La jueza federal María Eugenia Capuchetti, cercana al operador judicial Daniel Angelici, se excusó de participar en el juicio por espionaje ilegal durante el Gobierno de Mauricio Macri, enviado desde el juzgado de Lomas de Zamora y nutrido de testimonios recogidos en la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia, que la semana pasada fueron presentados en un informe público de 400 páginas.

Capuchetti, la más cercana al ex presidente en Comodoro Py, recibió la causa al día siguiente, pero sorpresivamente porque, señaló, "se investigan similares maniobras de inteligencia ilegal de las cuales resulté damnificada, realizadas por personal de la Agencia Federal de Inteligencia en el período temporal comprendido a las consultas migratorias que se hicieron sobre mi persona".

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Sin embargo, el informe de la bicameral no la identifica como una de las víctimas, por lo que en Py creen que se trata de un capítulo de la interna entre los ex jefes de la AFI que resultaron procesados y están peleados entre ellos: Gustavo Arribas y Silvia Majdalani.

Angelici también quedó implicado en la causa a través de Juan Sebastián Destéfano, uno de los hombres de su mayor confianza, ex director de Asuntos Jurídicos de la AFI en la gestión de Arribas. Fue uno de los que tuvo que declarar varias veces en la bicameral. 

Capuchetti tomó esa decisión luego de que la Cámara Federal de Casación penal ordenara que el expediente pasara de los tribunales federales de Lomas de Zamora a los de Comodoro Py, en el barrio porteño de Retiro. 

El caso recayó en el juez federal Marcelo Martínez De Giorgi, que fue sorteado este lunes para intervenir en la causa en la que además de ex funcionarios implica a magistrados que el diputado Leopoldo Moreau, presidente de la comisión que llevó adelante la investigación, pidió armar otra para evaluar esos casos.  Capuchetti no quiso tener nada que ver.