La comisión de Transporte de Diputados comenzó este martes a tratar los proyectos de ley que proponen reducir a cero la ingesta de alcohol permitida para los conductores que salgan a las rutas nacionales.

Y si bien aún no se firmó dictamen, hubo voces de todas las bancadas a favor de una restricción más dura y un compromiso de consensuar un texto en las reuniones siguientes.

Los proyectos fueron presentados por los diputados Jorge Enríquez, Ingrid Jetter, Martín Maquieyra, del PRO; y los oficialistas Facundo Moyano y Graciela Caselles.

Uno de los que redactó Moyano, quien ya renunció a su banca, establece penas a los conductores que hayan sido detectados con más alcohol ingerido del habilitado. Lo hizo con asesoramiento del diputado Ramiro Gutiérrez, un experimentado penalista. 

La ley actual permite tener hasta 0.5 gramos de alcohol en sangre, lo que equivale a beber uno o dos vasos de vino o champagne, aunque varía según el metabolismo.

El titular de la Agencia Nacional de seguridad vial, Pablo Martínez Carignano, aportó datos para justificar bajarla a cero.  "En Argentina los siniestros viales son la primera causa de muerte en menores de 35 años. Y una de cada tres personas que ingresan después de un siniestro vial tiene alcohol en sangre", sostuvo.

En Argentina los siniestros viales son la primera causa de muerte en menores de 35 años. Y una de cada tres personas que ingresan después de un siniestro vial tiene alcohol en sangre. 

Citó un informe del Sedronar sobre el aumento del consumo de alcohol en los jóvenes y un estudio de la Ciudad de Buenos Aires que detectó que el 23% de los protagonistas de siniestros viales había bebido y el 80% menos del 0,5% que habilita la ley.

"En aquellas provincias donde hay alcohol cero en las rutas locales, los conductores dan cero en los testeos porque el mensaje es no especular", destacó Carignano. Recordó que Paraguay y Uruguay lo implementaron y las empresas de bebidas no registraron pérdidas.

Vivíam Perrone, integrante del Observatorio de Víctimas y de Madres del Dolor, adjudicó al lobby de esas compañías la demora de una ley que lleva casi dos décadas.

"Hace 19 años que vengo al Congreso y pido modificaciones a la ley vial y aprendí que cuanto más se quiere cambiar, menos se logra. Por eso, ahora estamos pidiendo por el alcohol cero al volante".

"Los hechos viales son totalmente evitables y prevenibles y eso es lo que no se entiende porque esperamos tanto, ya que por día mueren entre 15 o 20 personas en accidentes de tránsito", apuntó.

La única voz disonante entre los diputados fue del jujeño Julio Ferreyra, del Frente de Todos, quien dio que los médicos que consultó le manifestaron que un vaso de vino no complica los reflejos. Pidió un informe a la Comisión de Salud. 

Jujuy es una de las provincias que implementó la ley para la circulación local y el radical Jorge Rizzotti,  cercano al gobernador Gerardo Morales, recordó que cualquier norma nacional no puede avasallar sobre las autonomías provinciales.

El radical Luis Petri advirtió que el consumo de estupefacientes produce efectos más gravosos pero no suele ser detectado. Petri es de Mendoza, la tierra del vino, que se opone a cualquier regulación. 

El oficialista Carlos Selva remarcó que los intendentes son los que en definitiva controlan la mayor parte de circulación. "Tenemos que establecer una decisión unánime de todos los municipios en las provincias y en la Ciudad de Buenos Aires que debe haber un mayor control en el tránsito para poder generar conciencia que cuando uno conduce pone en riesgo la vida de terceros".

"Mi propuesta es que además de cualquier ley que se pueda votar, hay que establecer un mes, un periodo determinado de estrictos controles para generar conciencia. Hay que ser estricto en el control vehicular".

Cano definió el alcohol cero al volante como un tema de "salud pública" y sostuvo que en Jujuy funcionó porque hubo mas controles. El debate seguirá un tiempo más. Aunque todos parecen de acuerdo.