El Gobierno envió a la Cámara de Diputados el proyecto de ley para postergar un mes las elecciones primarias y las generales, que de esta manera se realizarían el 12 de septiembre y el 14 de noviembre. La iniciativa tiene respaldo de Cambiemos, que consiguió incorporar una "cláusula cerrojo" para impedir otras modificaciones en el calendario durante el año. 

Se trata del artículo 6 del proyecto, que fue acordado el viernes entre el ministro del Interior Eduardo De Pedro y los jefes opositores de la Cámara de Diputados. "La presente ley no podrá ser modificada ni derogada durante el año calendario en curso, en tanto regula un derecho público subjetivo de los partidos políticos, instituciones fundamentales del sistema democrático, a elegir sus candidatos a los cargos electivos previstos en la Constitución Nacional", dice el texto que tendría cabecera en la Comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por el pampeano del Frente de Todos Hernán Pérez Araujo.

La ley fue parte de una larga negociación entre las tribus oficialistas y opositoras. Entre los primeros, los gobernadores reclamaron eliminar las primaras este año, se lo plantearon al presidente Alberto Fernández, presentaron un proyecto a través del diputado tucumano Pablo Yedlin, pero chocaron con la resistencia de Máximo Kirchner, que nunca lo puso en tratamiento.

Hubo acuerdo entre el Gobierno y Cambiemos para votar el 12 de septiembre y el 14 de noviembreLa conducción del PRO, al mando de Patricia Bullrich, siempre se opuso a modificar las reglas de juego en un año electoral e intentó boicotear el acuerdo sin éxito con comunicados y tuit de furia. Pero Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal abrieron una línea de negociación y terminaron imponiéndose.  

Tal es así que Máximo, que siempre defendió la realización de las primarias, encontró eco en su par del PRO Cristian Ritondo y los intendentes bonaerenses de esa fuerza, que además es clave para mover las fechas en la Ciudad y en la Provincia porque controla el primer distrito y el Senado del que gobierna Axel Kicillof. 

Por pedido de Cambiemos, la ley señala que no podrá ser "modificada ni derogada durante el año calendario en curso, en tanto regula un derecho público subjetivo de los partidos políticos, instituciones fundamentales del sistema democrático".

De Pedro ya había anunciado las fechas estimativas en una reunión presencial con los jefes de Cambiemos en Diputados, donde explicó que si bien no puede garantizarse menos contagios de Covid 19 en septiembre, sí bajarán ese mes otras enfermedades respiratorias que aumentan la demanda de atención médica. 

Además, habrá avanzado el plan de vacunación, un tema que dividió aguas en Cambiemos, donde los sectores duros comandados por Bullrich advirtieron que lo mejor era votar cuanto antes y hasta condicionaron un cambio de calendario a la aplicación del sistema de boleta única, imposible de improvisar en este meses. Pero chocaron con Larreta y Vidal, quienes aún no tienen definido los candidatos en Buenos Aires y prefieren que se vote más adelante. 

Télam

El jefe de Gobierno y Kicillof imitarían a la Nación y empardarían sus elecciones locales con las nacionales, pero antes esperarán la sanción de la ley enviada este lunes a Diputados, que también reduce de 50 a 45 días previos a la elección la fecha de presentación de listas e inicio de la campaña electoral. 

De esta manera, los frentes electorales presentarán sus candidatos el 24 de julio, se oficializarán el 26 y recién el 8 de agosto, la fecha que estaba prevista para las primarias, comenzarán los spots televisivos para la contienda del 12 de septiembre. Las generales serán el 14 de noviembre y el proyecto destaca que las fechas se modifican "por única vez". 

No sería fácil repetirlas en dos años, sea cual sea el escenario sanitario, porque las presidenciales deben realizarse el tercer domingo de octubre y la Cámara Electoral pide un mínimo de dos meses entre los comicios para llegar a tiempo con el escrutinio.

Se espera un plenario de comisiones en Diputados para esta semana para no demorar su envío al Senado para su sanción. Recién después, el presidente puede modificar la convocatoria a elecciones con otro decreto. El definitivo.