Deseo que sea la última vez que me toque sentarme a escribir una columna así, quizás como un intento (¿inocuo?) de mostrarle a Juntos por el Cambio, el espacio político del cual me siento orgullosamente parte, que la discusión de personas nos va a conducir a un puerto sin muelle.

"Espert no. Margarita Stolbizer, sí. Schiaretti, ni de casualidad."

Escuché repetir estas frases al menos una docena de veces el último fin de semana, de boca de un sector de la dirigencia de mi partido político, aduciendo que muchos de ellos o no cuentan con las credenciales para incorporarse al espacio, o bien son instrumentos de tal o cual candidato para perjudicar a otro.

Si en algo coincidimos los dirigentes de Juntos por el Cambio es que para corregir el rumbo de la economía, crear empleo privado, bajar el déficit y desarrollar las economías regionales, hay una serie de transformaciones que necesitan de amplios acuerdos para, al revés de lo que nos ocurrió entre 2015 y 2019, cuando terminamos sacando leyes mediante votaciones tan ajustadas, que luego no pudimos sostenerlas en el tiempo.

Promover la incorporación del espacio de José Luis Espert, el de Juan Schiaretti y el de Margarita Stolbizer persigue ese objetivo: Lograr que Juntos por el Cambio desarrolle más músculo para liderar la transformación que la Argentina necesita.

Cuando oigo las críticas a la incorporación del Peronismo Federal a Juntos por el Cambio, me pregunto: ¿No fue Mauricio Macri quien convocó al líder de ese espacio, Miguel Pichetto, en 2019, como su candidato a Vicepresidente? ¿Por qué Pichetto sí (a quien respeto y valoro) y Schiaretti no?

¿Por qué le cerramos la puerta a un acuerdo con Espert, cuando el año pasado un sector de JxC se rasgaba las vestiduras por incorporar a Milei? ¿O Espert no puede ser parte pero Ricardo López Murphy sí?

¿Quién realiza el test de pureza cambiemita? ¿Por qué Joaquín de la Torre, socio fundador del Frente Renovador de Massa y candidato a senador provincial con Néstor Kirchner, puede "pertenecer" y Juan Schiaretti no?

Le escribo a los halcones del Pro que tan bien conozco, pues he estado al lado de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad, cuando las papas hervían de verdad: ¿Sebastián García de Luca no es, acaso, el armador de la provincia de Buenos Aires e integra el bloque de Stolbizer?

Termino de la misma manera que comencé: espero que esta sea la última vez que tengamos que discutir personas para enfocarnos en los verdaderos proyectos de cambio que necesita la Argentina, porque de tanto mirarnos el ombligo vamos a lograr que esta guerra intestina nos deje otros cuatro años viendo como nuestros seres queridos se van, y los que se quedan continúan destruyendo, todavía más, la ya rota República Argentina.