sandoval y sobre todo, la secretaria de Gobernación y ex jueza de la Corte Suprema, Olga Sánchez Cordero.
Irma Sandoval es esposa del periodista mexicano-estadounidense John Ackerman, quien organizó la reciente visita de Kicillof a la capital azteca. Y Alcalde es hija de Bertha Luján, presidenta del congreso de Morena.
Pero López Obrador también tiene un costado muy pragmático, cuya cara más visible es el jefe de la Oficina Presidencial, Alfonso Romo, pero que tiene como poder detrás del trono al abogado Julio Scherer Ibarra y como nexo con el mundo al canciller, Marcelo Ebrard Causaubon.
En esta tarea de aproximación al complejo universo de Morena, Alberto cuenta con la ayuda de su amigo, el empresario franco-mexicano, Xavier Cazaubon, que no tiene parentesco con el canciller, pero si una gran amistad.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
¡La 4T se escribe con ?T? de Tabasco