En su primera comparecencia ante un tribunal federal, el ex presidente de Pemex, Emilio Lozoya, se declaró inocente este martes de las varias acusaciones derivadas del caso Agro Nitrogenados.

El ex titular de la empresa más grande de México durante el sexenio de Enrique Peña Nieto afirmó que él fue solo un "instrumento" en esos hechos y dijo que identificará a los responsables de los actos de corrupción que se le adjudican, algo que sonó como una clara intención de vincular tanto al ex presidente como al ex canciller, Luis Videgaray

Lozoya fue detenido en España, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita por los casos de Odebrecht y Agronitrogenados. A mediados de julio fue extraditado a México, sin embargo fue trasladado a un hospital privado apenas pisó suelo mexicano por problemas de anemia.

En México creen que esa fue la única manera de proteger la vida del ex directivo de Pemex. Es que Lozoya permanece resguardado por la Armada de México, la rama marítima de las Fuerzas Armadas, que asoma como la única fuerza militar no contaminada por el narco.

El propio Andrés Manuel López Obrador advirtió que es imperante que se cuide físicamente a Lozoya: "Vale la pena todo lo que va a decir", aseguró días atrás en un llamado a la Fiscalía General de la República (FGR) para reforzar su vigilancia.

En ese contexto es que este martes declaró de manera remota desde el lujoso hospital Hospital Ángeles del Pedregal.

Militares custodian el hospital donde está detenido Lozoya.

EFE

La Fiscalía General de la República pidió su vinculación a proceso por el caso de la compra de la planta de Agro Nitrogenados y desarrolló los perjuicios causados por esa presunta compra fraudulenta al Estado Mexicano, acusando de realizar una adquisición por encima de su valor real y con el 60% de sus activos inutilizables.

Además, aseguraron que el funcionario pactó la compra de antemano con el presidente de la empresa que la controlaba, Altos Hornos, por la cual habría recibido un soborno millonario que habría triangulado y depositado en una cuenta en un banco de Ginebra a nombre de su hermana.

"De acuerdo con la investigación, el ex funcionario transfirió de junio al 28 noviembre 2012, tres millones de dólares de la empresa Altos Hornos de México a una cuenta que es beneficiaria su hermana, sin que se identificara origen de la transferencia", precisó el Consejo de la Judicatura Federal desde un grupo de WhatsApp, el único canal oficial de información sobre la audiencia.

El ex presidente de Pemex reveló que el candidato presidencial de la derecha recibió plata de las coimas 

A su turno, el propio Lozoya rechazó las acusaciones y se declaró inocente. "Mi compromiso fue renunciar al juicio extradición para que se aclare mi situación jurídica y en el momento de la exposición de datos de prueba demostraré que no soy responsable ni culpable de los delitos que se imputan", dijo.

Y añadió: "Asimismo, una aclaración de lo que se imputa, el inmueble al que se refieren fue declarado ante Secretaría de la Función Pública desde que comenzó mi gestión como director de Pemex, respecto a los recursos que se imputan lo aclararé al momento de presentar los datos de prueba".

Apenas unos minutos después, tras un receso para ventilar el espacio según el protocolo Covid, Lozoya hizo probablemente la declaración más significativa de lo que va de la jornada, al asegurar que fue "sistemáticamente intimado, presionado e instrumentalizado" durante los hechos que se investigan.

"Asimismo", añadió hablándole al juez, "manifiesto a usted que denunciaré y señalaré a los autores de estos hechos, y vuelvo a reiterar mi compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano".

López Obrador exhibe una foto del detenido Emilio Lozoya.

EFE

Si bien todavía está por verse hasta dónde llegará Lozoya en sus imputaciones, las revelaciones publicadas en la prensa en las últimas semanas sobre sus negociaciones con la FGR para ser extraditado a México y cooperar con la investigación presentando pruebas sobre dinero ilícito y presuntos sobornos provocaron un verdadero sismo en la política mexicana.

Su supuesta promesa de que tenía 16 horas de video probando cómo, por orden de Peña Nieto y Videgaray, se entregaron alrededor de 52 millones de pesos a legisladores del PAN para aprobar las reformas del sexenio anterior -6,8 millones solo para el entonces presidente de Cámara de Diputados, Ricardo Anaya-, provocaron una serie de desmentidas por parte de varios actuales gobernadores de Acción Nacional, que revestían como diputadores y senadores en el año 2013.

El propio Anaya rechazó el trascendido, diciendo que apoyó la reforma no por dinero sino por convicción, y Marko Cortés, el presidente del PAN, dijo que la supuesta acusación era la acción de un "criminal que buscaba salvarse".

El ex candidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya.

Cuartoscuro

Para el PRI las cosas no fueron mucho mejor. Profundizando el descrédito de una fuerza que en las elecciones del 2018 registró sus peores números de su historia, lejos de su historia de control hegemónico del poder, el tricolor exhibió a su interior varios movimientos -la renuncia de Vanessa Rubio a su bancada y plan de huída a Londres, Salinas de Gortari agilizando súbitamente los trámites para obtener la ciudadanía española, entre otros- que muchos interpretaron como el acciones preventivas ante las posibles salpicaduras de Lozoya.

Todo esto, mientras falta menos de un año para unas elecciones legislativas clave en las que López Obrador intentará revalidar su apabullante triunfo electoral y la oposición mostrarse nuevamente como una alternativa competitiva ante la 4T. Sin embargo, si el caso Lozoya continúa captando la atención mediática, y las grandes figuras del pasado y presente del mentado PRIAN se ven envueltas en un escándalo de corrupción de esta magnitud, el camino del triunfo para el lopezobradorismo, pese a la crisis económica y la pandemia, se podría hacer mucho más fácil.