“Para nosotros fue espectacular, vendimos todo”, cuenta el empresario Guillermo Justo, de La Salada, sobre el viaje a Angola. Los puesteros de la feria fueron la gran estrella de la misión comercial a ese país que encabezó Guillermo Moreno.

Los empresarios de la feria ubicada en Lomas de Zamora llevaron zapatillas, ojotas y alpargatas en el rubro calzado; remeras, shorts, polleras, musculosas y camisas en ropa para niños y niñas; y chombas y remeras de manga corta y larga para hombres adultos. Además, hubo lugar para las camperas de cuero, de las que se llevaron unos pocos ejemplares por temor a que el precio fuera excesivo. Sin embargo, a pesar de cotizarse a U$S150, no quedó ni una.

Por eso Justo asegura que “si hubiéramos llevado más mercadería, la vendíamos”. “Volvimos sólo con las valijas”, comentó, contento porque quedaron "muchas puertas abiertas" para futuros negocios.

Al parecer, la clave del arrasador éxito es el mismo que operó en la Argentina: precios que son imposibles de conseguir en ningún otro lado. Por ejemplo, las alpargatas se vendieron a $20 argentinos, cuando allá se conseguían a $100, de origen brasileño o portugués. Incluso, Justo explicó que encontraron personas vestidas con ropa fabricada en La Salada a la que no le habían vendido. Es que “Brasil revendía lo que nos compraba a nosotros, remarcando el precio, acá pudieron conseguir el producto sin intermediarios”, subrayó.

Preguntado sobre el nivel de ingresos que maneja el público que se acercó a la "semana argentina en Luanda", Justo se arriesga y dice que "parecía ser de clase media". “Quedaron muy interesados, va a haber reuniones porque queremos hacer una Salada en Angola”, indica, ilusionado. La idea es instalarse en la nación africana a enseñar el proceso de fabricación a los habitantes, que asegura que “tienen voluntad, pero no saben”. En definitiva, funcionaría como una sucursal en el continente, con materia prima argentina, pero con mano de obra y mercado locales.

Gustavo Rojas le dijo hoy a Clarín que “en realidad el objetivo nuestro es exportar el modelo de La Salada . Enseñarles cómo la gente de los barrios más pobres puede trabajar confeccionando ropa y ganar plata”. Los puesteros de La Salada ya iniciaron conversaciones con funcionarios angoleños para llevar a cabo este ambicioso proyecto, en el que ya se pusieron a trabajar.