La desilusión de la vicepresidenta con los 21 meses de gestión de Alberto se tradujo en el pedido solapado de dos cabezas: la de Santiago Cafiero y la de MartÃn Guzmán, jugador clave de la renegociación de la deuda con el FMI. Y allà radica la batalla de fondo de la vicepresidenta con el ministro de EconomÃa: Cristina se opone taxativamente al acuerdo a diez años que se encaminan a firmar con el FMI. Para ella, el fiscalismo del primer semestre fue lo que condujo a la derrota en las urnas de este fin de semana y lo que les puede costar el Ejecutivo en 2023, de la misma forma que el fiscalismo de Dujovne hizo caer a Macri en 2019.
Un fiscalismo que quedó plasmado en blanco sobre negro en los fuertes recortes a los subsidios a la energÃa que contemplaba el borrador final del Presupuesto 2022 que elaboró Guzmán y que como reveló en exclusiva LPO, motivó que el mater por la noche el propio Alberto Fernández frenara su envÃo al Congreso, detectando que podÃa detonar una crisis polÃtica interna que de todas maneras se concretó.
La decisión motivó una convocatoria urgente de Massa a la Casa Rosada y en la reunión con Santiago Cafiero se acordó posponer el envÃo de la ley hasta consensuar un proyecto con el kirchnerismo.
Esta mañana, Guzmán pareció justificarse cuando fuera de contexto, durante la presentación de la ley de hidrocarburos, ensayó una defensa del presupuesto, con especial énfasis en la vinculación con el acuerdo con el FMI. ParecÃa hablarle a Cristina cuando explicó que el proyecto elaborado fue lo mejor que pudo hacer, contemplando una refinanciación del FMI de cuatro años de gracia "El año que viene (sin el acuerdo) deberÃamos pagar 19.000 millones de dólares", precisó. Es decir, sin acuerdo el ajuste serÃa aún peor.
Un argumento que por ahora no conmueve al Instituto Patria. Bajo el asesoramiento de Kicillof, Cristina insiste en que lo que hay que hacer es meterle plata en el bolsillo a la gente, incluso si es mediante pura emisión monetaria. Y retomar la obra pública con impacto social en el Conurbano que caracterizaba a Néstor Kircher como polideportivos, escuelas, centros de salud barriales, y no una simple reanudación de la obra pública macrista de obras hÃdricas y autovÃas.
En cambio, para Guzmán eso no solo no soluciona nada, sino que va a disparar incluso más la inflación. Antes esto, desde el equipo de Kicillof responden que la inflación ya está en 50%, pero para Guzmán puede ser todavÃa mucho mayor y eso tiene un costo electoral.
Por lo pronto, Alberto y Guzmán ratificaron que su proyecto de Ley de Presupuesto dan por hecho que no van a figurar los vencimientos de deuda con el FMI, precisamente porque el acuerdo con el FMI va a quedar cerrado antes de tener que destinar dólares a ese fin.
En palabras del presidente: "Hoy tenemos que presentar el Presupuesto y la verdad es que lo presentamos dando por cierto que el año que viene no tenemos que cumplir con compromisos externos, pero la realidad es que eso exige seguir adelante una negociación con el Fondo, conseguirla, lograrla; pero lo cierto es que si ese acuerdo no existiera, tendrÃamos que hacer frente al pago de 19.000 millones de dólares el año entrante y las condiciones serÃan otras; serÃa distinto en las posibilidades que tiene el Estado en promover el desarrollo que queremos promover y se verÃa afectada la obra pública, la educación, la salud, el crédito para la empresa, que para nosotros es tan importante, y la ciencia y la tecnologÃa. Por eso, nosotros queremos dar certidumbre en esta materia desde el primer dÃa".
Como pudo saber este medio, el Presupuesto de Guzmán para el año que viene no contempla que crezcan los subsidios económicos, pero tampoco que bajen; cuando las proyecciones que le enviaron desde EnergÃa sà contemplan que los subsidios energéticos sigan subiendo con tarifas congeladas.
El acuerdo con el FMI le permitirÃa a Guzmán arrancar un programa de ajuste con un 3,5% de déficit fiscal primario y medio punto más de déficit por motivos financieros y ajustar los saldos monetarios para cerrar el año con una inflación en torno al 34% y un dólar oficial que llegue a diciembre a $135.
Para Cristina Kirchner, esto implicarÃa profundizar el ajuste de este año -que en los mercados no es tomado como ajuste sino como "moderación en el desbarajuste"- directo a perder el Gobierno en 2023. Para evitar esto, la pulseada con el FMI para no hacer ningún tipo de ajuste en los próximos dos años deberÃa recrudecer y jugar al lÃmite con la posibilidad de un default, incluso si eso implica erradicar de raÃz cualquier posibilidad de financiamiento para las empresas argentinas en el exterior.
"Espero que no se vaya por el camino de no cerrar. Necesitamos un buen acuerdo para poder empezar a construir un sendero de desarrollo, aunque suene antipático es una condición necesaria para despejar el horizonte de pago de los próximos años y poder contar con recursos para pensar un sendero de crecimiento y desarrollo. Obvio que hay que preguntarse cuáles son las contraprestaciones que va a exigir el FMI para cerrarlo, pero si ese acuerdo puede contener una reducción gradual del déficit hasta que se termine de recuperar. Pero sin ese acuerdo, al paÃs se le va a complicar mucho más conseguir financiamiento para las inversiones de capital que Argentina necesita para desarrollarse, sin inversiones grandes Argentina la va a correr siempre de atrás en la competencia internacional", dijo a LPO el economista MartÃn Kalos y director de EpycaConsult.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.