Alberto Fernández prorrogó por dos meses la ley de biocombustibles que rige desde 2006, que regirá hasta el 12 de julio pero podría reemplazarse por un nuevo marco regulatorio si los senadores y los diputados del Frente de Todos saldan la interna que los tiene enfrentados por este tema.

Es que mientras los senadores aprobaron en octubre la prórroga de la actual norma hasta 2024, los diputados presentaron otro proyecto, con una reducción de la cuota del biodiesel del 10 al 5% del gasoil; y un aumento del 10 al 12% del bioetanol, pero con la mitad reservada a la producida a base de azúcar. 

El Gobierno prorroga dos meses la ley de biocombustibles por falta de acuerdo en el Congreso 

El oficialismo de la Cámara alta no aceptó ese cambio de timón: el cordobés Carlos Caserio se lo planteó al presidente, lo respaldó la santafesina María de los Ángeles Sacnun, autora del proyecto para prorrogar la ley actual; y la semana pasada se sumó el puntano Adolfo Rodríguez Saá, con cuatro diputados que lo siguen en sus decisiones.

Sin chances de un consenso, porque ni siquiera está claro que pueda alcanzar los aliados necesarios para tener una mayoría en Diputados con cualquiera de las decisiones. El decreto prorroga, anticipado por LPO, por dos meses el régimen de 2006 pero en su texto original, con cortes del 5%, que luego crecieron con resoluciones del Poder Ejecutivo.

No hubo aclaraciones del Gobierno, pero lo cierto es que para las empresas del sector, que rechazan la nueva ley de Diputados, una prórroga no cambia mucho porque no activarán sus plantas sin una certeza jurídica a mediano plazo.

El debate quedó en manos de la Comisión de Energía, presidida por el oficialista Omar Félix, uno de los promotores de la nueva ley con menos beneficios para el biodiesel. En una entrevista a LPO, aseguró que si siguen los cortes actuales, los precios en los surtidores se dispararían por la suba de los precios de los granos.