Sergio Massa consiguió una importante victoria en la elección primaria de la provincia de Buenos Aires con una ventaja de seis puntos sobre Martín Insaurralde, quien obtuvo el peor resultado del kirchnerismo, incluso por debajo de aquella derrota de Néstor Kirchner hace cuatro años.
Massa llegó a los 33,8% contra 28% del intendente de Lomas de Zamora. La clave fue la primera sección, norte y oeste del conurbano, bastión fuerte del tigrense: ganó 44 a 25.
Otro tercio del electorado está en la tercera sección donde los intendentes kirchneristas lejos estuvieron de llegar a esa diferencia: los cómputos oficiales marcaban una diferencia de sólo 3 puntos para el FpV.
La derrota del kirchnerismo en el Conurbano no tiene precedentes para un oficialismo en la Nación y en la provincia de Buenos Aires.
Es que en 2009 Kirchner no sólo llegó a los 32 puntos sino que ganó en la tercera por 10 y empató la primera. Su pelea con el campo lo llevó al naufragio en el interior bonaerense.
En esa franja hoy los resultados fueron disímiles, con bajas performances del massismo en Mar del Plata y Bahía Blanca, pero un repunte en La Plata, el otro distrito en importancia por fuera del Gran Buenos Aires.
De repetirse estos resultados en octubre, Massa tendría 14 diputados contra 11 del kircherismo, otro retroceso respecto a 2009, cuando De Narváez ganó pero tuvo que conformarse con 13 y 12 fueron para la lista de Kirchner.
El escrutinio de la provincia de Buenos Aires se demoró porque Florencio Randazzo recordó que hasta que no llegara la última acta no comenzarían a contar, un anuncio que en la oposición interpretaron como una excusa para demorar el reconocimiento de la derrota.
En el bunker del Frente Renovador gritaron victoria sobre las 19 horas, cuando, como adelantó LPO, el último boca de urna les daba una ventaja de 6 puntos, que horas mas tarde se confirmó.
A las 15 horas los números que hicieron saber eran más ajustados: ganaban por sólo 3 y sobre el cierre el kirchnerismo instaló con éxito un escenario de "empate técnico" que luego el massimo saliño a desmentir a través de candidatos como Felipe Solá y Héctor Daer.
Pero Massa nunca dudó de su victoria y ya el viernes previo a la elección se anima a anticipar un triunfo por márgenes muy similares a los que finalmente obtuvo. Pasadas las 22.30 salió a hablar, aun cuando en su entorno había especulado con hacerlo recién después que hablara Cristina Kirchner.
“Por una diferencia importante somos la fuerza más votada de la provincia”, celebró el candidato del Frente Renovador en el Complejo Pipa de Tigre, una manera de cobrarse las horas en que tuvo que soportar que los medios kirchneristas instalaran un escenario de "empate técnico" que nunca fue real.
En su mensaje Massa dejó además bastante claro que el triunfo le abre las puertas a la pelea nacional del 2015. "Esto nos abrfe un destino a Octubre, pero sobre todo mira el futuro d ela Argentina", dijo en tono presidencial, para luego cuestionar problemas de ese rango, como la infalción, la excesiva presión impositiva sobre los trabajadores, la desocupación, y pedir enfáticamente: "Digamos basta a la confrontación", otro palo al kirchnerismo.
Reiteró su rechazo frontal a una reforma de la Constitución nacional y pidió respetar la independencia del Poder judicial. "Tenemos que aprender a dejar de mirar al pasado para construir el futuro", agregó en otro mesaje teledirigido a la Casa Rosada.
Desde el público se vivó abiertamente a su mujer Malena Galmarini, que protagonizó el final de la campaña con sus furiosos cruces con Daniel Scioli y otros funcionarios kirchneristas, luego del amenazante robo a su casa. Fue uno de los pocos momentos en los que Massa se quebró, cuando desde el público le gritaron "Malena te ama". Le costó retomar el hilo del discurso, hasta que se embaló con un nuevo mensaje que apuntaba claro al horizonte que se le abre: el 2015.