Editorial
No es una sorpresa
Por Ignacio Fidanza
La corrida del dólar desnuda una crisis más profunda, de construcción política y programa económico.

Macri se aferró a un par de conceptos básicos para estructurar su acción de gobierno. No se tolera superministro que opaque o discuta, tampoco el ajuste necesario sino el posible y la meta es reelegir. Ese es el plan real del Gobierno. Y ese plan es el que está en crisis, por motivos largamente enumerados en este y otros espacios.

La corrida del dólar, como unas semanas atrás la embestida opositora por tarifas, encuentra al Gobierno fuera de estado. Aferrado a sus ideas fuerza, sin más reacción que soportar la tormenta hasta que pase, hasta que llegue el momento soñado de regresar a los timbreos y Facebook, cuando la maquinaria del PRO se encienda y brinde lo mejor de si. Claro, en el camino se cruzó la turbulencia internacional. Un imponderable. Entonces, nada. Que aguante Sturzenegger como pueda. Problema resuelto.

Es música para camaleones bien alimentados. Destacados economistas que tuvieron cargos importantísimos en este Gobierno, como Carlos Melconian y Alfonso Prat Gay, se cansaron de marcar con precisión los riesgos que se incubaban por no armar un programa económico articulado, y elegir jugar a la política, pateando para adelante el momento de entrar al nudo de los problemas. Acá no hubo sorpresa.

Estaba tan claro que Trump iba a subir la tasa -de hecho lo dijo-, que Caputo anticipó a principios de año, toma de deuda por 9.000 millones de dólares. Sabía lo que se venía. Pero claro, como no hay jefe en el área económica, nadie se preocupó por articular el traslado de esa jugada preventiva, a otras áreas de posible impacto. La idea new age que Argentina va a estar buenísima, reformulación de country del condenados al éxito duhaldista, se revela al fin, insuficiente. 

El peso resultó por lejos la moneda más castigada entre los emergentes, que hace días ya empezaron a dejar la turbulencia atrás. La reiteración de cimbronazo global como justificación de todo lo que no se hizo es eso, una justificación.

La idea new age que Argentina va a estar buenísima, reformulación de country del condenados al éxito duhaldista, se revela al fin, insuficiente.

Macri tiene que reinventar su Gobierno, más aún, tiene que descartar sus certezas. Y hay enormes interrogantes en el mundo político y económico sobre si tendrá la capacidad de sobreponerse a la frustración, para mirar desde afuera lo que ocurre y hacer lo que hay que hacer. Caiga quien caiga. Después de todo, son funcionarios y se pensaron -también- para eso: su reemplazo inmediato en caso de necesidad.

La renuncia anticipada de Emilio Monzó fue una carga de profundidad que -como casi siempre- la Casa Rosada subestimó. Con su salida, Macri limita sus opciones, cuando está en una situación que debería llevarlo a ampliarlas. Monzó es la línea de acuerdo con el peronismo racional, para ampliar la base política, para afrontar el ajuste. La Casa Rosada casi festejó su salida, como quien se quita un pensamiento molesto.

Es al revés, lo que hace falta es desafiar unas convicciones que ya dan señales de agotamiento. La homogeneidad puede ser confortable, pero si no se traduce en un rumbo exitoso, es peligrosa. Adormece. Y la Argentina no es un país para estar distraído.

En su licuación de la referencia económica, Macri se quedó sin voz autorizada para intervenir sobre el mercado, cuando más la necesita. Marcos Peña intenta ocupar ese lugar, pero no es un público que se deje encandilar por frases bien articuladas. Dujovne cayó bajo fuego amigo y Sturzenegger lo sufre en este mismo instante.

Mientras el presidente del Central lidia -inseguro-, con la peor corrida de los últimos quince años, un funcionario de la Jefatura de Gabinete que se llama Vladimir Werning, protegido de Mario Quintana, se dedica a llamar a hombres claves del mercado para detallar sus críticas a la intervención del Central. Con la misma displicencia, festejan que ahora sí, Vidal cayó fuerte en las encuestas. En efecto, están bailando sobre el gradualismo.

