Macri debe generar las condiciones para entregarle un paÃs posible a Alberto Fernández. Para esto será necesario asumir el costo de polÃticas de Estado contrarias a sus convicciones como el endurecimiento del control de cambios. |
*Escrito en colaboración con Pablo Wahren, Mg. en desarrollo económico y economista del OCEPP.
La clase polÃtica se debate en una campaña de baja intensidad ante una sociedad y sobre todo un mercado que ya decidió, aceptó o resolvió su destino electoral hace mucho tiempo. Entre tanto Latinoamérica enfrenta una crisis institucional generalizada que reconoce pocos antecedentes. La Argentina pese a la gravedad de su crisis, quizás la más importante de la región (con la obvia excepción de Venezuela) ofrece un panorama de llamativa calma en sus calles.
Las inminentes elecciones parecen ser la válvula de escape del creciente malestar social, sin embargo el 28 de octubre se abre un nuevo panorama donde Macri tendrá la posibilidad de hacer un último (o quizás primer) aporte a la institucionalidad republicana.
En lo polÃtico resulta fundamental asegurar elecciones transparentes y una transición sin reparos. Sin embargo, esto por sà solo no alcanza. Si el presidente mantiene su postura durante la transición al 10 de diciembre, se abren dos escenarios posibles de grave riesgo institucional para la Argentina.
El primero de ellos consiste en una liberación del dólar por parte del Banco Central, similar a lo acontecido luego de las PASO cuando en una sola jornada se disparó de $40 a $60 sin intervención del BCRA hasta último momento. El resultado serÃa una fuerte escalada del tipo de cambio con su natural correlato inflacionario durante el primer mes de gestión de Alberto Fernández. Esto -acumulado con el fin de los congelamientos de precios y tarifas que conformaron la última baterÃa de medidas electorales del gobierno- será un fuerte condicionante para la gobernabilidad. Ante este panorama, el descontento social podrÃa precipitar un cambio de mandato anticipado.
El segundo escenario se dará si el presidente decide fortalecer su intervención en el mercado de cambios con la intención de entregar un dólar con un valor inferior a $65 al finalizar su mandato. Luego de la devaluación de las PASO, el BCRA vendió 5.000 millones de dólares para contener el tipo de cambio, en un contexto donde las reservas internacionales bajaron 20.000 millones de dólares. Ante este escenario, será el propio Alberto Fernández quien presumiblemente solicitará asumir en forma anticipada para cerrar el grifo de lo que podrÃa llamar un populismo cambiario tendiente a esquilmar las ya golpeadas reservas del Banco Central.
En cualquiera de estos escenarios Argentina corre el grave riesgo de sumarse a la crisis institucional que golpea a la región. Evitar este desenlace será entonces el gran desafÃo del presidente y su última oportunidad de aportar a la institucionalidad republicana. Para esto se abre un tercer camino.
Mauricio Macri debe generar las condiciones para entregarle un paÃs posible a Alberto Fernández. Para esto será necesario asumir el costo de polÃticas de Estado contrarias a sus convicciones como ser un endurecimiento del control de cambios tendiente a frenar la creciente fuga de divisas, que en los últimos dos meses superó los 9.000 millones de dólares. O un avance real en la renegociación de la deuda externa que permita avanzar en plazos de pago razonables, en contraste con el reperfilamiento actual que apenas aplazó pagos de deuda del 2019 al 2020 con una recarga en concepto de intereses.
Alberto, por su parte, deberá priorizar la reconstrucción de la Argentina por sobre la destrucción del adversario. De la madurez de esta transición depende gran parte de la estabilidad institucional que hoy mantiene el paÃs.
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