Lejos de cualquier pronóstico, el cierre de listas generó los primeros actos de rebeldía de La Cámpora, con varios militantes que se mandaron por las suyas y enfrentarán a los candidatos que habían tenido el visto bueno de la Casa Rosada.

Como adelantó LPO, el caso más llamativo es el de Mayra Mendoza, la diputada que está en la cúpula de La Cámpora y aún así desafió la estrategia de Máximo y Cristina y trabaja para Daniel Gurzi, rival de Francisco “Barba” Gutiérrez en Quilmes.

Pero no es el único: en Vicente López y en Pilar también hubo camporistas que ignoraron los deseos de la presidenta.

En el primer distrito será candidato por el Frente para la Victoria Leonardo Rial, aliado de José Ottavis, a quien acompañó en la creación de Peronismo Kirchnerista (PK), una agrupación juvenil que apuntaba a iniciar el post camporismo.

El Gobierno ya le había dado la boleta a Graciela Aleña, la concejal del PJ que armó una lista con los ex laderos de Enrique “Japonés” García, intendente por más de dos décadas.

Era, para la Casa Rosada, la mejor opción que había para amedrentar al alcalde Jorge Macri, aliado a Sergio Massa en la zona de mayor influencia del intendente de Tigre.

En Pilar La Cámpora no fue más disciplinada. Sebastián Pérez, hijo del ex intendente, presentó una lista que enfrentará a la del también camporista Santiago Laurent, gerente del Pami Nación.

Con la partida del intendente Humberto Zúccaro al massismo, esa nómina la completan todos referentes de Unidos y Organizados: Juan Luna (Movimiento Evita), Mirta Ortega Sanz (NE), Juan Manuel Espinoza Nóbile (Kumpas), Patricio Cristino (Proyecto Nacional), y Susana Huergo (MILES).

Pero Pérez venía una dura interna con ese grupo y presentó su lista. Ni Andrés “Cuervo” Larroque ni Máximo Kirchner pudieron frenarlo.