Un informe elaborado por el Ministerio de Seguridad bonaerense refleja los problemas que arrastra la provincia de Buenos Aires para alojar detenidos por fuera del Servicio Penitenciario.
El trabajo, elaborado por la Superintendencia de Planeamiento y Operaciones Policiales, al que accedió LPO, muestra el crecimiento exponencial en la cantidad de detenidos en los últimos tres meses y, como contraparte, una fuerte caÃda de los lugares destinados para alojamiento de esas personas. Los números dan cuenta de una situación de extrema gravedad.
En diciembre de 2015 habÃa cupo para 599 detenidos y 1700 personas alojadas. Esta brecha fue creciendo para llegar a julio de 2020 con 106 lugares para 5.180 detenidos. El trabajo también revela la agresiva polÃtica de detenciones que lleva adelante el ministro Sergio Berni, que en los últimos tres meses llevó a crecer en casi 1200 los detenidos sólo en comisarÃas.
El problema arrastra años, pero se profundizó notoriamente en los últimos cuatro. Se sabe que las cárceles de la provincia están superpobladas, pero lo que pocos dicen es que también están desbordados los calabozos de las comisarÃas.
Una situación que se agrava con la pandemia del Coronavirus que tiene como única medida de contención evitar los hacinamientos y espaciar la distancia entre las personas.
Los conflictos son cada vez más frecuentes aunque muy pocos trasciendan las paredes de las comisarÃas. En la provincia apuntan al gobierno de MarÃa Eugenia Vidal por la situación recibida. Puntualmente al ex ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, y al procurador Julio Conte Grand.
Buenos Aires es la provincia con mayor cantidad de personas detenidas tiene en relación a su población: 254 cada 100 mil habitantes, una proporción muy superior a la media del paÃs, que es de 186 presos cada 100 mil personas.
Durante el gobierno de Vidal -en particular desde el desembarco de Conte Grand en la Procuración- la cantidad de detenidos creció rápidamente, pero sin sumar lugares para detención, una tarea que estaba a cargo de Ferrari que controlaba el Servicio Penitenciario. Las comisarÃas dependÃan del entonces ministro de Seguridad, Cristian Ritondo.
Si bien Ferrari avanzó con la construcción de algunas cárceles, la creación de plazas quedó muy lejos del nivel de detenciones. Hubo algunos intentos de ceder a empresas privadas la construcción de nuevas unidades carcelarias, pero el fracaso de los contratos de PPP hizo naufragar los proyectos en danza.
Al asumir frente a la gobernación provincial, Kicillof debió afrontar una huelga de hambre de más de 10 mil internos, que en el último tramo de la gestión de Cambiemos reclamaban por la falta de comida en las penitenciarÃas.
DÃas después de la jura, el mandatario creó una "mesa interinstitucional de diálogo" con el objetivo de reunir a todos los actores institucionales del área y evaluar soluciones comunes.
En marzo, en el primer tramo del aislamiento obligatorio, en la provincia ocurrieron una serie de motines en diferentes cárceles de la provincia en el marco de los pedidos de excarcelaciones por el avance de la pandemia del coronavirus.
Los dos más resonantes ocurrieron en Melchor Romero (La Plata) y Florencio Varela, pero también hubo conflictos menos visibles en otras unidades penitenciarias.
Lo ocurrido en el penal de Florencio Varela dejó al Servicio Penitenciario en el centro de la polémica toda vez que en esa revuelta falleció un interno y la autopsia reveló que la causa de su fallecimiento fue el impacto de balas de plomo.
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No se quejen cuando la población haga justicia por su propia voluntad. Ahí veremos que ni la policía ni la clase política sirven para algo.
La pepita, la unica basura sos vos, y oles a tal
Diarrea, decis que meten en la gayola a gente buena?
Pizzita, la gestion bobitos te espera