La batalla entre Pablo Avelluto y Enrique Avogadro terminó con la salida del número dos del Ministerio de Cultura. 

El funcionario saliente es muy cercano al jefe de Gabinete, Marcos Peña y aseguró que deja la cartera para desarrollar "proyectos personales", pero la relación con Avelluto "era mala", según confiaron a LPO desde el gobierno.

La remanida fórmula de "motivos personales" no alcanza para explicar la partida de Avogadro, uno de los preferidos de un gobierno que suele dehacerse en elogios por los creativos y por los emprendedores. 

En el gobierno eligieron premiar el trabajo de Avelluto en la actual campaña electoral y desplazaron a uno de sus principales enemigos. 

La interna entre Avelluto y Avogadro comenzó desde el primer día en que convivieron en el Ministerio. Ambos conocen bien a Marcos Peña, pero el funcionario saliente compartió y viaje como mochilero por Asia y vivió casi un año en San Telmo con el actual jefe de gabinete. 

Avogadro había tenido un cargo similar en la Ciudad y llegó a Nación con las mejores referencias. Sin embargo la relación con el jefe de la cartera cultural fue pésima desde el comienzo y Avogadro se transformó un ferviente crítico de la gestión de Avelluto.

Avogadro se va acompañado por Débora Débora Staiff, Subsecretaria de Cultura Ciudadana, una de las dos subsecretarías que dependían de Avogadro.

El actual secretario de Integración Federal y Cooperación Internacional, Iván Petrella, absorberá la Secretaría que comandaba Avogadro. Él ex legislador porteño también es muy amigo de Peña.