El gobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera, mantiene desde hace un largo tiempo una sorda guerra con varios intendentes de su provincia.
Acaso, la principal batalla del gobernador es con el intendente de la Capital, Ricardo Quintela. Otrora aliados, la decisión de Quintela de apoyar las protestas ambientalistas contra el proyecto de la minera canadiense Osisko en Famatina los separó definitivamente.
El jefe comunal sistemáticamente viene denunciando que la Provincia no le envía los fondos para atender a los 220 mil habitantes de la ciudad, casi las dos terceras partes del total riojano.
Otro perjudicado en este enfrentamiento es, lógicamente, el intendente de Famatina, Ismael Bordagaray, que también sufre el cierre de la canilla provincial. Según el intendente anti minero, por el acuerdo fiscal firmado en 2006, la Provincia debe enviarle unos 140 mil pesos mensuales.
Pero, amén de que la cifra es ínfima con un 25 por ciento de inflación anual, Beder Herrera tampoco los envía y ya registra una deuda de 1,2 millones de pesos. Este año hubo giros en sólo en febrero.
La única forma que encontró el Bordagaray para subsistir es mediante comunicación directa con la Nación. Así, a través de funcionarios ligados a Luis D Elía y de el diputado de La Cámpora Andrés “Cuervo” Larroque, la Nación le gira fondos para paliar la crisis.
Ayer, se registró un nuevo capítulo de la guerra del Gobernador con los intendentes. Beder Herrera encabezó en Pituil, una pequeña localidad de Famatina de la que él es oriundo, un acto junto a sus funcionarios. Allí, visitó un club, entregó viviendas y prometió obras.
Pero para evitar que el intendente y los ambientalistas lo escrachen, decidió sitiar Pituil e impedir el paso de los vecinos que por allí circulaban. Así, se dio una situación insólita: el propio Bordagaray no pudo llegar a una de las ciudades que administra.
“No nos dejaron pasar, pusieron una guardia de la policía en la entrada sur y en la norte. Nadie podía circular en la ruta. Como autoridad no me dejaron acceder a pesar del mandato constitucional que tengo”, le dijo Bordagaray a LPO.
Bordagaray y los ambientalistas firmaron un acta en el que dejaron constancia que fueron obstruidos en su paso. Según el propio intendente, la idea era “ratificarle a Beder nuestro rechazo a su política ambiental y minera”.
La respuesta electoral
Con ese panorama, en La Rioja crece la versión sobre el acuerdo entre Quintela y Bordagaray. “Esperamos que en la Nación tomen nota. No tenemos nada en contra del Gobierno ni de Cristina pero queremos comenzar con alternativa para La Rioja aunque no hay ningún tipo de acuerdo todavía”, confió Bordagaray,
De todos modos, fuentes del kirchnerismo riojano contaron a LPO que a ese acuerdo podrían acoplarse algunos dirigentes de La Cámpora, opacada por la JP que responde a Herrera.
También se sumarían algunos referentes del Frente Renovador, sector que podría incorporarse a la gestión de Quintela. Es más, en las últimas semanas se habló de que un familiar cercano al intendente de Tigre llegaría al gobierno comunal pero la versión fue desestimada.
De todos modos, fuentes cercanas al jefe comunal riojano señalaron que lo más factible es que Quintela decida no jugar para evitar un conflicto con la Nación.