Florencia Casamiquela era uno de los únicos nexos de Florencio Randazzo con el Gobierno nacional, que marginó al ex ministro del Interior del armado del gabinete.

Casamiquela acompañó a Randazzo en la fórmula en las elecciones de senadores por la provincia de Buenos Aires en 2017 en las que Cristina Kirchner perdió contra Esteban Bullrich por 4 puntos.

En el kirchnerismo siempre consideraron que esos 5 puntos que sacó la fórmula de Randazzo no sólo fueron funcionales entonces al triunfo macrista sino que formaron parte de un pacto con la gobernadora María Eugenia Vidal.

Por ese motivo Randazzo, que ensayó un acercamiento a Alberto Fernández luego de las primarias de 2019, no pudo colar ningún ministro ni volver a Transporte como se especuló durante la campaña.

Al menos había conseguido que Casamiquela fuera la elegida para dirigir las Relaciones Parlamentarias e Interjurisdiccionales del ministerio de Transporte y Turismo que conduce Matías Lammens.

Lo cierto es que Casamiquela nunca recibió el nombramiento formal a casi un año de la asunción de Alberto y en los últimos días se fue del ministerio con el objetivo de conseguir un lugar en Vivienda, a cargo de María Eugenia Bielsa.

Sin embargo la pelea de "pago chico" le está jugando en contra. Casamiquela milita en Florencio Varela y no dejó de caminar durante toda la cuarentena por el distrito que gobierna Andrés Watson, el sucesor de Julio Pereyra.

Watson está intentando que Casamiquela no sea premiada con un cargo justamente en el ministerio de Vivienda, que puede ser clave para las promesas de campaña.