Carlos Melconian expuso este miércoles en una charla para Balanz su visión sobre las dificultades cambiarias que atraviesa el paÃs y respaldó la posición de Pesce de cerrar más el cepo al ver que tras el acuerdo con los acreedores y la presentación del Presupuesto 2021 la demanda de dólares financieros no amainaba.
En agosto, Pesce intervino en el mercado de cambios con más de 1.200 millones de dólares, más que el doble que en julio y en septiembre la demanda de dólares financieros lejos de calmarse, se aceleró. En los 11 dÃas antes de anunciar el supercepo llevaba vendidos casi tantos dólares como en todo agosto.
Los argentinos sacaron más de USD 300 millones de los bancos en los primeros dÃas de septiembre
Melconian aclaró que esto no se soluciona devaluando porque no es un problema de balanza comercial. Y agregó que en este contexto devaluar no va a traer el despegue que trajo a partir de 2002 y que no resolverá los problemas de confianza en la economÃa argentina. Por el contrario, recordó que el "pass through" que el gobierno quiere evitar con una devaluación es un problema porque con las últimas devaluaciones fue cada vez más rápido el traslado a precios.
Por el lado comercial, remarcó que el dólar está alto, aunque no para los exportadores, por lo que consideró que hay margen para corregir para conseguir más exportaciones y liquidación de cereales modificando las retenciones. Y también aclaró que frente a Brasil sà hay un problema cambiario.
Asà y todo, Melconian reconoció que es difÃcil que el Gobierno logre evitar el salto cambiario por la falta de reservas. "Luce inevitable", dijo al analizar los últimos cinco eventos que terminaron en devaluación desde 2011. En este punto se detuvo y remarcó que a diferencia del cepo de 2011 en el que sà quedaban reservas para administrar y no habÃa una brecha cambiaria preexistente, hoy no hay reservas, hay brechas y hay "un desaguisado macroeconómico".
En este sentido, advirtió que ni el dólar del presupuesto de Guzmán ni la baja de la inflación proyectadas son factibles y resta ver qué acuerdo se alcanza con el FMI. "La visita de octubre es de cortesÃa", aclaró, porque el gobierno quiere cerrar un acuerdo recién hacia abril y el FMI va a terminar ampliándole los plazos de pago a la Argentina incluso sin convencimiento.
Dijo además que el paÃs va rumbo a un cambio de régimen inflacionario, aunque aclaró que esto no implica una espiralización de los precios ni inflación de tres dÃgitos, sino que se trata de un nuevo ritmo del 50% anual por la persistencia de la emisión para asistir al Tesoro.
"Ni la inflación va ser del 30% ni el dólar va a estar a $101, no va estar a $101 ni cuando debatan este Presupuesto", aseguró.
Por último considero difÃcil que el ministro obtenga más financiamiento en el mercado local del que vino obteniendo en las últimas colocaciones y por lo tanto no conseguirá acotar la emisión para asistir al Tesoro, tanto como promete el Presupuesto, un contexto de ya elevada monetización.
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Además en la dictadura se permitió ahorrar en dolares y oro. A partir de ello, fue imposible tener un plan.