Con menos visibilidad y repercusión mediática que las que reciben las dificultades financieras para solventar las actividades prometidas para 2012, la definición de las asambleas entre accionistas, y las turbulencias internas entre directivos de la petrolera y funcionarios nacionales por ver quién lidera el vínculo comercial con inversores internacionales, una disputa silenciosa -aunque no menos importante- involucra a actores de peso de YPF y está relacionada con la continuidad de las concesiones hidrocarburíferas adjudicadas a la petrolera a principios de los \'90 que caducan en entre 2016 y 2017.

La mayor operadora del país, liderada por el CEO Miguel Galuccio, controla en Neuquén 23 áreas petroleras, que desde la sanción de la Ley Corta de Hidrocarburos (N° 26.197), en 2007, son propiedad de la provincia patagónica (antes estaban en poder del Estado nacional).

La concesión del más ingente de esos yacimientos, Loma La Lata, fue prorrogada hasta 2027 en 2001, por la administración de Jorge Sobisch. Mientras que la licencia de otros ocho reservorios -entre los que se destacan Chihuido de la Sierra Negra, uno de los mayores productores de crudo, El Portón y Punta Barda- fue extendida por 10 años por la actual gobernación de Jorge Sapag.

Las caducidad de las restantes 13 adjudicaciones está, en base a los tiempos de la industria petrolera, a la vuelta de la esquina: la licencia de explotación termina dentro de cuatro y cinco años, según las áreas. Se trata, por lo general, de bloques que durante años pasaron desapercibidos por YPF. La mayoría incluso son bloques marginales, alejados de las zonas más productivas de la cuenca Neuquina, que permanece sin actividad o con una exigua oferta de crudo y gas.

Sin embargo, en el último año y medio la percepción de YPF -y de la industria petrolera en general- sobre esas áreas se ha modificado a partir del auge y las expectativas que despertó el potencial de la formación Vaca Muerta, señalada en el sector como un inmenso reservorio no convencional de hidrocarburos que podría cambiar la ecuación energética de la Argentina en las próximas décadas. Figuran entre las áreas en cuestión Loma Campana, Paso las Bardas, Rincón del Mangrullo, Puesto Molina Norte, Portezuelo Minas, Loma Amarilla, Las Manadas, Chihuido de la Salina y Cerro Hamaca.

Muchos de esos bloques son prospectos interesantes de Vaca Muerta, debido a su acceso a la ventana de shale oil (petróleo no convencional) descubierta en el oeste de la cuenca Neuquina en los últimos dos años. Su potencial se demuestra con la evolución de cotización: Si en 2006, un inversor debía desembolsar alrededor de 500 dólares para comprar un acre de tierra con acceso a Vaca Muerta a un adjudicatario de la Cuenca Neuquina –a través de joint venture, UTE’s o contratos farm in-, hoy tiene que colocar entre 10.000 y 15.000 dólares, según pudo constatar este medio a partir de un relevamiento entre las petroleras. Es decir, 20 veces más que hace seis años.

La pelea con los gobernadores

Frente a ese escenario, YPF manifestó en varios ocasiones su intención de extender por 10 años su titularidad de esos bloques -un paso previsto en la Ley de Hidrocarburos (N° 17.319)-, pero la gobernación de Neuquén no hizo caso de esos pedidos. Sucede que la provincia patagónica cuenta una petrolera estatal, Gas & Petróleo de Neuquén (G&P), creada en 2007, que aspira a convertirse en un importante operador de petróleo y gas en los próximos años. A tal fin, está preparando la apertura de su capital en la Bolsa de Buenos Aires para el segundo semestre del año. Y en 2013 apunta a presentarse en Wall Street y Toronto.

"Habrá que analizar bien cuál es el mejor destino para esas áreas. En algunos casos quizás es preferible que permanezcan bajo la órbita de YPF, pero en otros lo aconsejable es que pasen a integrar el porfolio de G&P", reconoció un importante funcionario neuquino, en estricto off the record. La empresa neuquina ya dispone de 62 contratos petroleros en formato de UTE\'s con empresas de renombre, entre las que se encuentran la propia YPF, Petrobras, EOG Resources, Medanito, ExxonMobil y Shell, entre otras.

"En silencio, G&P va camino a quedarse con un 50% del acreaje de YPF, que es lo que representan las 13 áreas que vencen en 2016. Es una carta a favor de la provincia a la hora de negociar con el Gobierno nacional y con las autoridades de la empresa", señaló un petrolero que sigue de cerca el tema.

Por el momento, la relación entre las funcionarios patagónicos y los de Nación no es la mejor. Para muestra basta un botón: cuando la semana pasada Galuccio visitó la provincia para brindar detalles del Plan de Seguridad Laboral que diseño la petroleras, los asistentes se sorprendieron por la ausencia del gobernador, Jorge Sapag, que ese mismo día viajaba a Buenos Aires y luego al exterior. "¿Tan difícil es organizar la agenda de dos personas?", se preguntó un petrolero que compartió la visita del CEO de YPF a Neuquén.