La orden del presidente Mauricio Macri a los funcionarios del equipo económico fue clara. "Para que la Argentina sea competitiva hay que bajar costos y terminar con prácticas sindicales espurias que encarecen todo y frenan inversiones", les dijo.

Los informes reservados que llegaron a la Casa Rosada indican que uno de los principales problemas de la competitividad argentina está presente en los altísimos costos logísticos. Más puntualmente, en las terminales portuarias.

Desde el año pasado, el Gobierno junto a las autoridades de la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC) elaboraron un plan para reducir en algunas terminales los costos portuarios que afectan las exportaciones e importaciones del país.

Pero para poner en marcha dicho plan se necesitó de un acuerdo con el sindicalista Herme Juárez, quien desde 1969 (48 años) es presidente de la Cooperativa de Trabajadores Portuarios Ltda. De Puerto Gral. San Martín.

Juárez es quizá el sindicalista con mayor influencia en todo lo que es la zona sur de la provincia de Santa Fe dado que a su vez es secretario general del Sindicato Único de Portuarios Argentinos (SUPA) en Puerto Gral. San Martín.

La cuestión es que, según pudo saber LPO, Juárez tuvo que ceder a la presión de Macri y entender que resultaba necesario la reducción en las tarifas de remolque, lanchas de amarre, estiba, sanidad marítima y peaje, entre otros aspectos.

En la Casa Rosada destacan que este acuerdo con Juárez permitió, por ejemplo, que en este momento se estén llevando a cabo inversiones millonarias en las terminales portuarias de las zonas de Timbúes, Puerto Gral. San Martín y San Lorenzo.

En el puerto de Rosario están en marcha obras de reparación por un monto total de u$s 70 millones que finalizarán en 2018, mientras que en Timbúes está previsto que se construyan dos puertos más que demandarán una inversión de u$s 350 millones.

"Es crucial entender que reducir los costos portuarios significa evitar perder mercados de exportación y encarecer los bienes importados, porque todo eso conlleva pérdidas de empleos y menos crecimiento", dijo Luis Zubizarreta, presidente de la CPPC.

Los empresarios agroindustriales remarcaron la buena voluntad que mostró Juárez en las negociaciones para facilitar la competencia en los puertos santafesinos desde donde se exporta el 80% de las materias primas agrícolas del país.

En un seminario realizado en el hotel Savoy en el que estuvo este medio, el presidente de la Federación de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, fue quizás el que mejor graficó los altos costos que atraviesan los sectores exportadores.

Cifarelli puso como ejemplo que exportar una tonelada de harina de trigo desde la Argentina es casi 20 dólares más caro que hacerlo por el puerto de Montevideo. "Es indispensable salir al mercado de ultramar con menores costos", explicó.

El dirigente contó que en 2013 la Argentina cayó al puesto 23 en exportaciones de harina de trigo, al tiempo que el año pasado -por la apertura de mercados- el país se ubicó en quinto lugar y las proyecciones indican que se terminará 2017 en cuarto puesto.

"El mercado mundial de harina de trigo representa una suma cercana a los u$s 4.500 millones. Si logramos volver a tener un 15% de participación, indudablemente, se abren muy buenas posibilidades para el sector", aseguró Cifarelli.

Cabe mencionar que el mercado mundial de harina de trigo creció un 4,5% en 2016, mientras que para el presente año 2017 se estima que crecerá alrededor de un 3% (a partir de 2016 la Argentina viene recuperando de a poco terreno en este rubro).

En este sentido, Cifarelli instó al Gobierno nacional a continuar con la política de baja de costos productivos. "Al Estado le pedimos obras de infraestructura y devolución de impuestos para ser competitivos porque hoy seguimos siendo caros en dólares", afirmó.