Lacalle Pou parece haber encontrado un filón para poner contra las cuerdas a la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, acaso la dirigente hoy más importante del opositor Frente Amplio, que además viene de humillar al presidente en las pasadas elecciones municipales al ganarle la capital del país.

El estadio de última generación Antel Arena es la obra emblemática de la gestión de Cosse como ministra de Industria del anterior gobierno de Tabaré Vázquez. El problema es que su construcción demandó  a las arcas públicas 118 millones de dólares, prácticamente el triple de los 40 millones de dólares que la ahora intendenta estimó públicamente que iba a costar.

El dato es resultado de la primera auditoría que hicieron las nuevas autoridades de la empresa pública de telecomunicaciones, nombradas por Lacalle Pou y que fue publicada este 23 de diciembre. En la presentación, se cuidaron de no hacer acusaciones de corrupción ni de sobreprecios, pero apuntaron a irregularidades por la falta de planificación financiera, la falta de transparencia y, en algunos tramos de la construcción, la ausencia de competencia entre proveedores para asegurar precios competitivos.

Lacalle Pou ordenó a la nueva conducción de la estatal Antel hacer una auditoría sobre los costos del estadio que el Frente Amplio anunció en 40 millones de dólares y terminó costando 118 millones. En la presentación del informe señalaron falta de planificación financiera y la ausencia de competencia entre proveedores.

Para los blancos -el partido de Lacalle Pou-, Carolina Cosse usó al Antel Arena para catapultarse de ministra a intendenta del distrito que concentra a la mitad de la población uruguaya y así sostener un bastión clave para el Frente Amplio.

Las estimaciones de Cosse fueron hechas públicamente en 2013 cuando era administradora nacional de Telecomunicaciones de Mujica y presidenta de Antel. Y ya en ese entonces la oposición le cuestionó el número y sostuvo que semejante obra iba a costar el doble. Luego la empresa pública tomó en 2015 un crédito de 58 millones de dólares con el Banco Santander, que deberá empezar a pagar este 2021. La nueva gestión de Antel ya anunció que lo va a renegociar. Ya para ese entonces el costo de la obra había pasado de los 48 a los 80 millones de dólares por la incorporación del equipamiento al presupuesto.

El proyecto se inicia cuando Cosse era presidenta de Antel durante la presidencia de Mujica. En ese momento anunció que la obra demandaría 40 millones de dólares y ya entonces la oposición denunció que costaría al menos el doble.

"Antel con sus recursos debe hacerse cargo (del costo de la obra) en los próximos años", dijo el nuevo presidente de Antel, Gabriel Gurméndez, al presentar los resultados de la auditoría. De acuerdo a ese trabajo, al 30 de junio de este año, la deuda con el Santander era de unos 46, 3 millones de dólares.

"El no realizar llamados públicos e invitar a cotizar a un grupo pequeño de proveedores no contribuye a la transparencia y buenas prácticas del proceso de compras", explicó Gurméndez y detalló que el resultado sugiere que se fue "gastando a medida que fue necesario" y sin una planificación financiera. Lo que hizo que la obra resultase costando casi tres veces lo anunciado.

La auditoría reveló también que casi 10% de la obra se manejó mediante compras directas sin licitación ni competencia entre proveedores y casi en un 20% del total no hubo competencia. Por lo que anunció que se continuará investigando y buscando la planificación financiera de la obra, que su gestión no pudo encontrar.

 El presidente de Antel, Gabriel Gurméndez, y el vicepresidente, Robert Bouvier, presentan el resultado de la auditoría.

Desde el Frente Amplio no hay una respuesta unificada. Sin embargo, desde varios sectores destacaron que con razón Gurméndez no habló de sobreprecios ni otras formas de corrupción. Por ejemplo el senador Mario Bergara declaró que: "Seguimos sin que surjan irregularidades de las auditorías" y recordó que en el año 2015 Cosse "dio todas las explicaciones del caso".