Tras liderar masivas marchas en Brasilia y San Pablo en defensa de su gobierno y en medio de una escalada de tensión con la Corte Suprema de Justicia, Jair Bolsonaro reculó y dijo, a través de una carta de diez puntos, que "nunca quiso agredir a los poderes" y brindó una curiosa justificación: "Me dejé llevar por el calor del momento". 

"Reitero mi respeto a las instituciones de la República, fuerzas motrices que ayudan a gobernar el país", planteó el presidente brasileño que además minimizó el conflicto con la Corte Suprema en "algunas diferencias" con el juez Alexandre de Moraes, que lo investiga por impulsar actos antimodemocráticos y el propio Bolsonaro pidió su cabeza ante la multitud concentrada en la Avenida Paulista. 

Además, el líder brasileño le pidió a los camioneros bolsonaristas que cortaron las rutas de 15 estados durante 48 horas que levantes los bloqueos para facilitar el vuelta al trabajo de muchos sectores que se vieron afectados. 

La Corte Suprema advirtió a Bolsonaro que "atenta contra la democracia" y lo amenazó con un juicio político

Esta marcha atrás tiene una lectura política. La respuesta del presidente de la Corte, Luiz Fux, fue contundente tanto en el repudio al discurso del jefe de estado que sugirió "cerrar la Corte" y deslizó que desobedecer las decisiones de un magistrado puede significar un "crimen de responsabilidad". Es decir, un juicio político que lo saque del poder anticipadamente. 

Reitero mi respeto a las instituciones de la República, fuerzas motrices que ayudan a gobernar el país

La escalada de tensión y el perfil autoritario de Bolsonaro aumentó la cantidad de partidos a favor de un impeachment y a los partidos de izquierda que lo proponen desde hace un tiempo se sumó  el Partido por la Social Democracia Brasileña (PSDB) que, por unanimidad, votó a favor de abrir un proceso.

Como reveló LPO, los partidos de centroderecha que se inclinan por el juicio político son los que tiene candidatos a presidente para el año que viene y entienden que sacar a Bolsonaro es romper con la polarización con Lula y achica las posibilidades de una tercera vía. El PSDB tiene a Joao Doria y el PSD, el otro espacio que quiere el juicio político, al gobernador de Río Grande do Soul, Eduardo Leite.

El otro punto por el que Bolsonaro tuvo que mostrar moderación es el económico-financiero.  Por eso, el mercado brasileño lo celebró luego de semanas de creciente inestabilidad cambiaria e incertidumbre política.

Así, la bolsa paulista se volcó a la compra de acciones y el Bovespa subió 1,72% con un espectacular salto una vez conocida la declaración del presidente. A las 16:30 y luego de una rueda más bien bajista en la que el índice estaba 0,7% por debajo de la cotización de apertura, hubo una escalada del 3,48% en solo quince minutos. Luego del máximo intradiario, en el último cuarto de hora hubo una ligera toma de ganancias que no impidió que la jornada cerrara en positivo.

La radicalización política de Bolsonaro daña las proyecciones económicas de Brasil

Así y todo, esta semana el Bovespa acumuló un descenso del 3,38% producto del recrudecimiento de la incertidumbre política, aunque ya desde fines de agosto viene operando con volatilidad a la baja en buena medida por el agravamiento de la crisis hídrica.

Este jueves, además, el real se recuperó. En la última media hora de la rueda el dólar cayó de 5,31 reales a 5,19 en el mercado mayorista, su mejor cotización desde que el martes recrudeció el enfrentamiento entre Bolsonaro y el Poder Judicial. De esta forma, se consolida la mejoría que venía anotando desde que el 20 de agosto llegó a los 5,46 reales por dólar.

El mercado viene dando señales de alejamiento y este gesto los acerca porque, según cuentas fuentes consultadas por LPO, "a escondidas y sin decirselo a nadie, siguen prefiriendo a Bolsonaro antes que a Lula".