Cuando empezó a bajar la espuma por la muerte y posterior velorio histórico de Diego Maradona, en la política empezaron a desentrañar cómo una barrabrava de fútbol pudo tener piedra libre dentro de la Casa Rosada a metros del presidente.

Desde el jueves se tiran entre Sabina Frederic, ministra de Seguridad de la Nación, y Diego Santilli, vicejefe porteño y encargado de la seguridad de la Ciudad por las responsabilidades del operativo policial y el descontrol de la multitud, en especial por la represión de la Policía de la Ciudad en Avenida de Mayo y 9 de Julio. A la pelea se subieron Santiago Cafiero e incluso Alberto Fernández.

Sin embargo, hubo desinteligencias entre el propio Gobierno nacional que dejaron expuesta a la ministra. "Nosotros no podemos dar la orden a la Policía de la Ciudad", aseguró Frederic, que dijo que habló con Santilli para que libere la barrera de Avenida de Mayo y 9 de Julio. Aunque la orden de frenar el paso en esa intersección fue de Casa Militar, encargada de la seguridad del presidente y de custodiar la Casa Rosada.

Si cerramos va a haber combate porque la cola llega hasta canal 13 y sigue llegando gente, advirtieron desde  la policía porteña ante la orden de la Casa Militar que pidió obturar el paso de las columnas que se acercaban a la Casa Rosada.

Casa Militar, que depende del secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, organizó una reunión el miércoles, horas después de la muerte de Maradona, en la que participaron el Grupo Especial de Operaciones Federales de la Policía Federal, que depende de Frederic y el director de operaciones de la Policía de la Ciudad, Fabián Quiroga, para coordinar el velatorio.

Vitobello junto a Alberto Fernández cuando retiraron el cajón de Maradona de la Casa Rosada.

Por el lado de Casa Militar estaban el coronel de Caballería, Alejandro Daniel Guglielmi; el teniente coronel Walter Rovira y el capitán de Fragata, Diego Gordillo.

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Fuentes del gobierno porteño anticiparon a LPO que las comunicaciones oficiales que quedaron registradas en la Dirección de Operaciones de policía porteña dejaron documentada esa reunión en la que se creó un comando unificado a cargo de la Nación en el que participó la Policía de la Ciudad.

También quedaron registrados los pedidos que se realizaron desde Nación para cerrar el acceso a las personas que querían participar del velatorio a Maradona en la Rosada.

Frederic no estaba al tanto que alrededor de las 12.20 del jueves, Gordillo pidió a la Policía de la Ciudad que obturaran el paso de los hinchas en Avenida de Mayo y Bernardo de Irigoyen porque iba a ser imposible cumplir con el pedido de la familia Maradona de terminar el velorio a las 16. La Ciudad respondió que era imposible cerrar todo en 10 minutos como pedía Nación y pidió más tiempo.

"Si cerramos va a haber combate porque la cola llega hasta canal 13 y sigue llegando gente", indicaron en la policía porteña. Casa Militar pidió obturar el paso de todos modos y allí se originaron los incidentes.

La autocrítica que hacen en ambas administraciones es la de no haber impuesto condiciones a Claudia Maradona, la más inflexible en cortar el velatorio a las cuatro de la tarde. 

En simultáneo, trece colectivos que transportaban barrabravas de Gimnasia bajaron de la autopista y se estacionaron detrás de la Rosada, en la avenida La Rábida, como si fueran invitados de honor. Los desmanes que hicieron a metros del presidente, tomando el Patio de las Palmeras, terminaron en una nube de gases lacrimógenos dentro de Casa de Gobierno, en una postal inédita en la historia argentina.

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Cuando el desborde auguraba finales impredecibles, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro culpó a la Ciudad por la represión. En el gobierno de Larreta interpretan que Wado intentó de ese modo de abrir el paraguas por si el descontrol terminaba en tragedia.

En la Ciudad aseguraron a LPO que no hay ningún hospitalizado por la represión de la policía porteña y que incluso fue la Policía de la Ciudad la que escoltó el cortejo fúnebre de Diego hasta la provincia. Y advirtieron que si el Ejecutivo nacional sigue queriendo responsabilizar al gobierno porteño, Santilli saldrá a "contar todo".

La autocrítica que hacen en ambas administraciones es la de no haber impuesto condiciones a Claudia Maradona, la más inflexible en cortar el velatorio a las cuatro de la tarde. Porque una vez que aceptaron hacer el velorio en Casa Rosada, el evento pasó a ser de Estado. Y las decisiones relativas a la seguridad nacional y del presidente no pueden quedar a merced de las decisiones de civiles, por más que sean de apellido Maradona.