04 de mayo, 2024
María Sol Graiver pide que se la desvincule "del tema Papel Prensa"
A través de una solicitada, la hija de David Graiver, ex dueño de la empresa, se despegó de las declaraciones de su madre, Lidia Papaleo, y de su tío, Osvaldo, quienes acusaron a Clarín y La Nación de apropiarse ilegalmente de la compañía durante la última dictadura militar. "No tuve participación alguna en las negocaiciones", dijo y dejó a la vista la interna familiar: "Desde hace tres años no mantengo vínculo alguno con ningún miembro de la familia Papaleo".
María Sol Graiver, hija del fallecido dueño de Papel Prensa David Graiver, se desvinculó de las declaraciones de los Papaleo, su familia materna, sobre la venta de esa compañía y afirmó que no tiene "intenciones" de involucrarse en el tema, en el que el Gobierno tomó activa participación. En una solicitada publicada hoy en el matutino La Nación, la mujer sostuvo que desde "hace tres años aproximadamente" que no mantiene vínculo alguno ni con su madre, Lidia Papaleo, ni con "ningún" otro miembro de esa familia y que las expresiones atribuidas a alguno de ellos corren por su "exclusiva cuenta y responsabilidad".
María Sol Graiver aclaró en el texto: "No tuve participación alguna en la negociación y venta de las acciones de Papel Prensa a que se alude dado que para esa época era menor de edad".
En el último de los cuatro puntos del texto, la hija del fallecido banquero y sobrina de Isidoro Graiver agregó: "No tengo intenciones de involucrarme en el tema de Papel Prensa".
En julio pasado, ante escribano público, Isidoro y María Sol Graiver tomaron distancia de la versión sostenida por los Papaleo y la Casa Rosada acerca de que las acciones de Papel Prensa fueron vendidas a Clarín, La Nación y La Razón, en 1976, por presiones de la dictadura.
Ante el notario público, según consta en sendas actas, ambos sostuvieron que la operatoria se realizó "sin amenazas, ni extorsiones y en libertad".
María Sol Graiver aclaró en el texto: "No tuve participación alguna en la negociación y venta de las acciones de Papel Prensa a que se alude dado que para esa época era menor de edad".
En el último de los cuatro puntos del texto, la hija del fallecido banquero y sobrina de Isidoro Graiver agregó: "No tengo intenciones de involucrarme en el tema de Papel Prensa".
En julio pasado, ante escribano público, Isidoro y María Sol Graiver tomaron distancia de la versión sostenida por los Papaleo y la Casa Rosada acerca de que las acciones de Papel Prensa fueron vendidas a Clarín, La Nación y La Razón, en 1976, por presiones de la dictadura.
Ante el notario público, según consta en sendas actas, ambos sostuvieron que la operatoria se realizó "sin amenazas, ni extorsiones y en libertad".
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Durante la primera mitad del siglo XX Argentina ostentaba ser el mayor productor y consumidor de medios gráficos de toda América Latina, sin embargo, importaba la mayoría del papel prensa utilizada por los diarios, lo que consumía diariamente gran cantidad de divisas extranjeras. Durante la autoproclamada Revolución Argentina, comandada por el dictador Juan Carlos Onganía, el Estado Argentino comenzó a planear la solución a esta problemática; por medio de un impuesto sobre todas las editoriales de 10% sobre las importaciones de papel durante 10 años se logró obtener los fondos para la instalación en la localidad de San Pedro de la planta que produciría papel para todos los diarios.
Ya en 1972, el gobierno del dictador Alejandro Lanusse, llamó a una licitación pública para la adjudicación del 51% de la empresa, aunque finalmente por contratación directa el porcentaje se le otorgó a un grupo de empresarios liderado por César Civita, de la entonces poderosa Editorial Abril, y secundado por César Doretti, Luis Alberto Rey. Este último le compró sus partes a sus compañeros convirtiéndose en el accionista mayoritario del grupo.
Una serie de hechos cuestionados, continuaron a la génesis de la empresa. Nuevamente con un gobierno de facto, Papel Prensa comenzó a funcionar pero en otras manos. El empresario Rey era ayudado en sus finanzas por David Graiver, quien se lo relacionó con el grupo Montoneros y por medio de testaferros era quien controlaba a la empresa. En 1976 Gravier muere en un confuso accidente aéreo y su viuda fue “convencida” por miembros del gobierno para que vendiera sus acciones a los principales diarios de la Capital Federal: Clarín, La Nación, La Razón y La Prensa. Aunque este último no aceptó el trato y se retiró del grupo comprador. El valor de la empresa fue establecido en 8.300.000 dólares, diez años después la empresa costaba 250 millones de dólares. “El traspaso a los tres diarios se firmó el 18 de enero de 1977. Después de ceder las acciones los miembros del Grupo Graiver fueron detenidos e intervenidos en todos sus bienes para evitar que algún reclamo de herederos afectara la tenencia de Clarín y sus socios. El general Camps, jefe de Policía de la provincia de Buenos Aires, efectuó personalmente las detenciones.” Afirma el periodista Jorge Lanata en su libro Argentinos 2. Los tres diarios que se convirtieron en propietarios de la mayor productora de papel prensa del país, destacaron el negocio en sus propias páginas como un refuerzo por parte del gobierno a los medios de comunicación. Clarín publicó en mayo de 1977 ocupando casi toda su tapa y bajo el título “A la opinión pública” que “la transacción se celebró a la luz pública y con el consentimiento previo y posterior del Estado (…) resguardando el abastecimiento para todos los diarios de su principal insumo, en defensa de la libertad de prensa, de conformidad con una centenaria tradición argentina y respetando uno
De los soportes de nuestro estilo de vida”. Pasado su nacimiento oscuro la empresa se topó con otro escándalo cuando en 2000 el diario La Razón presentó quiebra. Dentro de sus activos se encontraban las acciones de Papel Prensa. La justicia determinó que podían ser adquiridas directamente por el Grupo Clarín, convirtiéndolo en el accionista mayoritario y quien decide hasta hoy el destino y la producción de la papelera.
En 2008 varios cuestionamientos ambientales recayeron sobre Papel Prensa, varios allanamientos demostraron que en el río Baradero, del cual la empresa toma agua para producir papel y vierte sus efluentes, se detectaron elementos tóxicos y menor concentración de oxígeno. A la fecha, el Estado Argentino cuenta con un porcentaje accionista cercano al 25% mientras el resto se reparte entre Clarín, mayoritariamente, y La Nación. La planta de San Pedro cuenta con una máquina de papel, construida por la empresa finlandesa Valmet Oy y remodelada por la compañía Voith Sulzer, que genera una hoja de papel continua a más de mil metros por minuto, con un peso de 48,8 gramos por metro cuadrado y un ancho de 770 cm. PAPEL PRENSA debe volver a manos del estado. Los elementos probatorios prueban que los grupo Clarín y la Nación. Se apropiaron del mismo, apoyados por el terrorismo de estado.