Si creciste en Florida, probablemente hayas oído hablar del éxodo del Mariel. A fines de la década del 1970, el gobierno de Jimmy Carter estaba tratando de mejorar las relaciones con Fidel Castro, lo que llevó a una relajación de las políticas estadounidenses de línea dura contra Cuba.

Los esfuerzos fueron inicialmente fructíferos: se levantaron las restricciones de viaje a Cuba desde Estados Unidos, se fortalecieron las relaciones diplomáticas, se permitió un aumento de las remesas y se iniciaron negociaciones para poner fin al embargo contra la isla que persiste hasta el día de hoy. Castro daría amnistía a un grupo de casi 3.600 prisioneros políticos, a quienes se les permitiría salir dentro de un año.

En 1979, algunos disidentes cubanos decidieron buscar asilo en las embajadas de países sudamericanos. La situación en la embajada peruana rápidamente se salió de control cuando aparecieron multitudes mayores a lo esperado. De golpe, miles de personas. El gobierno cubano trató de aliviar la situación, que estaba derivando en una disputa diplomática con los países de las embajadas involucradas y anunció que la gente sería libre de irse si otro país los aceptaba.

El éxito de DeSantis es la ruina de Florida

Castro anunció que el puerto de Mariel sería el punto de partida para cualquiera que deseara salir de Cuba, lo que provocó que una flotilla de barcos de Florida se dirigiera a Cuba. Se estima que, en última instancia, 125.000 cubanos abandonarían la isla durante este período. La concepción común de este evento, popularizado a través de películas como Scarface, es que Castro vació sus cárceles e instituciones mentales y creó un éxodo de criminales al sur de Florida.

Simplemente no es cierto.

Sólo alrededor del dos por ciento, o 2.746 cubanos de 125.000, podrían ser considerados criminales reales según las leyes de Estados Unidos. La investigación sobre los efectos de esta migración hacia el sur de Florida muestra que estos nuevos inmigrantes no hicieron bajar salarios, no aumentaron el desempleo ni tuvieron un impacto negativo general en la comunidad. En todo caso, aumentaron la riqueza al llenar vacíos laborales y crear empresas.

Eso no detuvo una ola de reacciones violentas en Estados Unidos contra los cubanos del Mariel. Como se documenta en el gran libro "Reaganland" de Rick Perlstein, los cubanos sufrieron maltrato, como un avión que sobrevolaba Fort Chaffee, que era utilizado como centro de detención, arrastrando una pancarta que decía "EL KU KLUX KLAN ESTÁ MIRANDO AQUÍ". Conductores gritaban "cubanos, váyanse a casa" cuando pasaban por las puertas de las instalaciones. Manifestantes protestaron afuera.

El Mariel tuvo un claro efecto negativo en la sociedad estadounidense, uno que no se puede atribuir a los recién llegados cubanos. Tanto la administración Carter como la posterior administración Reagan utilizaron la crisis para cambiar de forma rápida y drásticamente el sistema de inmigración y virar hacia una orientación carcelaria 

Sin embargo, el Mariel tuvo un claro efecto negativo en la sociedad estadounidense, uno que no se puede atribuir a los recién llegados cubanos. Tanto la administración Carter como la posterior administración Reagan utilizaron la crisis para cambiar de forma rápida y drásticamente el sistema de inmigración y virar hacia una orientación carcelaria. Bases militares y campos de detención improvisados en lugares como Arkansas, cuyo gobernador en ese momento era Bill Clinton, fueron utilizados para detener a miles de cubanos en condiciones inadecuadas.

AP

El sistema penitenciario y las instalaciones de detención de inmigrantes se ampliaron conjuntamente cuando los políticos afirmaron que los cubanos que llegaron a través del Mariel estaban ejerciendo demasiada presión sobre el sistema. El surgimiento del deplorable sistema penitenciario privado, que incentiva el encarcelamiento de seres humanos con fines de lucro, se remonta a este momento, cuando Corrections Corporation of America abrió su primera instalación de propiedad privada en 1984. Más de 90.873 personas fueron encarceladas en prisiones privadas en 2022.

