México vive semanas convulsionadas dentro del Poder Judicial con una serie de movimientos que involucran al Tribunal Electoral y a la Corte Suprema que cuentan con la mirada atenta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Se trata de dos frentes de disputa que involucran a dos aliados del presidente de México. Por un lado, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Arturo Zaldivar, que opera como aliado del Gobierno en las altas esferas judiciales y por el otro, el titular del Tribunal Electoral, Jorge Luis Vargas.
Zaldivar fue puesto en el cargo por Felipe Calderón pero tejió muy buenos vÃnculos con AMLO. Algunos sostienen que tienen coincidencias ideológicas, sobre todo en temas sociales, pero otros directamente lo adjudican al pragmatismo y el oportunismo.
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El magistrado y el Gobierno pergeñaron una reforma judicial que metió por la ventana la ampliación del mandato de Zaldivar, en una clara intención del oficialismo en defensa de su continuidad, pero esto generó una rebelión interna en el máximo tribunal.
A su vez, la oposición del PRI, PAN y PRD comenzaron a denunciar públicamente la inconstitucionalidad de este inciso. Finalmente, en lo que fue una primicia de LPO, Zaldivar intentó someterlo a votación pero ante la falta de apoyo terminó anunciando que su mandato concluirá en diciembre de 2022 y hay muchas chances que el reemplazante sea un férreo opositor.
En paralelo, el Tribunal Electoral dio por terminada la presidencia de otro aliado del Presidente: Jorge Luis Vargas, quien tiene una relación con el oficialismo sobre la base de presiones, pues, recaen sobre el investigaciones por corrupción y que AMLO supo jugar su favor. Los magistrados votaron la expulsión de Vargas y pero se resiste a dejar el cargo.
El punto en común de los dos conflictos es que las caÃdas de Zaldivar y Vargas son una mala noticia para López Obrador. Esto revela que estamos frente a las primeras señales de debilidad de la "Cuarta Transformación" que lidera AMLO desde 2019.
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Además, a la pérdida de aliados en los dos máximos tribunales judiciales hay que sumar el fracaso del referéndum contra los ex presidentes y una elección muy mala en Ciudad de México el pasado 6 de junio que opacó los buenos resultados en las gobernaciones y configuró un Parlamento sin mayorÃa absoluta del oficialismo.
Un elemento más para incorporar al debate es la intención de las Fuerzas Armadas de sumar un juez propio en la Corte. Los militares cuentan con mucho poder histórico en México pero lograron acumular mucho más durante los años de AMLO que parece haber sacado pasado en el PRI y optó mantenerse cerca de los uniformados. Tal vez, esta sea una oportunidad para el lÃder mexicano a la hora de recuperar interlocución con el supremo tribunal.
De todas formas, AMLO utiliza esta situación para aumentar la confrontación con esos organismos. En su última conferencia dijo que el Poder Judicial estaba "en su mayorÃa podrido" y que por eso es necesaria una reforma judicial.
"Ojala se arreglen y lo mejor es que renuncien todos y que se limpie el Tribunal, que haya una reforma electoral, que es lo mismo que requiere el Instituto Nacional Electoral porque está igual, y esto lo hemos dicho durante años. Antes era todo muy cÃnico, y ahora por eso estamos viendo esta descomposición tremenda, hay que buscar la forma de reformar y que no sean sometidas por nadie", dijo el presidente mexicano.
Sobre los magistrados de la Corte Suprema que se opusieron a la ampliación del mandato de ZaldÃvar, ya que dijo es resultado de que no quieren que una persona "seria y honrada" impulse una reforma judicial que eliminarÃa viejos "vicios y prácticas". "Por eso no lo quieren sus mismos compañeros que vienen del Antiguo Régimen", disparó.
La disputa está plantada y López Obrador parece estar dispuesto a dar esa pelea, referéndum revocatorio mediante, para llegar al 2024 en condiciones de imponer a su sucesor.
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Le meten a la gente el miedo a la URSS de 1960 sin decirles que el comunismo sovientico murió bien muerto en 1989.