Los desafíos de la coyuntura impusieron la necesidad de racionalizar las políticas públicas priorizando aquellas con verdadero impacto social y económicamente viables. En este sentido, la pandemia puso de relieve el papel del sector público a la hora de apoyar a las personas y empresas afectadas, destacando aquellas entidades públicas con adecuados procesos de gestión como actores fundamentales y necesarios en este proceso de reactivación económica.

Desde el sector público, el BICE Fideicomisos es una empresa que logró mantenerse financieramente sólida y enfocada en promover el desarrollo. Esta compañía -que depende del Banco de Inversión y Comercio Exterior de Argentina (BICE) y cuyo principal fiduciante es el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación conducido por Matías Kulfas- instrumentó a través de sus fideicomisos la asistencia a empresas y personas por parte del Estado Nacional. Esto se vio reflejado en la magnitud de los fideicomisos (FOGAR, FONDEP y FONDCE) destinados a la reconstrucción y sostenibilidad del entramado productivo que, entre diciembre de 2019 y junio de 2021, crecieron 1,753% y se valorizaron por encima de los $180.000 millones.

La emergencia desencadenada por la pandemia requirió medidas innovadoras. A través del Fondo de Garantía Argentino (FOGAR), se garantizaron montos por más de $130.000 millones facilitando el acceso al crédito a más de 65 mil empresas y 564 mil monotributistas y autónomos. A su vez mediante el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), se emitieron líneas de financiamiento con bonificación de tasa lo que permitió movilizar créditos por más de $98.000 millones y beneficiar a más de 20 mil empresas.

También es necesario generar condiciones previsibles y económicamente sostenibles de cara al futuro, es por ello que con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo del Capital Emprendedor (FONDCE) facilitamos la creación de nuevas empresas que demanden trabajo de calidad y generen productos innovadores. Para ello, generamos herramientas financieras que apoyan al emprendedor en sus diferentes estadios: fondos semilla, de aceleración y de expansión.

Bajo este paradigma, el fideicomiso se presenta como un recurso versátil para múltiples destinos y posibilita el desarrollo de proyectos que impulsen el crecimiento de la economía real del país. En un contexto de acotado margen fiscal, este tipo de herramientas cobra mayor protagonismo lo que asegura transparencia en la utilización de recursos y eficiencia en la rendición de cuentas.