Horacio Rodríguez Larreta insinúa un armado filoperonista para sostener su candidatura presidencial. En Tucumán, el jefe de gobierno porteño y Patricia Bullrich impulsan la lista que lidera el intendente de San Miguel, Germán Alfaro, en desmedro de las boletas radicales, encabezada por José Cano y Mariano Campero.

Alfonso Prat Gay, aliado con Campero, el intendente de la coqueta zona de Yerba Buena, buscó un acuerdo por derecha con Ricardo Bussi, que naufragó pero terminó detonando el armado de Cambiemos. Por eso, Cano y la senadora Silvia Elías de Pérez decidieron presentar una lista propia. Sin embargo Larreta prefirió cerrar con Alfaro.

Larreta y Patricia avanzan en acuerdos y Macri queda relegado

Alfaro es el intendente de la capital tucumana y realizó toda su carrera política dentro del peronismo hasta que en 2015 se alió con Cambiemos y ganó en San Miguel. Su esposa, Beatriz Ávila es su compañera de fórmula en la boleta para senadores.

Actual diputada, Ávila abandonó el bloque de Juntos por el Cambio tras la caída de Mauricio Macri y varios dirigentes del PRO pidieron que "devolviera" su banca. Bullrich, una de las que había criticado a Ávila, le pidió disculpas este fin de semana y en una recorrida por Tucumán se fotografió con ella y con Alfaro.

Larreta y Vidal entienden que no es posible gobernar a la Argentina sin el peronismo y por eso le dicen a quien quiera escuchar que en esta nueva etapa de Juntos por el Cambio, esa fuerza tiene que pasar de socio relegado a actor importante de la coalición.

Durante su presidencia, Macri dejó de lado al peronismo y buscó apuntalarse en la Coalición Cívica y el radicalismo, lo que abrió un fuerte debate interno -que continúa- sobre si es posible gobernar a la Argentina sin una porción importante del peronismo en el Gobierno.

Larreta y Vidal entienden que no es posible y por eso le dicen a quien quiera escuchar que en esta nueva etapa de Juntos por el Cambio, el peronismo tiene que pasar de socio relegado a actor importante de la coalición, sobre todo en el Gobierno, algo que puso en alerta a la UCR y que se puede observar en la creciente agresividad de Gerardo Morales, que aspira liderar esa partido. El jefe de gobierno porteño quiere alejarse del discurso antiperonista que permea en importantes sectores de Cambiemos. Es política, o sea, no es blanco y negro, sino que se trata de matices, grados, pero muy visibles para los radicales.

Prat Gay y Campero en una recorrida por Tucumán.

Larreta siempre destacó su pertenencia al desarrollismo, pero comenzó su carrera política de la mano del peronismo de Carlos Menem, al igual que Santilli. Bullrich fue una de las líderes de la Juventud Peronista en los '80 tras su experiencia en Montoneros y en los noventa era uno de los alfiles políticos de Carlos Corach. Vidal elude definiciones, pero no es un secreto que está mas cerca del peronismo que de los radicales.

En el radicalismo están muy atentos a las señales políticas que envía el jefe de Gobierno -más allá de lo que declara- y consideran que de imponerse en las presidenciales Larreta los marginará del gabinete para consolidar un armado con impronta peronista.

Bullrich tomó distancia de Macri indignada porque el ex Presidente le soltó la mano en la discusión por las listas y en el interior avanza en acuerdos políticos con Larreta, más allá que mantenga una retórica ultra en sus apariciones mediáticas.

La presencia de Bullrich en Tucumán es otra señal del reacomodamiento de Cambiemos. La ex ministra tomó distancia de Macri indignada porque el ex Presidente le soltó la mano en la discusión por las listas y en el interior avanza en acuerdos políticos con Larreta, más allá que mantenga una retórica ultra en sus apariciones mediáticas.

Tucumán es la provincia más importante por peso electoral en el norte argentino. En las últimas elecciones participaron más de un millón de personas y el peronismo, con las listas de Juan Manzur y José Alperovich se quedó con más de 600 mil votos.

Hay quienes piensan que de mantenerse la pelea entre Manzur y su vice Osvaldo Jaldo la oposición tiene chances de apoderarse de la provincia que el peronismo domina desde que Julio Miranda le arrebató la gobernación al genocida Antonio Domingo Bussi. En 2015 Cano pareció cerca de derrotar a Manzur pero terminó perdiendo por 111 mil votos en medio de protestas opositoras.