La reelección como único programa innegociable, acaso puede ser una buena idea en un país ordenado, o al menos, con la macroeconomía ordenada. Pero en una Argentina que arrastra inconsistencias de compleja resolución, supeditar la acción de Gobierno, su discurso y su organización interna al objetivo electoral, fragiliza porque posterga. Si además, se cree que se es parte de una generación que encontró las respuestas simples que nadie vio, la situación se agrava porque dificulta la corrección. Ni santos ni iluminados. 

Lo que está en juego, es mucho más que el 2019 y el deseo de cuatro años más.

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  • 7
    habottino
    09/05/18
    10:50
    ¿ajuste necesario?¿de quienes? o ROBO a los más pobres y clase media
    Responder
  • 6
    oxim
    04/05/18
    11:30
    Qué la renuncia de Monzón, que el impuesto a las lebac , excusas excusas para justificar el desastre , el desastre de la liberación del corporativo y de todas las restricciones , el desastre del atraso cambiario con la economía abierta a cualquier importación , el desastre de las tasas de interés que aplastan la economía. No hace falta ser economista alcanza con sentido común, tasas del 40% para frenar el dólar , medida que si tiene éxito implica que terminaremos pagando 40% en dolares , que economía resiste esa tasa ? Con esta tasa vamos a pagar 40mil millones de pesos por mes de intereses de lebacs , para eso el ajuste a los jubilados ? Para eso la quita de subsidios a la energía ? ....
    Responder
  • 5
    alejandro b
    04/05/18
    10:09
    Nada de helicopteros. Nada de revueltas ni pobladas. Nada de sucumbir. No los voté ni lo haré en otro momento, pero son nuestro gobierno. Nos pesa?, sí. Pero no repitamos ni repitan errores, ya tropezamos con demasiadas piedras. Dejen la soberbia para otro momento y lugar; y llamen a todo aquel que sepa. Los hay y sino busquen más profundo. Nada de carcamanes que ya nos enterraron, pero ni un yupie que se las sepa todas. Pinza y tenaza donde duele a los timbeadores y formadores de precio. Ah!! y no desinformen, si la economia , lo social, el ambiente ....está enferma/o, nada de cataplasma, bailecito en el balcón
    Responder
  • 4
    04/05/18
    09:36
    Son iguales a los anteriores creen que la gente come mmmm y todos los seudos economistas iluminados en teorías y con tantos títulos colgados que se podrían ahorrar por muchos años comprarse papel higiénico incluyo a los que tratan de explicarnos en este sitio hablen con certeza lo único que cada hombre tiene es su credibilidad y cuando la pierden , no se recupera .
    Responder
  • 3
    monica brogno
    04/05/18
    07:26
    Como siempre la soberbia y la autosuficiencia cuando se instalan horadan cualquier plan....
    Responder
  • 2
    les falta poco
    04/05/18
    05:09
    Amigo Fidanza.... vio? Los viejos que leemos su portal hace muchos meses que le venimos diciendo que esto explota. No se necesitan demasiadas elucubraciones para saber la razón de fondo. Con todo respeto su análisis es superficial. Recuerde siempre esto: "si mueve la cola y ladra... es un perro". Fue un perro Martinez de Hoz y fue un perro Cavallo. No le mas vueltas. Asuma que se acaba el tercer experimento neoliberal argentino en 50 años. Asuma que estos ejecutivos devenidos funcionarios son el peor equipo de gobierno de los últimos 50 años y que su líder es un señorito bien que lo único que supo hacer en su vida fue gatear en moquette. Lo lamento por los creyentes como usted.
    Responder
  • 1
    Mafalda Davicco
    03/05/18
    22:35
    La frustracion de Macri no tiene retorno. Los suyos, me refiero a la clase empresaria local, ya lo conocia de antes, desconfio siempre de el y nunca le puso un dolar en fierros hundidos. El unico enamoramiento que produjo transitoriamente fue con los inversores financieros externos que por mas que ahora le echen la culpa a Massa, fueron apuñalados con el impuesto a la renta financiera y se estan pasando la factura con este terremoto. Ya no se puede esperar nada de esta administracion, a lo sumo que termine su mandato cortando con la racha tragica de que los gobiernos no peronistas pueden hacerlo.
    Responder
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