Los datos de desempleo en dos países vecinos se dieron a conocer este martes y ponen en reflejo la velocidad a la que se recuperan, pero también la profundidad con la que la pandemia afectó al mundo laboral y los meses de rezago entre el rebote del PBI y la reapertura de puestos de trabajo.

En el caso de Chile, el desempleo en el trimestre que va de mayo a julio de este año cayó al 8,9% respecto del máximo del 13,1% que alcanzó en el peor momento de la pandemia, es decir, el mismo trimestre del año pasado. Y en Brasil, se contrajo a 14,1% en el segundo trimestre de este año, una mejora del algo más de medio punto porcentual respecto del 14,7% que alcanzó entre enero y abril de este año, superando incluso el 14,6% del tercer trimestre del año pasado cuando más cruda era la pandemia.

La prohibición de despidos evitó que se perdieran 700 mil puestos de trabajo en el sector privado 

Con los datos de hoy, Chile quedó como el segundo país con menor desempleo de la región detrás de Paraguay, que en el primer trimestre había registrado una baja al 7,2%. En tercer lugar quedaría Uruguay con 9,4%.

En el caso de Argentina, los datos de desempleo del segundo trimestre no estarán disponibles hasta el 23 de septiembre. En tanto, los del primer trimestre de este año marcaban 10,2%, es decir un total de 1,3 millones de argentinos, y se ubicaban a la par de los de Chile, con 10,4% de desempleo.

INE de Chile

Son datos que el gobierno confía que mostrarán una merma en pocos días de la mano del crecimiento del empleo industrial y de la construcción. Sin ir más lejos, este martes desde la Cámara Argentina de la Construcción celebraron que ya se recuperaron 74.000 puestos de trabajo en el sector, 4.000 trabajos más de los que se perdieron con la pandemia.

El gobierno de Argentina también espera poder mostrar una recuperación del empleo que lo ponga en niveles similares a los de Chile. Este martes la Cámara Argentina de la Construcción celebró que ya se recuperaron en el sector 74.000 puestos, 4.000 mil más de los perdidos en la pandemia.

En el caso de Chile, la caída del desempleo se dio de la mano de un fuerte crecimiento del trabajo en negro. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas, en el trimestre terminado en julio el índice de ocupación informal llegó al 26,5%, mientras que la ocupación total se ubicó en el 55,4%, es decir que por cada trabajador en blanco hay uno en negro. Con los resultados de hoy todavía unos 390.000 chilenos seguían buscando empleo sin conseguirlo, en particular en la Región Metropolitana de Santiago donde el desempleo es incluso más alto que el promedio nacional, 9,5%.

Los números de Brasil, por su parte, muestran una caída del desempleo importante aunque más modesta y con cifras cercanas a las de Colombia. Así y todo, aún está lejos del desempleo del 11% que supo alcanzar a fines de 2019, el cual a su vez había sido el más bajo desde el comienzo de 2016.

El ciclo del desempleo en el gigante sudamericano es muy marcado con un importante repunte a comienzo de año y desde allí baja a sus mínimos a fin de año. En enero con la asunción de Bolsonaro el ciclo había comenzado a la baja, pero con la pandemia se disparó y no volvió a niveles previos. Hacia fin del año pasado alcanzó una baja al 13,9% y luego volvió a acelerarse hasta ahora que comenzó a retroceder nuevamente. Así todavía hay 14,4 millones de personas en Brasil buscando trabajo, aclaró la agencia de noticias del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

Los datos de los países vecinos ponen de manifiesto una realidad transversal a la gran mayoría de las economías: incluso cuando el PBI logra recuperarse por completo, la destrucción de los puestos de trabajo tarda muchos meses más en revertirse.

Sin ir más lejos, ese fue el argumento de Jerome Powell para no subir las tasas de interés en los Estados Unidos: todavía 6 millones de puestos de trabajo de los que se perdieron desde febrero de 2020 no se recuperaron en ese país.