La renuncia de Jorge “el Fino” Palacios no sólo generó un fuerte costo político para Mauricio Macri sino que dejó a su ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, herido.

Es que el ex juez no sólo intentó hasta último momento la salida de Palacios sino que es amigo de él desde hace 20 años y le tenía una gran confianza.

A tal punto que para defenderlo, tanto ante los legisladores opositores como ante los funcionarios y diputados del PRO, se tomó el trabajo de leer la causa AMIA y se jugó por decir que era “inocente” y que había que defenderlo sin problemas.

En este punto, hasta el mismo jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, se arriesgó a decir en la revista Noticias Urbanas que “Palacios es inocente”.

Claro que las palabras del fiscal de la causa, adelantando que lo procesaran, detonaron la bronca en el macrismo. Luego con la renuncia esta bronca se hizo furia.

Golpeado, el ministro reunió a la cúpula de la policía porteña hace dos días e intentó llevar calma mientras le daba su apoyo a Osvaldo Chamorro, quien era el segundo del “Fino”.

De todas maneras el daño ya estaba causado. Según pudo saber LPO esto llevó a mucha bronca en el gabinete macrista, entre ellos dos de los funcionarios más fieles al jefe de gobierno que salieron a dar la cara ante la comunidad judía.

Por ello hoy las versiones de salida de Montenegro corren desde la mañana.

Sin embargo, desde el Ejecutivo confirmaron a LPO que tales rumores son infundados aunque los llamados cruzados continúan.

"Montenegro no se va, está confirmado en su cargo", dijeron desde el ministerio de Seguridad y Justicia.

En más de un año y medio de gestión Macri no cambió un solo ministro, sólo subsecretarios y funcionarios de menor categoría.

En este marco, Montenegro tiene a su cargo la difícil tarea de encara uno de los proyectos más ambiciosos que tiene el PRO como la Policía Metropolitana pero tras sufrir el traspié los rumores abundaron. Pero por ahora no hay más que eso.