Por temor a las deportaciones de Trump, piden protección para tres millones de indocumentados

La difícil situación de los cubanos del Mariel y la injusta etiqueta de ellos como una horda criminal deshumanizada se ve reflejada en la retórica antiinmigrante de hoy. Hoy escuchamos a los políticos etiquetar a los solicitantes de asilo como invasores, criminales, narcotraficantes e incluso caníbales.

Estamos viendo a miembros demócratas y republicanos pelearse por quién es más restrictivo en la frontera. Biden suena directamente como Trump al afirmar que, si se le diera la autoridad, "cerraría la frontera desde el primer día".

La detención de inmigrantes no ha hecho más que aumentar desde los días del éxodo del Mariel. A mediados de 2023, más del 90% de las aproximadamente 31.000 personas detenidas por ICE en promedio en julio estaban en centros de detención privados. Las empresas penitenciarias con fines de lucro como GEO Group y CoreCivic vieron cómo los ingresos de contratos con ICE para centros de detención aumentaron a un récord de $1.05 mil millones en 2022. Nuestro sistema de inmigración se está volviendo más carcelario a medida que pasa el tiempo.

El surgimiento del deplorable sistema penitenciario privado, que incentiva el encarcelamiento de seres humanos con fines de lucro, se remonta a este momento, cuando Corrections Corporation of America abrió su primera instalación de propiedad privada en 1984. Más de 90.873 personas fueron encarceladas en prisiones privadas en 2022 

Lo triste es que nada de esto es necesario y no refleja la realidad de lo mucho que se necesitan los inmigrantes en Estados Unidos, no sólo por sus ricas contribuciones culturales, sino también para mantener la economía a flote. La Oficina de Presupuesto del Congreso, que no es partidista, dijo recientemente que la economía estadounidense crecerá 7 billones de dólares y los ingresos federales aumentarán 1 billón de dólares debido al aumento migratorio.

Mientras los medios siguen publicando titulares sensacionalistas sobre la "crisis fronteriza", estudios demuestran que los inmigrantes han beneficiado a la economía. Los nuevos trabajadores en la fuerza laboral han ayudado a elevar las nóminas y el crecimiento económico y han ayudado a combatir la inflación. El repunte de la inmigración que se produjo después de la pandemia representa al menos una quinta parte del aumento del producto interno bruto de Estados Unidos desde finales de 2019.

La candidata de Trump que encarna el giro a la derecha de los latinos arrasa con la recaudación en Texas

Incluso en Florida, un estado con funcionarios estatales rabiosamente antiinmigrantes, informes estatales contradicen la retórica nativista. "Florida: An Economic Overview", un informe publicado en enero por la Oficina de Investigación Económica y Demográfica de la Legislatura, describe cómo, incluso cuando DeSantis firma más proyectos de ley para combatir la inmigración, se necesitan más inmigrantes a medida que los jóvenes abandonan el estado y las tasas de mortalidad superar las tasas de natalidad.

AP

La Legislatura de Florida también asignó $558,000 para que la Agencia de Florida para la Administración de Atención Médica pudiera contratar a cuatro personas para elaborar un informe que mostrará que personas indocumentadas eran una carga pública debido a costos de atención médica no compensados. El informe mostró exactamente lo contrario. Encontró que las personas que auto informaron su estatus de indocumentados representaban menos del 1% de todas las admisiones hospitalarias y visitas a la sala de emergencias. El informe también dice que "los altos niveles de atención no remunerada están más asociados con el estatus de condado rural que con los porcentajes de inmigración ilegal. Tampoco parecía haber una correlación entre la rentabilidad total y los porcentajes de inmigración ilegal. Todos los condados que tenían márgenes de ganancia negativos tenían índices de inmigración ilegal por debajo del promedio".

Este informe era tan contradictorio con lo que afirman los funcionarios estatales en términos de costos no compensados relacionados con personas indocumentadas que intentaron ocultarlo. El nuevo panel de control de la AHCA no incluye información proporcionada en un informe obligatorio sobre el mismo tema entregado a legisladores semanas antes. Cuando se le preguntó al respecto, AHCA se negó a explicar las diferencias.

El cliché dice que la historia no se repite pero sí resuena y cuando se trata de inmigrantes no podría ser más cierto. La retórica antiinmigrante no es sólo una tontería, también es una repetición de tonterías que hemos visto antes.