José Luis Gioja aprovechó la visita de Mauricio Macri a la fiesta provincia del sol para disgustar a Cristina Kirchner, a quien le recrimina las andanzas de La Cámpora en San Juan, donde este año intentó copar la juventud peronista y pretende controlar el armado de listas para las legislativas de octubre.
Macri armó un stand en la fiesta y no tuvo problemas en ser habilitado. Y tuvo un lugar estelar en el acto de cierre, donde Gioja no sólo le agradeció la presencia sino que en ningún momento nombró a la presidenta.
Tampoco la mencionó su ministro de Turismo, el otro orador. El jefe de Gobierno no pasó desapercibida: el cura local, otro de los protagonistas, lo mencionó como uno de los mandatarios presentes y las candidatas a reinas lo saludaron con efusividad.
Muy por el contrario, solicitó que el país “mire más a San Juan”, un reproche que tuvo como claro destinatario a la jefa de Estado.
La idea de fastidiar a Cristina con relaciones carnales incómodas para el Gobierno ya fue tomada esta semana por Daniel Scioli, cuando dejó trascender una reunión que mantuvo en su quinta de Tigre con Julio Cobos.
Gioja hace tiempo que no se esfuerza en ser reconocido por Cristina. Sus militantes juveniles llegaron a agarrarse a golpes con los de La Cámpora y fogoneó lo que pudo cada espacio alternativo a la agrupación cristinista.
En la fiesta del Sol, promocionada con cartelería en la Capital Federal, marcó su principal punto de diferenciación, una señal de que no estará dispuesto a ceder lugares en la lista de diputados nacionales de octubre.
Macri, por su parte, hace su juego en San Juan. Su representante es Eduardo Cáceres y planea un frente con el senador nacional Roberto Basualdo y el diputado Mauricio Ibarra, referente del peronismo díscolo sanjuanino, convertido en la primera oposición.