Momentos bajos para Josep Borrell como Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea. El dirigente socialista, que ocupa el puesto desde verano de 2019, ha sido duramente criticado en los organismos europeos después de que viajara a Moscú la pasada semana para mantener un encuentro con el ministro ruso de exteriores, Serguei Lavrov. Una polémica por el que el jefe de la diplomacia europea ha tenido que comparecer, y por el que Carles Puigdemont ha aprovechado el escaparate del Parlamento Europeo para atacarle.

El pasado viernes Borrell ofreció una rueda de prensa en la capital de Rusia junto Lavrov. Una comparecencia envuelta en polémica por las palabras del dirigente ruso, que afirmó que la Unión Europea no es un socio fiable y convocó la situación de los presos catalanes, encarcelados sedición y malversación el 1 de octubre, con el político Alexei Navalny, encarcelado por ejercer la oposición al Gobierno. El mismo día en que Borrell se encontraba en Moscú, el Gobierno ruso anunció la expulsión de su territorio de tres diplomáticos de Suecia, Polonia y Alemania. Una serie de acontecimientos que han llevado a que 81 eurodiputados hayan emitido una carta pidiendo la dimisión del dirigente español.

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Consideran los firmantes que Borrell debió reaccionar a las expulsiones abandonando inmediatamente el país al enterarse de las novedades. "Borrell no defendió los intereses de la UE cuando el canciller ruso Sergei Lavrov ferozmente criticó a la Unión Europea y Estados Unidos y aprovechó la comparecencia para atacar a Estados Unidos, aliado de Bruselas, a propósito de Cuba", señalan los parlamentarios en la misiva.

Critican también que el embajador de la UE alabara la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V, para la que los desarrolladores aún no han pedido la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), aunque sí asesoramiento científico para adaptarla a las exigencias comunitarias.

"El error de juicio del señor Borrell al decidir de manera proactiva visitar Moscú, y su incapacidad de presentar los intereses y valores de la Unión Europea durante su visita, han causado graves daños a la reputación de la UE y a la dignidad del cargo", afirman en la misiva, donde llaman a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, a "actuar si el señor Borrell no renuncia por su propia voluntad".

Los parlamentarios que firman la carta, entre los que figura un único español, el eurodiputado de VOX, Hermann Tertsch, dicen: "muy preocupados por los hechos humillantes en la visita de Borrell a Moscú, que han dañado enormemente la reputación de la Unión Europea".

AP

Borrell da explicaciones

El resultado es que Borrell ha tenido que comparecer este martes 9 de febrero ante la Eurocámara para dar cuenta de su viaje y adelantar que no dimitirá por este caso. Una comparecencia en la que ha tratado de marcar distancias con Moscú y donde ha justificado su desplazamiento en un intento de recomponer lazos con el régimen de Putin, deteriorados desde la invasión en 2014 de Crimea y Sebastopol, hasta entonces territorio ucraniano.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, ya habían tratado sin éxito de abrir una nueva etapa de relaciones, y fueron los dos países de la UE que mas interés mostraron en la vacuna Sputnik, en un gesto claro de acercamiento; una postura que va ganando fuerza frente a Von Der Leyen, que ha salido debilitada de la crisis de las vacunas al mostrarse más reacia a dar el visto bueno a la solución rusa.

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"Fui a Moscú para ver si Rusia estaba interesada en afrontar nuestras diferencias y revertir la tendencia negativa de nuestras relaciones", ha defendido Borrell este martes, defendiéndose de su episodio más polémico desde que asumió el cargo. "La respuesta que recibí apunta claramente en otra dirección", defendió el Alto Representante.

En su intervención en el Parlamento Europeo, Borrell ha criticado duramente el régimen ruso para tratar de marcar distancias, criticando la "fuerte deriva autoritaria" y emplazado a los Estados miembros a tomar medidas y sanciones en caso de ser necesario. Eso sí, el jefe de la diplomacia europea defendió su papel ante las críticas recibidas. "El viaje era un riesgo, pero había que asumirlo", señaló Borrell, que también alertó del intento de Rusia por dividir a la Unión Europea. "No deberíamos caer en la trampa".

El independentismo aprovecha la galería europea

Borrell fue desplazado a la Unión Europea desde el Gobierno de Sánchez, donde ocupaba el perfil más combativo contra el independentismo. El ex ministro de Exteriores fue propuesto para ocupar un cargo europeo para allanar así una alianza con ERC, que al igual que el resto de partidos independentistas ven en Borrell un adversario a batir.

El episodio de Moscú también ha servido a estas fuerzas como munición para cargar contra el dirigente español de cara a la galería europea. Así, el ex presidente huido de la justicia Carles Puigdemont -al que Pedro Sánchez aseguró que devolvería a España para que fuera juzgado- ha intervenido desde el Europarlamento para atacar al ex ministro español.

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Puigdemont ha aprovechado su intervención para pedir la dimisión de Borrel -BorrExit- y ha dado la razón al ministro ruso, comparando el caso de Navalni con el de los presos del procés. El expresident ha ido más allá y ha remarcado que las penas de cárcel contra los líderes del procés son más altas que las que afronta el opositor ruso.

Borrell marca las diferencias entre el opositor ruso, que sufrió un intento de asesinato y es condenado "sin razón ni fundamento"; con los presos del procés, que hacen "libremente campaña en Cataluña"

En este sentido, ha afeado a Borrell que la UE maneja "dobles raseros" y no se puede permitir "dar lecciones" de libertades. Esta comparación ya ha generado tensiones en el Gobierno de coalición después de que el vicepresidente segundo Pablo Iglesias también respaldara esta comparación asegurando que en España hay una anomalía democrática. Unas declaraciones que desde el Gobierno socialista han atribuido a la campaña electoral en Cataluña.

En su respuesta a Puigdemont, Borrell ha rechazado duramente este símil y ha insistido en que mientras Navalni ha sufrido un intento de asesinato con juicios "que le van condenando sin razón ni fundamento", Puigdemont y el resto de líderes hacen "libremente campaña en Cataluña". "¿Creen que tiene algún sentido esta comparación? Es evidente que no la tiene, pero no quise enzarzarme en esa discusión.