Ariel 'Guille' Cantero pareció entender su complicada situación judicial y está decidido a utilizar toda su imaginación e influencia para frenar el proceso que se desarrolla en su contra por balear domicilios de jueces y fiscales.
Quedó claro este lunes, cuando un llamado al 911 sorprendió al guardia de turno que debió escuchar atónito cómo van a "matar a los fiscales si no se liberan a los Cantero".
El curioso hecho se dio en el mismo instante en que el propio 'Guille' Cantero prendía fuego en su celda para declararse en huelga de hambre, en un curioso acto de rebeldía en donde repartió puteadas y vociferó amenazas al grito de "no me importa nada".
Así fue como el juicio contra el capo de Los Monos logró sobrepasar todo protocolo institucional e instalarse como una guerra sin cuartel que el grupo narco intenta mantener con el Estado.
Tal es la certeza en los despachos rosarinos que entienden en la causa, y desde el Ejecutivo y el poder judicial de la provincia no dudaron en atribuir el mafioso llamado anónimo a "represalias" ordenadas por Cantero desde su celda en Marcos Paz.
Fue en esa pista que el personal policial logró atrapar al principal sospechoso de comunicarse con el 911, y desde el Ministerio de Seguridad informaron que se trata de un joven de 19 años del barrio rosarino de La Tablada. Su teléfono quedó a disposición de la Justicia y será clave para develar la trama del hecho.
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Mientras tanto las medidas de protección se extremaron en la provincia, y desde el Ministerio de Seguridad ya anunciaron la inmediata activación de protocolos para proteger a los jueces Hebe Marcogliese, Rafael Coria y Pablo Pinto.
Lo mismo harán con los fiscales Matías Edery, Miguel Moreno, Gastón Ávila y Aníbal Vescovo, quienes atienden en este proceso, con la particularidad de que Edery impulsa además otras investigaciones de peso como la presunta asociación ilícita que vincula al senador Armando Traferri.
El propio Edery junto a su colega Luis Schiappa Pietra han remarcado en numerosas ocasiones la necesidad de conectar los diferentes hechos violentos que sacuden a la provincia para lograr llegar a los verdaderos responsables, hipótesis compartida por el gobierno de Omar Perotti y que fue planteada como cuestión de Estado por el ex ministro Marcelo Sain.
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Por eso importa reseñar que el juicio que enfrentan Cantero y sus siete amigos es por balaceras contra los blancos judiciales y policiales que los encarcelaron, y que el proceso acusatorio comenzó con la provocativa declaración en la que Cantero admitió ser un sicario.
La violencia se profundizó desde entonces, y con el correr de los días se sucedieron balaceras diarias que se cobraban vidas inocentes y ataques a personajes menores del hampa que terminaron siendo víctimas de sicariatos.
El panorama se agravó con el asesinato de Carlos Argüelles, un testigo clave que estaba por declarar en una nueva causa contra Esteban Alvarado, otro líder narco con capacidad para ordenar tiros desde su celda. Días mas tarde, la víctima de las balaceras fue un candidato a concejal de Villa Gobernador Gálvez, cuyo domicilio particular fue atacado.
Similar ataque recibió el hermano del vicepresidente de Newell's, Cristian D'Amico, quien sufrió 14 impactos de bala en su domicilio previo a las elecciones en el club del Parque Independencia que se desarrollará el próximo domingo, comicios que desde hace varios años no se realizan sin la venia de Los Monos.
Pero el asesinato de Argüelles demostró que el problema es mucho más complejo que Los Monos y su entorno, y que debe comprenderse en cambio como un conflicto de intereses entre distintas bandas narcos que siempre terminan siendo financiadas por generosas manos de guante blanco.
Otra pista en tal sentido fue aportada por la sorpresiva imputación al 'Turco' Roberto Yalil Azum, un curioso empresario acusado de rentar soldaditos para desarrollar sus propios bunkers de venta de drogas y que logró montar una gran estructura de negocios legales e ilegales para lavar las cantidades inestimables de dinero recaudado.
"Azum tenía muchos contactos, y en los delitos de guante blanco el crecimiento económico siempre va acompañado del crecimiento social", había explicado en su momento la fiscal Viviana O'Conell sobre este personaje, abonando a la teoría de que tanto Azum como Cantero no son más que terminales intermedias de intereses más profundos.
"Este tipo de delincuentes se acercan a personas con poder y buscan cubrirse sus pasos y volverse cada vez más legales", sostuvo al salir de la audiencia imputativa contra Azum y junto a su colega Alejandro Ferlazzo, donde además contó: "Hubo días que (Azum y sus ayudantes) pidieron custodia en su oficina, previo a los viajes, suponemos que por los bolsos de dinero que transportaban".
