Argentina era uno de los pocos países en el Mundo que tenía soberanía energética y soberanía alimentaria. Hoy, a veinte años de las "privatizaciones", de la "nueva economía" y del ingreso de la Monsanto y los transgénicos, no tenemos soberanía energética y estamos muy cerca de perder también la alimentaria. Podemos decir que gracias a las políticas llevadas a cabo por los gobiernos justicialistas con la complicidad necesaria de los radicales, la Argentina está en camino a su desaparición.
YPF fue una petrolera estatal de primer orden y que sirviera de modelo para establecer sus empresas a estados como Francia e Italia, a más del resto de países de Latinoamérica. Se desarrolló a partir de cero y con recursos propios, sin contraer deuda en el exterior, abarcando todo el territorio nacional y también yacimientos en el extranjero, como los de Bolivia y Perú –hoy en poder de la Repsol-, abarcando todo el ciclo: la exploración, la extracción, el transporte (tenía su propia flota de barcos petroleros), la refinación y la distribución. Y todos los cumplía eficientemente y sus productos gozaban de prestigio, hoy explotados comercialmente por la empresa española. Pero fue algo más que una empresa estatal útil y que sus ganancias quedaran el País y no girados al exterior para beneficio de otros. Gracias a YPF se desarrolló la red de rutas y la serie de represas de la Argentina. Con el Proceso y bajo la presidencia de Videla, se la obligó a que sus ingresos fueran ingresados íntegramente en el Tesoro Nacional y desviados a otros fines. Pese a ello pudo sobrevivir y alcanzar el autoabastecimiento en 1982. Pero a lo que no pudo sobrevivir fue al desguace y entrega de nuestras empresas energéticas (YPF, Gas del Estado, generadoras de energía eléctrica) a multinacionales extranjeras llevada a cabo por el gobierno de Ménem con el impulso de todos los gobernadores del Partido Justicialista (entre los que se destacó Néstor Kirchner) y el voto a mano alzada de los legisladores del mismo grupo político, con la connivencia radical que les proporcionó el quórum para poder sesionar en el Congreso de la Nación y así aprobar esta cierta traición a la Patria.
La recuperación de nuestros recursos energéticos hace a nuestra supervivencia como Nación. No tendremos futuro sin ellos. Estos veinte años de operadores privados nos han demostrado lo que significan: despojo del recurso con una explotación anárquica, solo guiada por el afán de lucro a corto plazo, falta de inversión en exploración, exportación del producido a costa de las necesidades internas, llevando a desabastecimiento que ha llegado a afectar a nuestra industria y productores, prácticas extorsivas para conseguir mayores e indebidos beneficios del Estado, abandono de toda práctica de cuidado del medio ambiente, a consecuencia de lo cual hay áreas con alto nivel de contaminación de tierras y aguas, descapitalización del País. Hoy esto está a la vista de todos y nadie lo discute. Lo que sí se discute es el por qué se llegó a esta situación. Y aquí no faltan los pregoneros interesados de siempre, ligados sus propios intereses a los de las multinacionales, que pretenden hacernos creer que no se invirtió en nuevos yacimientos porque “se les privó el incentivo a las empresas”, o sea, en buen criollo, porque no se permitió a esas multinacionales vender internamente a precio internacional un petróleo obtenido a costos muy por debajo de los internacionales, o por las retenciones aplicadas, callando que aún con esas retenciones obtienen 60-70 dólares por barril y su costo de producción es de seis dólares (margen de ganancia de los más altos del Mundo), o, como hemos visto los últimos días, porque se les han sacado algunos subsidios (debemos ser los únicos que subsidiamos a petroleras).
Corresponde nacionalizar el gas y el petróleo. Pero no como se hiciera con esas grandes mentiras que fueron la “argentinización” de YPF, que no fue más que re-privatizar a la empresa haciendo ingresar como accionista a un empresario “amigo”, o ENARSA, destinada a poder “privatizar” los yacimientos submarinos de nuestro Mar Territorial sin necesidad de su aprobación por el Congreso de la Nación. Se debe ESTATIZAR el recurso (petróleo – gas), su extracción, transporte, industrialización, comercialización y distribución. Es decir todas sus etapas. Y lo más importante, se debe retomar la política energética por parte del Estado, lo que supone desarrollar un plan de explotación coherente y de exploración de nuevos yacimientos que permitan tener una reserva en todo momento. En otras palabras, volver a los principios del general Mosconi y su obra, la YPF estatal y su derivada, Gas del Estado.
Y previo se deben establecer auditorías en estas empresas a fin de determinar sus verdaderos volúmenes de producción y exportación, compararlos a los declarados y evaluar maniobras de contrabando, establecer sus reales ganancias y sus giros de divisas al exterior, sus pagos de impuestos y determinar si hubo evasiones impositivas, investigar el destino dado a dineros provenientes del Tesoro Nacional con fines específicos (exploración, por ejemplo), evaluar el perjuicio ocasionado a la Nación por la explotación desmedida del recurso, la falta de exploración y el daño ambiental provocado, montos del perjuicio económico causado y los requeridos para su solución. Una vez establecidas esas sumas, se deberán restar de la cotización fiscal de las empresas para determinar el monto que cabría reconocer por ellas. Lo más probable es que esas multinacionales queden debiendo plata.
Si hay un proyecto del gobierno, por ahora no es más que un trascendido, habrá que ver de qué se trata (sus antecedentes, de “argentinización” y ENARSA ya citados, nos indican ser cautos). Si se quiere dejar a los actuales concesionarios como operadores de extracción, pero el petróleo sea propiedad estatal y las políticas energéticas la fije la Nación, se puede discutir. Quedarán por verse sus alcances y el precio que se abonará a esas empresas por sus servicios.
En fin, este Gobierno (como toda nuestra clase dirigente, sin distinción) ha demostrado ser muy sensible a los reclamos, deseos y “sugerencias” de las multinacionales y los respectivos gobiernos extranjeros. Sin olvidar que los Kirchner se mostraron muy felices de tocar la campanita en Wall Street y relacionarse con cuánta multinacional ande por ahí: mineras, pesca, petroleras (Repsol), cerealeras, etc.
No sea cosa que esta nacionalización termine en una “nacionalización la Boliviana”.

Nota: me permito sugerirles un documental sobre YPF, realizado por Pino Solanas, llamado Oro Negro II. Su dirección es:

http://www.ecoportal.net/Videos/Tierra_Sublevada_II_Oro_Negro

seria lo mejor que nos pueda pasar a la los argentinos ya que el precio del crudo se esta llendo cada vez mas para arriba, segun in informe realizado por consultores de un banco de primera linea de eeuu, a raiz de los conflictos por parte de siria por el avanse del desarrollo nuclear, las sanciones impuestas por reino unido y estados unidos hizo que el precio del crudo se dispare a precios elevados, segun las proyecciones en septiembre el precio del crudo va a superar los USD 150 por barril,, imaginense lo que puede llegar a salir 1 litro de super aca en Argentina y sabiendo que inflan los costos, por favor argentinos seamos vivos,,, hace mucho tiempo que venimos dandolo frutos a las multinacionales....

A Cristinita la llama el Rey de España y se caga toda,ya ocurrio el 1 de marzo...corria el mismo rumor y la telefonearon rapido desde Madrid para "advertirla".