Dos datos se desprenden de los armados que participarán de las elecciones internas del partido socialista a realizarse el 18 de abril próximo: por un lado, a pesar de los esfuerzos, el partido queda tironeado por la grieta y por el otro, Bonfatti y Lifschitz sellaron un pacto estratégico para reafirmar su predominio en el territorio nacional y provincial.

La primera de estas certezas se desprende del armado mismo de las listas, ya que las disputas por las conducciones nacional y provincial se dirimirán entre facciones bien marcadas. La contienda a nivel federal tendrá como protagonistas a la rosarina Mónica Feinn (Socialismo en Movimiento, ala intransigente liderada por el actual secretario general Antonio Bonfatti y por el diputado provincial Miguel Lifschitz), Roy Cortina (Pluralismo Federal) y Eduardo Di Pollina (Bases). En tanto que en el plano provincial se presentarán Enrique Estévez (Socialismo en Movimiento, quien intentará renovar su cargo), Claudia Balagué (Bases) y el joven Silvio Mulé (Pluralismo Federal).

Las tres corrientes representan posturas ideológicas en punga que marcan los debates internos del partido. Los seguidores de Lifschitz y Bonfatti están convencidos en la necesidad de consolidar una fuerza que pueda disputarle agenda al kirchnerismo y al macrismo y sobre todo, impulsar una renovación generacional en el socialismo con la proyección de dos candidatos sub-40.

Es que quienes encabezan Socialismo en Movimiento para autoridades provinciales es el diputado nacional Enrique Estévez de la ciudad de Rosario y lo acompaña Laura Mondino, de la ciudad de Santa Fe y pertenece al sector del intendente de la capital, Emilio Jatón. El dato no es menor y desde el entorno de los ex gobernadores señalan el acompañamiento de los intendentes socialistas de la capital y de Villa Gobernador Gálvez. 

Las tres corrientes representan posturas ideológicas bien marcadas: por un lado, Lifschitz y Bonfatti que insisten en una tercera vía, Di Pollina que tracciona hacia el peronismo y Roy Cortina que empuja un acuerdo con Cambiemos 

En cuanto a las otras dos listas, atacan por derecha y por izquierda. Por su parte, Bases (que además cuenta entre sus filas al exministro de Salud provincial, Miguel Cappiello, compañero de fórmula de Balagué), se presenta como una alternativa que quiere hacer del socialismo "una verdadera izquierda democrática" y le achacan a los ex gobernadores posiciones más cercanas a Cambiemos y de haber tomado decisiones a espaldas de la militancia.

Debe recordarse además que Di Pollina fue criticado internamente en 2019 por llamar a votar a Alberto Fernández, pese a que el socialismo estaba haciendo campaña por Roberto Lavagna. En aquella ocasión, incluso, Di Pollina había tildado a la fórmula Lavagna-Urtubey de "derecha reaccionaria". Ahora, sospechan que juega con apoyo del Frente de Todos.

Desde Pluralismo Federal de Roy Cortina ven con preocupación cierta afinidad del socialismo con la Casa Rosada, mientras que Cortina integra el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. En su cuenta de Twitter, por ejemplo, el diputado nacional viene replicando desde hace varias semanas la campaña de vacunación difundida por la propia cuenta del jefe de gobierno porteño.

Todas estas fisuras internas llevaron a Bonfatti y a Lifschitz a hacer un alto en su contienda personal para ganar las elecciones del partido. Hace algunas semanas se barajaba la posibilidad de que cada uno lleve candidato propio pero fue rápidamente descartado. En un encuentro mantenido hace poco más de un mes, ambos coincidieron en la necesidad de una lista única y en la postulación de Fein, del riñón de Lifschitz pero que siempre medió entre distintos sectores partidarios.

 El oficialismo confía además en mantener su hegemonía en la mayoría de las localidades de la provincia. Las elecciones distritales también lo tienen como claro favorito, dado que presentarán listas en más de 170 localidades, mientras que la fuerza de Bases solo le dará batalla en 65 

Así fue como Lifschitz, Bonnfatti y otros socialistas de renombre como Rubén Galassi y hasta el propio intendente de Santa Fe, Emilio Jatón, movieron sus fichas para participar de unos comicios que puertas adentro dan por ganado. La candidatura de Fein es para ellos una garantía, dado la buena imagen que la ex intendenta tiene entre sus correligionarios de Rosario, distrito que tiene más de 20 mil afiliados sobre un total de alrededor de 35 mil. La provincia de Santa Fe, en tanto, cuenta con el 30 por ciento de los afiliados al partido de todo el país.

El oficialismo confía además en mantener su hegemonía en la mayoría de las localidades de la provincia. Las elecciones distritales también lo tienen como claro favorito, dado que presentarán listas en más de 170 localidades, mientras que la fuerza de Bases solo le dará batalla en 65.

Consultados por LPO, funcionarios cercanos a Lifschitz aseguraron que los resultados de estos comicios no repercutirán en la decisión del ex gobernador sobre su posible candidatura a senador en las próximas elecciones de medio término. Pero de marchar todo según lo previsto, el actual diputado provincial tendrá el camino cada vez más allanado.