La secretaria administrativa del Senado María Luz "Luchi" Alonso, una de las figuras más cercanas a Cristina Kirchner, será candidata a ocupar una banca de esa casa por La Pampa en binomio con Pablo Daniel Bensusán, ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos del gobierno de Sergio Ziliotto.

La Pampa es tierra del peronismo hace décadas y la dupla tiene chances claras de ganarse un lugar en el recinto desde el 10 de diciembre. Fue anunciada por Luciano Di Nápoli, intendente de Santa Rosa y originario de La Cámpora al igual que Alonso. 

"Entiendo que es una formula que expresa y sintetiza lo mejor de nuestro partido con compañeras y compañeros muy capacitados para seguir el camino de la defensa de todas y todos los pampeanos que lleva adelante nuestro gobernador. En lo personal además es una gran alegría por el cariño que siento por Luchy con quien camino y construyo política hace más de 10 años", dijo el alcalde.

Economista de profesión, Alonso fue diputada en 2011 con sólo 25 años de edad, no pudo reelegir en 2015 pero sus ex colegas la nombraron secretaria de Coordinación Operativa de la Cámara baja, por gestión de Máximo Kirchner. 

La inclusión de Alonso anticipa que Cristina digitará las listas del Senado como hizo en 2019, cuando disputó esas nóminas con gobernadores y fue más flexible con las de Diputados. Además, después de la elección de noviembre puede quedar muy justa con el quórum o hasta perderlo y necesitar de los partidos provinciales.

En 2019 fue electa diputada provincial en La Pampa pero no asumió para ser nombrada por Cristina como secretaria administrativa del Senado, un cargo relevante porque controla cada peso que entra y sale de la Cámara.

No tardó en hacer sentir su rigor: ni bien asumió revisó los papeles y denunció a Gabriela Michetti por supuestas irregularidades en el manejo de fondos. 

No aceptó presiones en el reparto de despachos y se puso al hombro la organización de las sesiones remotas, que en el Senado continúan casi sin diferencias desde el inicio de la pandemia. Sólo se aumentó la cantidad de senadores habilitados a ingresar, pero todos pueden votar por zoom.

La dupla de pampeanos que abandona el recinto la integran Norma Durango y Daniel Lovera, ubicados por Carlos Verna en 2015 y que hasta 2019 fueron aliados eventuales del bloque del PJ presidido por Miguel Pichetto. Se fueron alejando a medida que lo veían acercarse a Macri.

La inclusión de Alonso anticipa que Cristina tratará de influir en las listas del Senado como hizo en 2019, cuando disputó esas nóminas con gobernadores y fue más flexible con las de Diputados. Además, con las elecciones de noviembre puede quedar muy justa con el quórum o hasta perderlo y necesitar de los partidos provinciales. 

Con la composición actual tiene 41 votos seguros en cada sesión, cuatro más que la mayoría simple, pero se estima que en diciembre cederá uno o dos por Chubut (tiene los 3), uno en Corrientes, donde además se elige gobernador; y no le será fácil ganar en Santa Fe para retener la dupla de Roberto Mirabella y María de los Ángeles Sacnun.

Además, el cordobés Carlos Caserio no la tiene fácil para reelegir porque peleará la banca de minoría con la lista del gobernador Juan Schiaretti. El frente de todos no debería tener problemas en  sostener las duplas en La Pampa, Catamarca y Tucumán; mientras que Anabel Fernández Sagasti debería renovar su banca por la minoría de Mendoza. Sólo podría arriesgarla ante un crecimiento de los liberales, que fueron perdiendo solidez en el armado. 

Cristina podría seguir contando con la ayuda de la misionera Magdalena Solari Quintana y el rionegrino Alberto Weretilneck, referentes de sus gobiernos locales, aunque el ex gobernador viene marcando diferencias desde que su rival Martín Soria asumió como ministro de Justicia. Por eso lo más seguro es tener 37 propios. Y confiables.