Cristina Kircher afirmó este sábado que el rechazó a la intromisión del FMI en el manejo de la política económica es una de las premisas del peronismo: "Perón no permitió nunca entrar al FMI y Néstor a los dos años de asumir les pagó todo y ‘Chau, buenas noches',  para que la política de Argentina se decidiera en elecciones libres y democrática", resumió en un encuentro con jóvenes de La Cámpora en la ex Esma.

Este manejo nacional de la política económica  lo calificó como "la tercera prueba de ácido" del verdadero peronismo. La primera fue la promoción de la movilidad social ascendente y la segunda, la justicia social. Y remarcó: "El peronismo, le pese a quien le pese, sigue más vigente que nunca, esta idea que tuvo la impronta de incorporar a los trabajadores no es algo de centro entre la izquierda y la derecha, es muy superador".

Máximo presiona a Guzmán: "Cada dólar que se destina al pago de la deuda, es un dólar menos para el pueblo"

La declaración de Cristina no choca de frente con el acuerdo que trabaja Guzmán con el FMI pero parece marcarle límites a las concesiones que deberá cerrar la renegociación que esta semana trabajó en Estados Unidos con técnicos del organismo. En la misma sintonía se venía expresando Máximo Kirchner.

En una arenga a la juventud y a todo el arco político a pensar en cómo salir de la fragmentación política, también se dirigió a la oposición: "Muchachos, pinchen los globos y pónganse a pensar qué hacemos con el país", chicaneó, pero a la vez volvió a abrir la puerta a un acuerdo con la oposición después de las elecciones de noviembre, iniciativa que está trabajando Sergio Massa y que recibió un guiño de Rodríguez Larreta.

Muchachos, pinchen los globos y pónganse a pensar qué hacemos con el país.

En este punto, remarcó que -lejos de un movimiento de concentración hacia el centro como diagnosticaban cientistas y analistas políticos- las últimas elecciones evidenciaron que un tercio del electorado viró hacia la radicalización: "Un tercio de los votantes se fueron a los extremos: o votaron a los que quieren quemar el Banco Central porque es lo que produce la inflación, o los que quieren expropiar todo a todos", dijo.

En este sentido, propuso mirar a Alemania y puntualmente a Berlín como un ejemplo de cómo se conciertan mayorías, a la luz de la gran división del electorado a la hora de elegir al sucesor de Ángela Merkel: "El mismo día que Alemania elegía a su canciller, hubo una consulta popular en Berlín por el tema de la vivienda para saber si era correcto expropiar 250 mil departamentos para constituir una inmobiliaria que dé una política de alquileres bajos. Casi el 57% de los berlineses -no chavistas, ni kirchneristas, ni cristinistas- votaron en ese sentido. Esta es la única manera de construir mayorías, cuando se atiende las necesidades populares", dijo en medio de un análisis sobre la caída del muro de Berlín.

Cristina utilizó la caída del Muro de Berlín para hacer una inesperada defensa del capitalismo. Dijo que la caída del muro que dividía a la capital alemana fue la voluntad de los que habían quedado del lado comunista de poder acceder al consumo que observaban en sus vecinos de la república democrática. Y enfatizó que "el sistema capitalista no es un sistema político, es un sistema para la producción de bienes y servicios y el que ha probado ser el más eficiente".

No obstante su elogio al capitalismo, consideró que incurre en una paradoja porque "esta forma de administrar el capitalismo, cada vez nos da menos consumidores, fracasa a la hora de incluir más consumidores: esto es lo que siempre defendió el peronismo, que el Estado regule la vida de las personas y no el mercado".

El sistema capitalista no es un sistema político, es un sistema para la producción de bienes y servicios y el que ha probado ser el más eficiente, pero fracasa a la hora de incorporar nuevos consumidores y esto es lo que siempre defendió el peronismo, que el Estado regule la vida de las personas y no el mercado.

Por otra parte, consideró que el mundo está atravesando en un momento histórico en el que se discute el rumbo -en línea con el mensaje papal de este sábado- y aseguró que "hay una necesidad de reformular hacia dónde va este mundo y creo que el peronismo, nuestras ideas, cobran una inusitada vigencia: aquello del encuentro del capital y trabajo con el Estado participando para lograr un círculo virtuoso", dijo y se preguntó: "Si el mercado lo decidiera todo, ¿cómo nos hubiera ido en la pandemia?".

Por eso remarcó que la construcción de un futuro "se hace respetando propiedad privada, que es lo que siempre hizo el peronismo: la gente siempre quiso su casa, su autito, que los pibes estudien".

Casi al final de su presentación, agregó: "Es importante que los que fugaron un PBI al exterior se hagan cargo de lo que han hecho y ayuden a reconstruir el país después de las dos pandemias que hemos pasado la del macrismo y la del coronavirus. Necesitamos una reconstrucción nacional que vuelva a ordenar las grandes coordenadas que supimos construir: movilidad ascendente en la que los pibes tenían una computadora en la escuela. Lo último que les faltaba probar era un gobierno de empresario y lo tuvieron".

Para el cierre, les pidió a los jóvenes de La Cámpora recuperar el debate en la calle, el diálogo y los exhortó a militar más allá de estas elecciones y "trabajar para la historia cómo lo saben hacer los peronistas".