Sin referirse directamente a la Argentina, el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, cargó ayer contra los países que cierran las exportaciones de alimentos o les imponen retenciones.

En alusión a la crisis mundial de los alimentos, Mandelson advirtió: "Si los países dejasen de exportar ciertos productos alcistas, esto reforzaría la tendencia alcista [de los precios]. Además, no se aportarían incentivos para aumentar la producción. Aumentan los precios a países en desarrollo importadores de alimentos, como Bangladesh. Este tipo de impuestos a la exportación suscitan escasez alimentaria en una situación en la que hay mucha escasez. El proteccionismo puede conducir a una hambruna, sólo empeora la situación".

Según el diario La Nación, Cuando falta una semana para la V Cumbre América latina, Caribe y Unión Europea en Lima, a la que asistirá la presidenta Cristina Kirchner, Mandelson criticó explícitamente la posición de la Argentina en la negociación de la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en la que se discute una liberalización de los intercambios que incluiría una reducción de los subsidios agrícolas del Primer Mundo.

"La Ronda de Doha es el espacio en el que van a poder reducirse los impactos distorsivos de los subsidios en el mundo en desarrollo. Justamente ésta es una de las razones por las que la Argentina tendría que apoyar la ronda en vez de frustrar la posibilidad de su éxito", advirtió junto a su par de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, en una videoconferencia con periodistas de nueve países latinoamericanos.

La Unión Europea (UE) no reanudará en la cumbre el diálogo por el demorado acuerdo con el Mercosur porque considera que primero debe resolverse la Ronda de Doha, que en julio entrará en etapa de definiciones, hacia un éxito o un fracaso.

La Argentina prefiere dialogar ya mismo con la UE, pese a que en el ámbito birregional no se debaten las subvenciones agrícolas, sino aranceles y cuotas de importación, mientras que Brasil, uno de los cuatro principales negociadores de Doha -junto con Europa, Estados Unidos y la India-, aboga por concentrar energías en esta instancia multilateral.

Los países en desarrollo deberían pagar con la apertura de sus mercados de industria y servicios la liberalización agrícola del mundo desarrollado.

"Estoy de acuerdo en que la reducción en subsidios al comercio agrícola forma parte de la solución [a la escasez y el encarecimiento mundial de los alimentos] porque pueden significar que los precios de los alimentos aumenten", admitió Mandelson, que como buen británico tiene una postura más liberal que otros países europeos como Francia.

"Pero a mediano y largo plazo no cabe duda de que habrá que reducir los subsidios que distorsionan el comercio."

Mandelson advirtió que es "ahora" cuando debe avanzarse en la Ronda de Doha porque después será tiempo electoral en los Estados Unidos, a principios del año próximo llegarán nuevas autoridades a ese país y en la segunda mitad de 2009 se renovarán los altos cargos de la Comisión Europea.

En tanto, Ferrero-Waldner consideró posible un acuerdo con el Mercosur el año próximo: "Las negociaciones siguen y esperamos poder, con un poquitín de voluntad política por ambas partes y con buenas relaciones, terminar quizás al final de esta comisión, en 2009".

En realidad, el Mercosur y la UE, que comenzaron a negociar en 2000, están avanzando en el capítulo político y de cooperación, pero no en el comercial.

En cambio, Mandelson se mostró optimista por los progresos que en Lima pueda alcanzar Europa en las más recientes negociaciones con América Central y la Comunidad Andina, que seguirían los pasos de Chile y México, que ya sellaron pactos con Bruselas.

En la cumbre también se debatirá de migraciones, pobreza, narcotráfico, inversión extranjera, la crisis financiera internacional y la crisis política de Bolivia.