El Mercosur tuvo un nuevo capítulo de tensiones por la reforma del Arancel Externo Común. En esta ocasión, Brasil y Uruguay consensuaron un documento en el Consejo del Mercado Común donde plantean los puntos de avance para la flexibilización tanto del AEC como en las negociaciones externas. El planteo les permite a los países avanzar a su ritmo en la baja del arancel sin tener de "lastre" a otros países que quieran ir más lento.

El acuerdo fue anunciado rápidamente por la Cancillería uruguaya en donde aclara que tiene "el apoyo total de Brasil" y  confirma la intención del gobierno de Luis Lacalle Pou que la iniciativa sea debatida el 15 de mayo en la reunión de Cancilleres y ministros de Economía en la ciudad de Buenos Aires. Además, proponen que para el 31 de mayo ya esté ratificada por los poderes legislativos de los Estados miembro.

Lacalle Pou dijo que el Mercosur es "un lastre" y Alberto lo cruzó durísimo: "tomen otro barco"

La propuesta contrasta con la postura argentina y eleva la tensión entre los países miembros en un debate en donde las posturas parecen irreconciliables. Fuentes de Cancillería consultadas por LPO plantearon que "el apoyo total no es de Brasil sino de Paulo Guedes. Nosotros hablamos con Itamaraty (Cancillería brasileña) y nos dicen otra cosa". 

Esta interna responde a que el ala liberal que representa Guedes sostiene la necesidad de reconvertir el bloque en una zona de libre comercio mientras que los diplomáticos defienden una postura más pragmática. 

Además, desde el Palacio San Martín entienden que hay poca vocación de negocación. "Ellos presentan la propuesta y tiene que ser aceptada sin matices. Eso no es una negociación. Se hace complicado consensuar con posiciones tan ideologizadas e intransigentes", reprocharon.  

El apoyo total no es de Brasil sino de Paulo Guedes. Nosotros hablamos con Itamaraty (Cancillería brasileña) y nos dicen otra cosa

El objetivo de Uruguay para reformar estos aspectos sensibles del bloque comercial tiene que ver con la intención de avanzar en una negociaron con China pero eso no es posible hacerlo porque Paraguay no reconoce al país asiático. En ese punto, el obstáculo para Montevideo no es Argentina sino el país guaraní.

Mas temprano, el Canciller Felipe Solá y el ministro de Economía Martín Guzmán presidieron de forma virtual la XII Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común convocada por Argentina, en el marco de la Presidencia Pro Tempore del bloque regional. 

Allí, el gobierno argentino presentó su propuesta de  reducción promedio del Arancel Externo Común pero utilizando una metodología de segmentación del universo arancelario en productos agroindustriales, industriales, bienes de capital, de informática y telecomunicaciones, con cinco eslabones diferenciados entre sí por el grado de elaboración del producto en cada caso.  

Se hace complicado consensuar con posiciones tan ideologizadas e intransigentes

En cuanto al relacionamiento con terceros países o bloques, Solá señaló que nuestro país propone "instruir a los coordinadores del Grupo de Mercado Común para que al finalizar este semestre elabore una propuesta de plan negociaciones externas que identifique prioridades de la agenda externa del Mercosur y el plan de modalidades específicas de ofertas y de disciplinas, y se elabore un informe completo sobre el estado de situación de las diferentes negociaciones".

El ministro Guzmán, por su parte, afirmó: "Como bloque nos debemos una discusión más profunda sobre el camino propicio para la prosperidad de nuestros pueblos. La prosperidad, para nosotros, es un camino al desarrollo que incluya un dinamismo productivo; mayor competitividad y mayor productividad. Pero fundamentalmente, que de ello se beneficien todos los integrantes de nuestra población. Es decir, que el crecimiento económico sea inclusivo, que venga acompañado de una equidad sobre cómo se distribuyen los beneficios de ese crecimiento".

Y añadió Guzmán: "La posición argentina tiene similitudes y diferencias con los demás miembros del bloque, pero busca construir equilibrios que den condiciones de mayor prosperidad e impulsen comportamientos responsables. Consideramos que no avanzar y no hacer nada sería contraproducente. Vemos las diferencias, pero vemos que hay puntos de acuerdo, y lo importante es avanzar sobre esos puntos de acuerdo para ir construyendo un Mercosur más moderno y adaptado a la necesidad del desarrollo de nuestras naciones".

La puja por la flexibilización del Arancel Común, que es del 12,5%  en promedio para todos los bienes que provengan de países ajenos al Mercosur -y puede llegar al 35%-, tiene que ver con las estrategias de inserción en las cadenas globales de valor y el acceso a la tecnología de forma más barata. En efecto, se trata de uno de los aranceles más altos del mundo y para Brasil en particular es un escollo. 

La puja por la flexibilización del Arancel Común, que es del 12,5% en promedio para todos los bienes que provengan de países ajenos al Mercosur -y puede llegar al 35%-, tiene que ver con las estrategias de inserción en las cadenas globales de valor y el acceso a la tecnología de forma más barata

De hecho, el mecanismo de excepción del Arancel es utilizado con mayor frecuencia por Brasil. En segundo lugar por Argentina y luego por Uruguay. Ya el año pasado, el tope de excepciones para posiciones arancelarias había sido ampliado de 45 a 100 por año.

Sin embargo, las flexibilidades que quieren Uruguay y Brasil van más allá. Tienen que ver con poder avanzar en acuerdos bilaterales si, pasado determinados plazos, no hay avances concretos en la integración comercial con la Unión Europa y otras áreas. En este sentido, el más reticente a que los acuerdos no se alcancen sin los cuatro países es Paraguay.

Cancillería reconoció que "en la flexibilización del bloque, Paraguay está más cerca de Brasil que de nosotros, pero en lo que respecta a las negociaciones externas está más cerca nuestro". 

Con este panorama, como sucedió cuando Lacalle Pou definió al Mercosur como "un lastre", se esperan nuevas tensiones que se volverá a cristalizar en la reunión de mayo en Buenos Aires.

Por lo pronto, el cruce entre Guedes y Guzmán de esta tarde fue más que elocuente. En una defensa de la necesidad del Estado en su rol de promotor del desarrollo, Guzmán sostuvo que la mano invisible de Adam Smith "es invisible porque no existe", fiel a la postura desarrollista y estatista de Columbia.

Y Guedes no se la dejó pasar: "La mitad de los premios Nobel los ganaron economistas de la Universidad de Chicago", le espetó el ministro de Economía brasileño en defensa del liberalismo económico.