Horas antes de que las autoridades de los partidos que integran Juntos por el Cambio sellen formalmente la constitución de la coalición, Mario Negri y Gustavo Santos encabezaron una reunión de la que no participó Luis Juez, hasta aquí el principal socio de Santos para repartirse el liderazgo de la lista oficial en Senado y Diputados, respectivamente.

Mientras desde distintos sectores del radicalismo ejercen una fuerte presión para que sean afiliados al centenario partido quienes lideran ambos tramos de la boleta, posibilidad en la que no se descarta una Paso, los principales dirigentes dicen que "el objetivo" es la lista de unidad, con la participación de candidatos de los cuatro sellos: UCR, PRO, CC y el Frente Cívico de Juez.

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El cónclave fue minimizado desde ambos sectores. En el equipo de Santos dijeron que se dio en el marco de las reuniones para buscar la unidad de los cuatro sellos de la alianza y que la ausencia de Juez obedeció a que ambos dirigentes se vienen reuniendo públicamente, algo que no ocurrió con Negri hasta ahora.

En el radicalismo hay malestar emocional con Mauricio Macri y Gustavo Santos por el "ningueno" del PRO, situación agravada desde el paso del expresidente por Córdoba y el "desaguisado" que dejó al elogiar a Juan Schiaretti y criticar a Negri. 

Del lado de Negri dijeron que no está claro quién es el interlocutor del PRO, por lo que es difícil avanzar en un cargo local, aunque reconocieron que el jefe del interbloque en Diputados prefiere esquivar un enfrentamiento con Rodríguez Larreta y "no descalzarse de la estrategia nacional". Procura que reine el acuerdismo. Dinamitar los avales nacionales de Juez es una opción que manejan en el radicalismo.

"El partido no contempla la posibilidad de entregar las cabezas de las dos listas, porque hay que salvar la república pero sin sacrificar el radicalismo", es una definición que se escucha cerca de Negri. Sin embargo, nadie sabe qué hará el legislador. Lo que sí tienen en claro es que "con Juez, los intendentes del radicalismo se quedan en su casa".

Además de los elementos políticos que hacen al análisis, en el radicalismo hay malestar emocional con Mauricio Macri y Gustavo Santos por el "ningueno" del PRO, situación agravada desde el paso del expresidente por Córdoba y el "desaguisado" que dejó al elogiar a Juan Schiaretti y criticar a Negri. 

El malestar se agravó hace algunos días, cuando el PRO mandó a decir por los diarios que en una lista de unidad al radicalismo le correspondían los números 2, 3 y 4 de la lista de Diputados, y el 2 en el tramo de senadores.

Quienes se aferran a la lista encabezada por radicales se ilusionan con que Negri "sea la locomotora de lo que viene", un impulso para empujar a la generación sub 45 en la que están Rodrigo de Loredo, Marcos Ferrer y Juan Negri, entre otros dirigentes.

En Sumar, el espacio que lideran De Loredo y Ferrer, no es refractario a esta idea, pero advierten que están dispuestos a encabezar ambos tramos y plantar una interna si el jefe opositor dilata la definición. La premisa de los Sumar es no llegar al sábado 24 con la lista abierta y sin garantías.

Las señales que el radicalismo viene dando en las últimas dos semanas son claras: hay un consenso de no entregar las dos cabezas de lista y advertencias de "alinear los intereses individuales a los colectivos''.