La cinematográfica fuga de dos presidiarios de la cárcel de Piñero ocurrida a inicios de esta semana -atravesaron cuatro controles y 11 cámaras escondidos en cajas trasladadas por sus visitas en coches de supermercado-, sacudió a la Casa de Gobierno y reavivó interrogantes sobre un asesinato ocurrido en 2014.

Esta insólita escena tuvo como protagonistas a Carlos D'Angelo y Hugo Peralta, dos reclusos para nada primerizos en cuestiones de escape: habían compartido escena en una anterior fuga, no menos espectacular, cuando en 2019 huyeron con otros 11 compañeros de una combi que los trasladaba hacia Coronda.

Esta reiteración de nombres y la logística que supone el viaje de dos reclusos por pasillos vigilados, dicen desde el gobierno provincial, dan la clave para entender el hecho.

"Hay empleados que tienen connivencia con el delito", afirmó Walter Gálvez, secretario de Asuntos Penitenciarios del gobierno provincial, no sin dejar de aclarar que "a los guardias honestos les molesta este tipo de hechos".

El funcionario desligó con ello de toda responsabilidad o implicación a los funcionarios de su órbita, y cuestionó en cambio la "deplorable formación" recibida por parte del equipo que hoy trabaja en las cárceles de Santa Fe.

También se quejó del "deficiente" sistema de monitoreo heredado, en particular del "atraso muy importante" en materia de infraestructura y tecnología. "Carecemos de una infraestructura acorde a este tiempo y momento", expresó.

Se trató de un obvio pase de factura a las anteriores gestiones, durante 12 años en manos del Frente Progresista, de la que se distanció: "En 2007 había dos mil presos, hoy hay siete mil: ¿qué se construyó desde entonces? ¿Cuánto personal se incorporó? En cambio, Omar Perotti decidió que por primera vez en 40 años se construya una unidad penitenciaria autónoma en el departamento La Capital".

 En 2007 había dos mil presos, hoy hay siete mil: ¿Qué se construyó desde entonces? ¿Cuánto personal se incorporó? 

No obstante, aclaró que la Justicia debería investigar a la actual comisión directiva de la cárcel. "Hay seis módulos, y cada uno tiene su director y subdirector. El módulo donde ocurrió la fuga tiene su directorio: ¿Qué pasó ahí?", se interrogó.

Por lo demás, Gálvez afirma que la fuga se trató de uno de los "tantos hechos no deseados" que ocurren a diario en un servicio penitenciario. Si se quisiera buscar responsabilidades políticas y/o penales, en cambio, propuso mirar la relación entre este escape y el asesinato del comerciante Edgardo Giménez.

Aquel homicidio ocurrió en 2014, en la localidad de Granadero Baigorria, y quien recibió la condena más alta fue el mencionado D'Angelo por ser el presunto autor material.

 Si se quisiera buscar responsabilidades políticas y/o penales, en cambio, Gálvez propuso mirar la relación entre este escape y el asesinato del comerciante Edgardo Giménez 

"Hay un autor intelectual que no tiene que ver con el servicio penitenciario, y eso es lo que hay que investigar de esta fuga", razonó el funcionario.

En la misma línea, agregó: "Hay que ir a fondo con algo más grande, que es terminar de resolver el homicidio de Giménez. D'Angelo fue supuestamente quien gatilló, y hay alguien más detrás de todo esto: ¿Quién es el autor intelectual del robo seguido de muerte en Granadero Baigorria?".

Debe mencionarse en este punto que, horas después de conocida la fuga, la familia de Giménez se encadenó a la Casa de Gobierno, situación que se distendió con la recaptura de D'Angelo.

El recluso fue nuevamente atrapado este miércoles, en un operativo de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en Villa gobernador Gálvez, quienes también detuvieron a Joana Cabrera, una de las presuntas "visitas" que trasladaron el carrito de escape.

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Además, nueve agentes penitenciarios fueron sumariados y -lo confirmó el propio Gálvez-, se esperan pases a disposición y despidos. Ocho de ellos fueron  además dispuestos por 45 días en prisión preventiva, mientras la Justicia investiga su presunta connivencia con el escape: "Les pasó un elefante por delante y no lo vieron", dictaminó.

Sobre posibles salpicados internos, aclaró: "No es un área para estar cambiando permanentemente de funcionarios. Eso el gobernador lo tiene claro; yo hablo con él, me conoce y sabe hacia dónde vamos, más allá de las piedras que debamos sortear".

"Mi atención ahora está puesta en cambiar todos los centros de monitoreo de las unidades penitenciarias", cerró.