El cierre de las candidaturas presidenciales para las primarias obligatorias del 6 de julio fue intenso y dejó varios heridos en la oposición. La intención de la candidata del Partido Socialista, Paula Narvaez, de participar del frente Apruebo Dignidad junto a Daniel Jadue, del Partido Comunista, y Diego Boric del Frente Amplio, pateó el tablero pero agudizó la grieta entre los partidos de la ex Concertación y los espacios de izquierda que se presentan como la renovación del sistema político.

La alianza PC-Frente Amplio salió fortalecida en las elecciones del domingo, tanto en la elección de Constituyentes con 27 representantes como en alcaldías claves de la talla de Recoleta, Valparaíso y la capital, Santiago. 

Del lado de Unidad Constituyente, el único que partido que tuvo una buena elección fue el socialismo con 15 de los 25 escaños. Eso reforzó la convocatoria de Jadue y Boric para que Narvaez compita en la primaria y abandone a los partidos que recibieron un importante rechazo de la ciudadanía. 

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Naravez lo aceptó pero el acuerdo no fue posible tras el veto de Jadue y Boric al ex Canciller de Bachelet y líder del PPD, Heraldo Muñoz. La información la confirmó la propia candidata socialista que logró reunir el apoyo del PPD, el Partido Liberal y Nuevo Trato al asegurar que "lamentablemente nuestros esfuerzos honestos, anclados realmente en el interés superior del país de construir unidad, se la ha farreado el Frente Amplio y el Partido Comunista".

Otro de los partidos que ha estado en el centro de la polémica, la Democracia Cristiana, ratificó que no irá a primarias. Su candidata, Ximena Rincón, acusó a sus aliados de UC de querer vetarla y terminó declinando su postulación en medio de la crisis interna. 

Lamentablemente nuestros esfuerzos honestos, anclados realmente en el interés superior del país de construir unidad, se la ha farreado el Frente Amplio y el Partido Comunista

La DC baraja otra opción -para algunos la más competitiva- que es la presidenta del Senado, Yasna Provoste, quien hizo una declaración en la que si bien aseguró que no ira a las primarias pero no aclaró si se presentaría en las generales. 

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"Hoy debemos construir unidad y escuchar de manera sincera al país, no pensar en candidaturas ni aventuras personales, por mucho que los plazos legales presionen. La centroizquierda debe generar condiciones que objetivamente le permitan ser alternativa del Gobierno antes de inscribir candidaturas", dijo Provoste.

Una fuente al tanto de las negociaciones contó a LPO que "el FA y el PC tienen la centralidad de armar la primaria a su gusto y lo más importante: que refleje una coherencia ideológica, lo cual se vio que es más que necesario el domingo".

Paula Narvaez estuvo cerca de un acuerdo con Jadue y Boric.

"La lista constituyente de la Concertación fue un popurrí que terminó pagando bastante caro. Por eso, aceptar a Heraldo y a la Democracia Cristina es perder votos", agregó. 

De esta manera, la única primaria de la oposición será la del Daniel Jadue, del PC y Daniel Boric del Frente Amplio. El problema para los partidos de la ex Concertación es que al no participar en las primarias obligatorias quedarán al margen del campaña oficial, sin financiamiento ni espacios en los debates y en la franja de televisión abierta.

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Es una verdadera incógnita lo que hará la diputada, Pamela Jiles, que decidió no participar de la primaria y encarará sola el proceso electoral con el objetivo de canalizar el descontento social con los partidos políticos. Se presume que intente construir puentes de diálogo con la Lista del Pueblo que dio la sorpresa el domingo al obtener 24 constituyentes y uno de sus fundadores aclaró que "no harán pactos con ningún partido político sino que solo dialogarán con el pueblo".  

La lista constituyente de la Concertación fue un popurrí que terminó pagando bastante caro. Por eso, aceptar a Heraldo y a la Democracia Cristina es perder votos

Por el lado del oficialsmo, Chile Vamos inscribió a cuatro pre-candidatos: el alcalde de Las Condes y referente de UDI, Joaquin Lavin, el ex ministro de Hacienda e integrante de Evópoli, Ignacio Briones, el independiente Sebastián Sichel y el ex ministro de Defensa y miembro de Renovación Nacional, Mario Desbordes. 

La división opositora es un paso atrás en el camino de la centroizquierda de lograr el gobierno en las generales de noviembre y oportunidad para el oficialismo de aferrarse al tercio de los votos que llegar competitivos a la segunda vuelta.