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Energía: Crece la pelea empresaria por un negocio de u$s 3.000 millones
Nueve empresas buscan quedarse con contratos a 15 años para la provisión de energía térmica.

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, recibió la semana pasada los sobres de nueve empresas que respondieron a la licitación de más de 4.000 megavatios de energía térmica que se generará por el cierre de ciclos combinados o por cointegración con otras industrias.

"La cantidad de proyectos recibidos (40) y la potencia ofertada (4.597 MW) estuvo por encima de nuestras expectativas", reconocieron desde el ministerio. Las inversiones, estiman, rondarán los 3.000 millones de dólares.

Se trata de una convocatoria para aumentar la capacidad productiva del sistema eléctrico y tiene por objetivo "dotar de seguridad y confiabilidad a la generación del mercado eléctrico mayorista", aseguraron desde la cartera de Aranguren.

Mindlin, Caputo, Uribelarrea, Albanesi y Araucaria Energy, son algunas de las grandes firmas que compiten en una de las licitaciones más importantes de la Argentina, en estos momentos. 

Albares, PGS e IPC fueron las únicas que solo ofertaron proyectos de cointegración, una tecnología que aprovecha el desperdicio de energía en forma de vapor de un proceso industrial para mover una turbina termoeléctrica, como pueden ser los desechos de los ingenios azucareros. 

Araucaria Energy solo presentó proyectos de cierre del ciclo, una procedimiento que permite darle un segundo uso al vapor de una planta termoeléctrica para mover una turbina adicional y de esta forma aumentar el rendimiento de la usina que, una vez cerrada pasa a conocerse como "ciclo combinado". Lo hizo para completar las plantas que ganó en una anterior licitación y que estará terminando en los próximos meses.

Todas las demás empresas, que en este momento atraviesan el análisis de factibilidad de Cammesa, presentaron proyectos de cierre y de cointegración. Pampa Energy, la empresa de Marcelo Mindlin fue la que jugó mas fuerte y se presentó para generar 1.500 megavatios para cierre y cointegración. Le siguen Albanesi, MSU Energy de Santos Urribelarrea, YPF y Central Puerto de Nicky Caputo, el amigo del presidente Macri.

LPO pudo saber que el precio ofertado por Albanesi fue muy bajo, por lo que se notó cierto resquemor en el sector ya que consideran que forma parte de una estrategia de hacer buena letra, luego de haberse visto alcanzada por el caso Odebrecht -el juez federal Daniel Rafecas allanó la empresa meses atrás- y ser una de las tantas empresas que creció al abrigo del kirchnerismo que últimamente y buscó congraciarse con la gestión de Macri con una solicitada en uno de los diarios de mayor tirada del país días antes de las PASO.

Por su parte, la empresa de Santos Uribelarrea, cercana al gobierno, debió sortear algunos inconvenientes imprevistos en el financiamiento, lo que atrasó las obras que ya tenía adjudicadas y fue multado como otros jugadores del sector. Por eso, estiman en el sector que la licitación fue postergada un mes y los sobres fueron entregados recién en el mes de agosto.

En negocio de la generación de energía es el más rentable dentro de la economía real de la Argentina en este momento, porque por la crisis el Gobierno aceptó pagar por el megavatio mucho más de lo que se paga en el mundo.

El negocio de la electricidad es el más rentable dentro de la economía real y casi el único que logró atraer fondos de inversión. Es que lo que se paga por la energía supera por amplio margen al precio del megavatio en el resto del mundo.

"El sistema de precios acá tiene dos partes. La primera es un pago por potencia instalada, que fue fijado para atraer inversiones; y la segunda que es el pago por la energía despachada", dijo a LPO uno de los empresarios que se presentaron en la licitación. 

En general se paga solo por la energía provista, pero por congestión en algunos nodos de la distribución, no siempre se puede despachar, por lo que las empresas consideran que el pago por potencia instalada es una garantía y un incentivo para desembolsar más recursos en el sector.

"La idea es que las plantas estén despachadas en 90% del tiempo", agregó el empresario consultado.

En efecto, en el resto del mundo solo se paga por la energía despachada. Y el precio por megavatio/hora en Argentina es ligeramente inferior al del promedio de Europa. Pero además, por megavatio/mes de capacidad instalada, Argentina paga en promedio 20.000 dólares. Con este importe el Gobierno persigue atraer inversiones para revertir en el corto plazo la falta de infraestructura.

"Esta vez se esperan que los precios sean inferiores a los de la última licitación, cuando rondaron los 18.500 dólares por mes. Los de esta licitación son contratos 15 años; y en nuestro caso estimamos que tardaremos al menos siete años en cubrir los costos", agregó la fuente consultada. 

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