Después de un agosto casi sin actividad por la campaña electoral, el Congreso sigue paralizado por la crisis entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, con Sergio Massa intentando mediar y un riesgo latente de traducir la interna en una ruptura de bloques, que sólo por ahora nadie considera posible.
Aunque la mayorÃa de los legisladores se llamaron a silencio, hubo algunos cercanos a los gobernadores que respaldaron a Alberto y otros de La Cámpora que esperaron la carta de Cristina para retuitearla y sumarse a sus crÃticas a la Casa Rosada.
Entre los primeros estuvieron los entrerrianos cercanos al gobernador Gustavo Bordet, como el diputado Marcelo Casaretto y el senador Edgardo Kueider; o la chaqueña Lucila Masin, dirigida por Jorge Capitanich.
La misiva de la vicepresidenta fue replicada en la red del pajarito por la diputada Daniel Vilar y su par Rodolfo Taihade, con el fragmento dedicado al vocero presidencial Juan Pablo Biondi. "Un vocero presidencial al que nadie le conoce la voz. ¿O tiene alguna otra función que desconocemos? ¿La de hacer operaciones en off por ejemplo?...Las operaciones son permanentes y sólo terminan desgastando al gobierno. Es increÃble que no lo adviertan", dice ese párrafo citado.
El único albertista paladar negro de Diputados es Eduardo Valdés, quien por ahora no se expresó sobre el conflicto. Es tal vez quien más habla con el presidente del Congreso, todos lo saben y más de uno le desconfÃa.
Si hasta hace una semana la Cámara baja no abrÃa porque la oposición no daba quórum y exigÃa presencialidad plena, la crisis interna del Frente de Todos suma otro problema y hace imposible una votar leyes.
De hecho, sin mayorÃa en ninguna cámara de diciembre, la sola presencia de una fracción kirchnerista obliga a Alberto a negociar cada ley con la vice. Según supo LPO, en la Rosada es tal vez la única debilidad que aceptan de una ruptura.
Ni siquiera hay una agenda para tratar el presupuesto de 2022, que ingresó anoche por Diputados y aún o tiene una reunión de la Comisión a cargo, presidida por Carlos Heller. Tanto es el caos que su vice, el macrista Luciano Laspina, no recibió el texto por vÃa oficial esta mañana y tuvo que reclamarlo por twitter.
Massa se puso como objetivo mediar y volver a unir al Frente de Todos. Se lo dijo este miércoles a Máximo Kirchner, quien también compartió un breve diálogo con la vice del bloque Cecilia Moreau en la oficina "Néstor Kirchner", en el tercer piso del palacio.
Massa y Moreau se fueron luego a las oficinas que el Frente Renovador tiene sobre Avenida Libertador, donde también llegaron los funcionarios nacionales del espacio, como el ministro de transporte Alexis Guerrera.
Las reuniones se repitieron hoy en el mismo lugar y Massa retornó al Congreso alrededor de las 20 horas, donde habÃa tenido otro encuentro con Máximo. Justo a esa hora Cristina también llegó a su oficina del Senado, donde dirigió la difusión de su carta mediante sus asesores.
El presidente de la Cámara de Diputados aclara a quien lo consulte que no trabaja para llegar al Gabinete en algunos de los lugares que Cristina reclama revisar, como la jefatura de Gabinete. "Su única tarea es lograr la unidad".
Desde su despacho, Cristina prohibió cualquier información "off the record", como las que le critica de Alberto. Los cronistas que aguardaban en la puerta del Senado aseguran que vieron ingresar al gobernador Axel Kicillof y a Máximo, pero no trascendió el contenido de las supuestas reuniones.
Antes de la crisis tenÃa previsto reabrir el recinto del Senado la semana que viene para tratar el repudio a Chile por el decreto con el que se apropió de una porción de la plataforma continental argentina.
Hasta habÃa aceptado el pedido de la oposición para levantar las pantallas y retomar las sesiones presenciales, como reclama la oposición. TenÃa previsto negociarlo estos dÃas con los jefes de bloque, pero la agenda cambió de rumbo.
Además, el bloque del Frente de Todos vivó una crisis en la sesión de julio que sancionó la ley de biocombustibles, sin las modificaciones reclamadas por los legisladores de las zonas productoras que sufrieron consecuencias electorales.
En el Senado, no existen "albertistas", sino varios que hablan con el presidente y la vice a la vez, aunque respetan la conducción de esta última, que el año pasado logró una mayorÃa capaz de sancionar las leyes que quisiera.
Claro que la mayorÃa se trababan en Diputados, que nunca pudo ser controlada por el Frente de Todos. Un problema que se agravará si la derrota del domingo se replica en noviembre. Otro más.
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